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viernes, noviembre 22, 2024

“Los michoacanos somos purhépechas, no tarascos”

Luis Alberto García / Comachuén, Michoacán

* Puntualización enérgica del profesor Antonio Villalón.
* Los españoles, primero aliados, después enemigos.
* El fin del imperio: la rendición del cazonci Tanganxoán II.
* Murió y desapareció un rey, no una etnia ni un pueblo.
* Economía, sociedad y otros factores de desarrollo.

Para seguir cronológicamente la historia de los purhépechas michoacanos o michoacas, y tras la conquista del imperio mexica por los españoles en 1521, hay que decir que el cazonci Tanganxoán II Tzintzicha envió emisarios para parlamentar con Hernán Cortés.
Los conquistadores consideraron aliados a los purhembes porque antes habían derrotado a quienes consideraban sus mayores enemigos, y fue ese el motivo por el cual los españoles mostraron interés en ellos, además de haber conocido su método de extracción y sus trabajos con el oro y la plata.
De esta época saldría la hipótesis anteriormente mencionada del origen del gentilicio “tarasco”, que tenía el significado de “cuñado” o “segundo hermano”; pero años después, el consumarse la victoria de los europeos sobre el emperador Cuauhtémoc, esa alianza circunstancial finalizó.
Con una frase enérgica y a la defensiva, el profesor Antonio Villalón, normalista con muchos años de dar clases en las poblaciones serranas en un ejercicio de educador que lo honra, se expresa así: “Los michoacanos somos purhépechas, no “tarascos”.
Tanganxoán II Tzintzicha, monarca de los purépechas, se sometió a los españoles; pero Nuño de Guzmán, en complicidad con un guerrero purépecha, Pedro Cuinierángari, saqueó la región, cometió masacres y ordenó asesinarlo, acusándolo de alentar la desobediencia y la idolatría.
Guzmán impuso como gobernadores a cazoncis aliados a su causa y, en consecuencia, la región se desestabilizó, para que durante los años siguientes se dieran episodios de violencia extrema que finalizó con la evangelización por cuenta de misioneros franciscanos y dominicos, para así dar el control definitivo de Mechuacan a los españoles.
¿Cuándo desapareció el reino de los purhépechas?, es la pregunta al maestro Villalón, profesor con conocimientos sobre las características de los serranos de la Meseta Purhépecha, un estudioso para quien, estrictamente hablando, los purhépechas no desaparecieron como etnia originaria.
“En la actualidad, viven aproximadamente entre 140 mil y 150 mil indígenas puros, que como pueblo conservan usos, costumbres, tradiciones, cultura y creencias religiosas, en un sincretismo interesantísimo que no se ha estudiado lo suficiente, digno de mayores análisis y reflexiones”.
Lo que sí pasó -afirma el profesor Antonio Villalón-, es que ese imperio purhé desapareció tras la conquista española, integrándose administrativamente a las posesiones en América a lo largo de las gestiones imperiales, primero de los Austrias con Carlos V y Felipe II, y después de los Borbones y los que han seguido, hasta Felipe VI, actual monarca de España.
“Gracias a personajes como el obispo Vasco de Quiroga, el pueblo purhépecha pudo mantener su cultura y su idioma -sostiene-, integrándose al final a los colonizadores patrocinados por el imperio español, con el territorio de su antiguo territorio dividido en jurisdicciones dependientes del virreinato de la Nueva España”.
Tras la independencia de México, a inicios del siglo XIX, esta comunidad indígena pasaría a ser de ciudadanos de la nueva provincia mexicana creada entonces; pero ese grupo actualmente vive en México, manteniendo elementos culturales y cívicos propios, como su bandera.
Antonio Villalón, como la mayoría de quienes han dado testimonios y su palabra valiosa y enriquecedora para este trabajo, habla también de la economía, la sociedad y la cultura de sus coterráneos, resumiendo y analizando otros elementos de las comunidades indígenas.
¿Económicamente cómo vivían? ¿Cómo quedó el uso de su idioma? ¿De qué han vivido?, son las preguntas necesarias con sus respectivas respuestas. “La economía tradicional estaba basada en la caza, la pesca y la agricultura. Actualmente la economía está más diversificada. La pesca es tradicional en las zonas lacustres interiores. Para resaltar su importancia, Michoacán significa lugar de pescadores”.
En agricultura -destaca- se basa en el cultivo del maíz, el trigo, el ajonjolí y el chile; pero también es importantísimo el sector de la artesanía y el comercio, porque los purhépechas siempre han destacado por ser buenos trabajadores.
Lucía García López, autora de Nahuatzen, población serrana (Colmich 1987), escribió que “son ceramistas, alfareros, herreros y madereros, además de agricultores y comerciantes, quienes con sus labores ancestrales colaboran a su desarrollo humano y ciudadano”.

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