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martes, septiembre 2, 2025

A 86 años de la invasión de Alemania a Polonia en 1939

Por Lizbeth Woolf
CIUDAD DE MÈXICO.- Un día como hoy, 1º de septiembre, pero de 1939, Alemania invadió Polonia. Para justificar su acción, la propaganda nazi acusó a Polonia de perseguir a los alemanes étnicos que vivían en su territorio. También alegó falsamente que Polonia, junto con sus aliadas Gran Bretaña y Francia, estaba planeando rodear y desmembrar a Alemania.

Las SS, en colusión con las fuerzas armadas alemanas, montaron un ataque falso contra una estación de radio alemana. Los alemanes acusaron falsamente a los polacos de este ataque, y Hitler aprovechó después ese acto para lanzar una campaña de “represalia” contra Polonia.

De acuerdo con el portal encyclopedia.ushmm.org, Alemania lanzó un ataque sorpresa en la madrugada del 1º de septiembre de 1939, con una fuerza de avanzada compuesta por más de 2,000 tanques apoyados por casi 900 bombarderos y más de 400 aviones de combate. En total, Alemania desplegó 60 divisiones y casi 1.5 millones de hombres durante la invasión. Desde Prusia Oriental y Alemania por el norte, y desde Silesia y Eslovaquia por el sur, las unidades alemanas penetraron rápidamente las defensas polacas a lo largo de la frontera y avanzaron hasta Varsovia en un enorme ataque tipo cerco.

Polonia se movilizó demasiado tarde, y las consideraciones políticas forzaron a su ejército a desplegarse en desventaja. El ejército polaco carecía también de armas y equipo modernos, tenía pocas unidades blindadas y motorizadas, y solo logró desplegar poco más de 300 aviones, la mayoría de los cuales fueron destruidos por la Luftwaffe en los primeros días de la invasión. A pesar de combatir tenazmente y de infligir fuertes bajas entre los alemanes, el ejército polaco fue derrotado en cuestión de semanas.

El mundo adoptó un nuevo término para referirse a la exitosa táctica de guerra de Alemania: Blitzkrieg, que significa “guerra relámpago”. La táctica consistía en montar un ataque sorpresivo con una cantidad enorme de fuerzas concentradas en unidades blindadas, las cuales podían moverse rápidamente y contaban con el apoyo de un poderío aéreo abrumador.

Gran Bretaña y Francia cumplieron su palabra de garantizar las fronteras de Polonia y le declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. Sin embargo, Polonia se encontró librando una guerra en dos frentes cuando el 17 de septiembre la Unión Soviética la invadió desde el este. El gobierno polaco huyó del país ese mismo día.

Después de un intenso bombardeo, Varsovia se rindió ante los alemanes el 28 de septiembre de 1939.

De conformidad con el protocolo secreto de su pacto de no agresión, Alemania y la Unión Soviética se repartieron a Polonia el 29 de septiembre de 1939. La línea de demarcación se estableció a lo largo del río Bug.

La última resistencia de las unidades polacas concluyó el 6 de octubre.

En octubre de 1939, Alemania se anexó directamente los antiguos territorios polacos a lo largo de su frontera oriental: Prusia Occidental, Poznan, Alta Silesia y la exciudad libre de Danzig. El resto de la Polonia ocupada por Alemania, incluidas las ciudades de Varsovia, Cracovia (Krakow), Radom y Lublin, se organizó en el llamado Generalgouvernement (Gobierno General) al mando de un gobernador general civil, el abogado del Partido Nazi Hans Frank.

La Alemania nazi ocupó el resto de Polonia cuando invadió a la Unión Soviética en junio de 1941. Polonia permaneció bajo ocupación alemana hasta finales de enero de 1945.

Este hecho histórico desencadenó un conflicto global que involucraría a múltiples naciones y cambiaría la historia del siglo XX. La ofensiva alemana se caracterizó por el uso de tácticas rápidas y coordinadas, conocidas como blitzkrieg, que sorprendieron a las fuerzas polacas y facilitaron la ocupación de territorios clave.

El ataque provocó una respuesta inmediata de Francia y el Reino Unido, quienes declararon la guerra a Alemania pocos días después. La invasión de Polonia no solo significó un avance militar, sino también el inicio de una serie de eventos que marcarían profundamente a Europa y al mundo entero.

