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viernes, noviembre 22, 2024

PÉNDULO POLÍTICO: La democracia representativa por la democracia participatica (2)

DR. EMILIANO CARRILLO CARRASCO.

El estado de animo de la población será un factor determinante de una sociedad liquida .“Sobre los elementos de la democracia como régimen político: representación y control del poder”. “La necesaria revalorización de la democracia representativa ante los peligros del discurso autoritario…”. “La “democracia participativa” en ese discurso, en realidad, de democracia sólo tiene el nombre, siendo hábilmente utilizado frente a los fracasos políticos que han experimentado las democracias representativas por la incomprensión de los partidos políticos en permitir su evolución y perfeccionamiento.
El las visiones de la 4T ,no es quítate sino crear un proyecto nación Estado ; para sustituir ese cáncer que ha carcomido a los mexicanos ,la corrupción e impunidad, enriquecimiento del erario público ,hoy los mecanismos de control económico en el meje de crear instituciones de control y detección de lo ilícito como: UIF, LGRA, TRANSPARENCIA ,RENDICIÓN DE CUENTAS ,SAT ,SHCP ,Y A LA DETERMINACIÓN DE ROMPER ESQUEMAS OLIGÁRQUICOS DE UN SOLO CIRCULO DE PODER. Todo esto dependerá de la eficiencia, eficacia a las leyes secundarias a su reglamentación. El sufragio directo, universal y secreto, donde impere el pluralismo político, y a través de procesos electorales transparentes que aseguren el acceso al poder con sujeción al Estado de derecho, en los cuales no puede prescindirse de los partidos, aunque, por supuesto, indispensablemente renovados.
Es claro que muchas veces la expresión se utiliza sin que se sepa efectivamente de qué se trata y, generalmente, confundiendo indebidamente a la democracia participativa con elementos de democracia directa, como podría ser la iniciativa para convocar una Asamblea Constituyente o para proceder a la revocación de mandatos populares. Pero en la mayoría de los casos se utiliza como una engañosa y clara estrategia para acabar con la propia democracia representativa como régimen político, exacerbando la desconfianza en las propias instituciones del Estado constitucional democrático de derecho.” Venezuela

El clamor que a veces se siente por la necesidad de la participación, la cual, además, por esencia es contraria al autoritarismo, por eso es necesario la división de poderes y la autonomía de las instituciones que permitan un estado de derecho , obliga a reflexionar sobre la propia democracia para poder situar el concepto de participación política donde le corresponde, que es, entre otros, en el ámbito local de la descentralización política. Los dos principios fundamentales de la democracia en el mundo contemporáneo son, y seguirán siendo, la representación y la participación. Y el discurso autoritario deben tenerse claros los conceptos: primero, la representación, que si a algo se contrapone, es a la democracia directa, por lo que la verdadera dicotomía que existe en este caso es entre “democracia representativa” o indirecta, y “democracia directa”.

El antecedente histórico legislativo de Venezuela y a las expresiones del cambio en México de ver la política y sus consensos a la no centralización del poder y a los principios del constituyente del 1916, y la reflexión de los entes sociales y políticos a la nueva visión del poder público y sus contrapesos de un sistema de partidos que por su existencia deberán retomar los conceptos democráticos de participación de los mejores hombres y mujeres. Las acciones mediáticas de opinión que sustituyen al conocimiento y a la reflexión de un pueblo apático y insensible a la inercia de auto destrucción de la persona.

La participación, a la vez, si a algo se contrapone, no es a la representación, sino a la “exclusión” política, de manera que la verdadera dicotomía que en este plano surge es entre “democracia participativa” o de inclusión, y “democracia de exclusión” o excursionista. Y esto es precisamente lo que se confunde deliberadamente cuando se habla de “democracia participativa” para, supuestamente, acabar con los vicios de la democracia representativa, cuando en ciertos casos lo que se quiere es destacar la necesidad de mecanismos de democracia directa, y en otros, confundiéndose los conceptos para buscar la eliminación o minimización de la representatividad y establecer una supuesta relación directa entre un líder mesiánico y el pueblo, a través de los mecanismos institucionales incluso paralelos a los propios órganos electos del Estado, dispuestos para hacerle creer al ciudadano que participa, cuando lo que se está es sometiéndolo al control del poder central, como ha ocurrido en Venezuela.

La democracia representativa o democracia indirecta, ésta es, y seguirá siendo, de la esencia de la democracia, de manera que no hay democracia sin representación, y en particular, sin órganos representativos, como son los congresos o parlamentos. Su sustitución es esencialmente imposible si de democracia se trata, sin perjuicio de que la representatividad, por fortuna, se haya venido enriqueciendo en las últimas décadas, precisamente con la introducción en nuestros sistemas políticos de mecanismos de democracia directa que la complementan, pero que jamás podrán sustituirla.

El mundo contemporáneo una democracia que sea sólo refrendaría, plebiscitaria o de cabildos abiertos permanentes, a pesar de que en casi todos los sistemas constitucionales contemporáneos se hayan incorporado mecanismos de consultas populares y de asambleas de ciudadanos con el objeto de complementar la representatividad, como son los diversos referendos (consultivos, aprobatorios, decisorios, abrogatorios, auto-riza torios y revocatorios), al igual que las iniciativas populares. Ha contribuido, en algunos casos, a la movilización popular y a la relativa manifestación directa de voluntad del pueblo; pero es claro que esos mecanismos no pueden sustituir a la democracia conducida por representantes electos.

El reto, en este punto, para contribuir a la consolidación del Estado demo y dar un giro a la ley general de partidos políticos que cumplan sus obligaciones ante el ciudadano y no un instrumento de poder de familias e intereses particular , que construye un poder político de corrupción e impunidad de estas clases políticas enquistadas.

La participación política democrática, por tanto, en ninguna sociedad democrática se ha logrado permanentemente con las solas votaciones en referendos o consultas populares, ni con manifestaciones, así sean multitudinarias, y menos de las que son obedientes y sumisas a un líder. Eso, que no es más que una forma de manifestación política, la historia se ha encargado de enseñárnosla en todas sus facetas, incluyendo las propias de los autoritarismos fascistas del siglo pasado, y no se puede confundir con participación política.

la democracia sea inclusiva o de inclusión, tiene que permitir al ciudadano poder ser parte efectivamente de su comunidad política, que ante todo tiene que ser autónoma; tiene que permitirle desarrollar conciencia de su efectiva pertenencia, o sea, de pertenecer en el orden social y político a una comunidad, a un lugar, a una tierra, a un campo, a una comarca a un pueblo, a una región, a una ciudad, en fin, a un Estado, y ser electo para ello, como representante de nuestro país, distrito y municipio. “democracia” que no es democracia, pues en el mundo moderno no hay, ni ha habido, democracia sin elección de representantes. Con esa base, en la Constitución venezolana de 1999 al Estado se lo configuró como un Estado social y democrático de derecho y de justicia (artículo 2º .), montado sobre principios de democracia representativa y participativa para garantizar, entre otros elementos, el funcionamiento de un gobierno basado en la elección de representantes, la alternabilidad republicana, la revocatoria de mandatos y la participación ciudadana en la conducción del Estado (artículo 6o.).

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