MÉRIDA.— Con bailes, música, botargas y alegría arrancaron las Olimpiadas 2024 del Centro de Reinserción Social (Cereso) Varonil de Mérida, Yucatán, con la participación de 500 personas privadas de la libertad, y que es parte de su reintegración a la sociedad.
⇒ El evento arrancó con un acto inaugural en el que los internos desfilaron portando banderas de 20 distintos países: Francia, Estados Unidos, Colombia, Alemania, Argentina y, por supuesto, México, solo por mencionar algunos. Además, estuvo presente la botarga de los juegos: “Solethó”.
“Sean todos bienvenidos al juego limpio, a competir en equipo y con respeto para esta fiesta deportiva. Las personas privadas de su libertad se han preparado con su característico entusiasmo, cuidando cada detalle”, afirmó Francisco Brito, director del penal meridano.
Es la quinta edición de las olimpiadas que se realizan en el Cereso de Mérida. Ahora, las actividades son reconocidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), como una práctica para la reintegración de los detenidos a la sociedad.
🏅🚔 ¡Inauguradas las Olimpiadas 2024 en el Penal de Mérida! Un evento que promueve el deporte y la reintegración en el sistema penitenciario
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Los juegos comenzaron la tarde de este jueves 25 de julio y terminan el domingo 11 de agosto; los aplausos fueron parte de la fiesta de apertura, vigilada por custodios y francos tiradores en cada torre del penal. Hubo bailes, música y hasta el encendido de la Antorcha Olímpica.
“Con la finalidad de generar espacios de sana convivencia, fomentando el deporte, fomentado los buenos hábitos con el afán de fortalecer valores, valores como el respeto, valores como el trabajo en equipo, valores como el compañerismo entre ustedes que de este espacio están trabajando empeñosamente en pro de una reinserción social, feliz y efectiva”, dijo María Fritz Sierra, secretaria de Gobernación de Yucatán.
Las disciplinas practicadas en este evento son: baloncesto, tenis, voleibol de sala y de playa y levantamiento de pesas, entre otros deportes. Se trata de una actividad que pueden tomar como una relegación dentro de sus actividades rutinarias, tomándose muy en serio este compromiso.
“Es la primera vez que estoy acá, y mucho, mucho, significa mucho, porque estamos encerrados en el penal, el penal es muy grande; olvidas que estás encerrado, te distraes, te distraes mutuamente acá”, dijo Roberto, un interno de 28 años del Cereso de Mérida.
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EM/dsc
