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Cuidar a los adultos mayores en temas de ciberseguridad es primordial, ya que este segmento de la población es más vulnerables a estafas y fraudes en línea debido a su menor familiaridad con la tecnología y posibles limitaciones cognitivas. Protegerlos ayuda a prevenir el robo de información personal y económica. Erik Moreno, director de Ciberseguridad en Minsait en México comparte cinco sencillas recomendaciones
Los adultos mayores pueden ser presas fáciles de los engaños y fraudes de los ciberdelincuentes. Aprovechan su desconocimiento en el manejo seguro de dispositivos móviles, y del uso de la tecnología en general, para llevar a cabo tácticas efectivas para obtener información personal y financiera, así como persuadirlos de visitar sitios de alto riesgo.
Sin duda, sabes de historias en las que este sector de la población ha recibió correos electrónicos, mensajes de texto y de WhatsApp en los que se les urge actualizar sus datos para seguir recibiendo pensiones o ayuda de los programas sociales. Convencidos por el sentido de urgencia y el temor, proporcionan todas sus credenciales para que los criminales vacíen en cuestión de minutos sus cuentas bancarias.
De acuerdo con un informe de la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos, los fraudes en línea tienen un mayor impacto económico en los adultos mayores con relación a los millennials, pues a los primeros logran robarles en promedio $1,092 dólares y a los más jóvenes cerca de $400.
En México, la Unidad de Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) revela que los incidentes más comunes que afectan a personas mayores de 60 años fueron el fraude (52%), el acoso cibernético (19%), extorsión (19%) y suplantación de identidad (10%).
Existe, por tanto, una necesidad apremiante de educar, apoyar y acompañar a los adultos mayores en hacer su experiencia digital más segura mediante acciones efectivas para protegerse. A continuación, cinco recomendaciones clave que ayudarán a proteger mejor a este grupo altamente vulnerable y acompañarlos a enfrentar los riesgos a los que están expuestos constantemente.
1. Utilizar contraseñas sencillas y seguras. Mucha gente mayor se muestra muy renuente a poner contraseñas en sus dispositivos móviles. Hay que considerar que para ellos puede ser complicado utilizarlas, en primera instancia, pero también recordarlas.
De ahí que la recomendación es recurrir a frases y combinaciones de datos que difícilmente puedan olvidar, como dos o más nombres de familiares juntos, sus platillos favoritos, una cita de un libro o fechas representativas como nacimientos o aniversarios, por ejemplo.
Para estos usuarios será más fácil crear y acordarse de estos datos en sus contraseñas y no dejar abierta a que cualquier otra persona pueda acceder a su información almacenada en sus dispositivos.
2. Utilizar la función de bloqueo. Es fundamental hacer conscientes a los adultos mayor sobre la importancia de bloquear sus teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras cuando no los estén utilizando. Esta medida, por sencilla que parezca, puede reducir significativamente los riesgos a un posible robo de información.
Y es que es común que extravíen sus dispositivos, los cuales pueden caer en manos de gente maliciosa que puede obtener las credenciales necesarias para tener acceso a aplicaciones bancarias o echar mano de información de sus contactos para extorsionarlos o fingir que han secuestrado al propio usuario o algún familiar.
3. Pensar dos veces antes de dar clic. Oportunidad para laborar en casa con buenos ingresos, consultar el estatus de una compra en línea, pulsar un enlace para evitar que la tarjeta donde reciben su apoyo económico sea cancelada, o ayudar a un pariente cercano en problemas, entre muchos otros, son los tópicos de los mensajes que los adultos mayores reciben constantemente en los buzones de su correo electrónico, MSM y WhatsApp.
Desafortunadamente, este sector de la población sigue respondiendo a las comunicaciones que aparentemente vienen de fuentes conocidas como pueden ser INAPAM, CFE, el SAT o alguna institución bancaria. Ante el aumento de estos ataques de ingeniería social, es vital enseñar a las personas más vulnerables a desconfiar siempre de este tipo de mensajes; y hacerles saber que es muy importante que pregunten sobre la confiabilidad de dichos mensajes y que deben pensarlo dos veces antes de dar clic en cualquier vínculo o responder mensajes sospechosos.
Al igual que con los niños a los que se les enseña a no confiar en los extraños, es vital crear hábitos entre los adultos mayores para que desconfíen de los mensajes de origen dudoso y seguir pasos específicos para saber qué hacer en bajo diversas circunstancias. Y expresarles disposición para responder a sus preguntas y establecer una relación de confianza con ellos. Esto reducirá la posibilidad de que caigan en engaños.
4. Prevención, ante todo. Instalar un programa antivirus en los dispositivos que utilizan a diario los adultos mayores será fundamental para reducir considerablemente la posibilidad de que reciban ataques de ingeniería social, como phishing, y naveguen de manera más segura.
La oferta es amplia y variada, además de accesible. Sus costos pueden equipararse a la de un servicio de streaming. Si se costea una plataforma para ver películas y series, también es importante hacerlo para reducir la superficie de riesgo en los dispositivos de padres, abuelos u otros familiares y, por supuesto, de los nuestros.
5. No atender llamadas de números desconocidos. Finalmente, pero no menos importante, es ayudar a estas personas a agregar a la agenda de sus teléfonos y tabletas los números de las personas con las que comúnmente establecen comunicación. El objetivo: no contestar llamadas provenientes de números desconocidos, ni responder mensajes de WhatsApp o de redes sociales como Facebook o Instagram, si las utilizan.
Atender la ciberseguridad de este grupo vulnerable también tiene beneficios para el resto de la familia, pues refuerza la protección para todos los dispositivos conectados a la red doméstica, lo que es crítico en un entorno en el que el trabajo remoto es también parte de nuestras vidas.
Sobre el autor
Erik Moreno Sánchez es director de ciberseguridad para Minsait en México
Su experiencia incluye el diseño, definición de estrategias y proyectos de Ciberseguridad, ciberinteligencia, ciberdefensa, así como implementaciones tecnológicas, diseño de arquitecturas de seguridad y de TI y la entrega de una gran diversidad de proyectos.
Cuenta con 20 años de experiencia asesorando a organizaciones en decisiones estratégicas de seguridad, implementado mejoras operativas y tecnológicas en compañías tanto multinacionales de diversas industrias como: telecomunicaciones, energía, banca, TI, comercio electrónico y del sector gubernamental y experiencia en proyectos de seguridad nacional.