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viernes, noviembre 22, 2024

Los grandes señoríos de los purhembes

Luis Alberto García / Zacapu, Michoacán

* Abarcó las regiones central y lacustre de Michoacán.
* Y algunas partes de territorios vecinos como Xalisco.
* Fue poblado por grupos que hablaban diversas lenguas.
* Predominaban el pirinda, el matlatzinca, el otomí y el mazahua.
* El idioma purhé se impuso en la mayoría de esos aborígenes.

Durante el siglo XIII, grupos nómadas de cazadores y recolectores migraron hacia la zona de los lagos de Cuitzeo, Zirahuén y de Pátzcuaro: entre ellos se encontraba el clan de los Uacúsecha, comandados por Hireti Ticátame, procedentes de Naranján, en las cercanías de Zacapu.
“Desconocido y casi olvidado, Zacapu tuvo un centro ceremonial incomparable y conserva vestigios arqueológicos en la Loma Alta, considerados entre los primeros de la civilización purhémbe”, dice Roberto Zapién, que emplea su tiempo en conservar las recetas y las comidas tradicionales del estado de Michoacán.
Acompañado por su hija Patricia para reconocer esas reliquias pétreas casi sepultadas por la tierra y los siglos, Zapién explicó que está probado que ese fue el primer asentamiento purhépecha, en lo que es conocido como la Meseta Tarasca, en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental.
Padre e hija denuncian sin embargo que, por falta de cuidado e interés de los tres niveles de gobierno, ha quedado en el abandono esa parte antigua de Zacapu, y dicen que la población trata de impedir la instalación de pedreras y centros comerciales que desentonan con monumentos que ayudarían a preservar una identidad distinta y admirable.
Don Roberto habló de los antecedentes del sitio y del sucesor de Hireti Ticátame, su hijo Zicuirancha, quien trasladó al clan a la zona que ocupa actualmente Santa Fe de la Laguna, un lugar que se relaciona con los pescadores de Jarácuaro, dándose por conocido que ese fue el acontecimiento más notorio de aquellos primeros años
Para la arqueóloga Yólotl González Torres, Tariácuari es el fundador del imperio purépecha, “el cual se desarrolló durante el período posclásico mesoamericano, cuyos límites se extendieron en la zona noroeste de Mesoamérica, en territorio que actualmente ocupa Michoacán”, el Mechoacán de los purhés.
Tarhiákurhi, cazonci o irecha del imperio purhépecha, nació probablemente en 1330 y tuvo un reinado que se prolongó de 1360 a 1420 -según el antropólogo Rafael García Granados-, y su madre fue una isleña de Jarácuaro y su padre Pauácume II, un axámiecha; es decir, un sacerdote sacrificador, fallecido cuando el futuro rey era pequeño.
Al permanecer al cuidado de tres sacerdotes -Chupítani y otros dos axámiechas-, Tariácuri fue instruido para ponerse al servicio de Curicaveri, el dios del fuego y adiestrándose a participar en campañas bélicas aún joven, de acuerdo a fray Pablo Beaumont, quien dio ese testimonio a fray Jerónimo de Alcántara, plasmado en la Relación de Michoacán.
Después de una derrota, García Granados subrayó en su obra que Tariácuri se vio obligado a dejar atrás sus dominios de Zacapu y Pátzcuaro, refugiándose en las montañas del Pilón, el Capén, el Uachán y Hoata-Pexo para descender pronto a Nahuatzen y Sevina, Tingambato y Upapohuato.
Se relacionó con Zurúmban, señor de Tariarán y Quinceo, quien lo escondió en un bosque desde el cual realizó sus primeras incursiones a la Tierra Caliente, a las actuales Aguililla, Apatzingán, Nueva Italia, Lombardía, La Huacana y Huetamo, hasta las playas de Maruata.
Paralelamente el clan de Tariácuri, los Uacúsecha, intentó retomar Tiripetío, Tzurumútaro, Pátzcuaro y la totalidad de la región lacustre, y fue entonces cuando aprovechó el momento y guió a su pueblo para conseguir los objetivos anhelados.
Tariácuri extendió sus posesiones y, cuando lo logró, los dividió en tres fracciones y refundó núcleos poblacionales con reminiscencias políticas y religiosas que se convertirían en cabeceras del imperio purhépecha, hasta que murió hacia 1420, como lo registra Rafael García Granados en el Diccionario biográfico de historia antigua de Méjico (UNAM, 1948).
Tierra de bosques fríos y aguas de pesca abundante, esta comarca fue, sobre todo, punto de encuentro de culturas que, con el tiempo, se propuso el acercamiento a un modo de vida especial, diferente al de otras desarrolladas en Mesoamérica, como explica un texto anónimo llamado Ceremonias y ritos de los indios de la provincia de Mechuacan (Morelia 1907). ​
Editada originalmente en la imprenta del tipógrafo Alfonso Aragón, la versión digitalizada de este manuscrito tiene el sabor de los años de presencia en la región estudiada y visitada, que alberga el legado de una civilización de existencia tan corta, fundada por los purhépechas entre los siglos XIII y XVI.
Bibliografía
González Torres, Yólotl , Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica. Larousse, 1a. edición, México (1995).
González de la Vara, Fernán (1993). «La zona lacustre de Michoacán en tiempos de los purépechas». En Manzanilla, Linda, López Luján, Leonardo; eds. (1992). Atlas Histórico de Mesoamérica. México: Larousse.
García Granados, Rafael, Diccionario biográfico de historia antigua de Méjico, México (1995), Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Históricas
Anónimo. Ceremonias y ritos de los indios de la provincia de Mechuacan. (Morelia, 1907), Tipografía de Alfonso Aragón, tomo 8 de la colección reeditada por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Beaumont, Pablo, en Relación de Michoacán, Colegio Nacional (México 1975).

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