La ofensiva alemana sobre Polonia tuvo consecuencias inmediatas. Miles de civiles se vieron obligados a desplazarse y muchas ciudades quedaron dañadas. Las potencias europeas comenzaron a reorganizar sus fuerzas militares, anticipando un conflicto prolongado. Además, la invasión evidenció la incapacidad de algunos países para contener la agresión de Alemania, lo que generó cambios estratégicos en alianzas y planes defensivos.

Durante los primeros días, la resistencia polaca intentó frenar el avance alemán, pero la combinación de movilidad, armamento moderno y tácticas de guerra relámpago permitió que las tropas alemanas obtuvieran rápidos avances. Esta situación obligó a Polonia a solicitar ayuda de sus aliados internacionales, quienes aún no estaban preparados para una guerra de tal magnitud.

El comienzo de la Segunda Guerra Mundial marcó el inicio de un periodo de violencia masiva y reorganización política a nivel mundial. Las decisiones tomadas en los primeros meses del conflicto definieron estrategias militares, diplomáticas y económicas que durarían hasta 1945. La guerra dejó lecciones sobre la importancia de la cooperación internacional, la defensa territorial y la preparación frente a conflictos imprevistos.

Hoy, la fecha del 1 de septiembre de 1939 se recuerda como un momento crítico en la historia mundial. Museos, monumentos y programas educativos mantienen viva la memoria de aquellos acontecimientos, recordando a las generaciones actuales la gravedad del conflicto y su impacto global.

La invasión de Polonia fue la primera de las agresiones bélicas que la Alemania de Hitler emprendería. El ejército polaco fue fácilmente derrotado, al no poder hacer frente a las superiores tropas germanas, las cuales estaban usando su famosa técnica llamada blitzkrieg (‘guerra relámpago’) inventada por el general Heinz Guderian, basadas en un gran movimiento rápido de los blindados y la máxima potencia de fuego brutalmente aplicada. No obstante, la caída de Polonia se aceleraría por la posterior invasión hecha por la Unión Soviética el 17 de septiembre y la ausencia de ayuda de sus aliados Reino Unido y Francia.

La caída de Polonia significaría la caída abrupta de los estándares de vida de sus ciudadanos, especialmente de los polacos judíos, muriendo un 20 % de la población polaca existente antes de la invasión durante la ocupación.

La defensa de Polonia podía seguir dos estrategias. La primera consistía en defender los 1800 km de frontera con Alemania, protegiendo así las industrias, comunicaciones y grandes centros de población. Esta solución dejaba a los ejércitos polacos en una situación delicada, pues podían ser rodeados con facilidad debido a la gran extensión del frente. La segunda estrategia sería resistir empleando como líneas de defensa el curso de los grandes ríos, como les recomendó el general francés Gamelin en mayo de 1939: resistir en zonas protegidas por ríos, como el Vístula, el San y el Bug esperando la ayuda franco-británica. La desventaja de esta defensa era que los polacos perderían la mayor parte de sus zonas industriales y algunos grandes núcleos de población.

Para la guerra en el mar se había trazado el plan Worek (Saco) que tenía por objeto impedir el desembarco alemán en el litoral polaco. En colaboración con Reino Unido, se había elaborado la Operación Pekín donde se proyectaba que las unidades de superficie polacas se refugiarían en puertos británicos ante la superioridad de la Kriegsmarine alemana.

En total, las fuerzas terrestres polacas estaban agrupadas en siete ejércitos: Ejército de Modlin, Ejército de Pomorze (basado en Pomerania), Ejército de Poznań, Ejército de Łódź, Ejército de Cracovia, Ejército de Lublin y el Ejército de los Cárpatos. También se contaba con un Grupo Operativo. Durante la campaña, se formó el Ejército de Varsovia y el Grupo Operativo de Polesia con restos de los anteriores.

La fuerza aérea polaca desplegaba 433 aviones de primera línea, repartidos entre la Fuerza Aérea Móvil (159 aviones) y las Fuerzas Aéreas de los ejércitos (274 aviones). Aunque eran superados por sus enemigos en cuanto a número y calidad del material, los polacos lucharon con notable valor y tenacidad antes de ser vencidos.[cita requerida] No obstante, 117 aeroplanos pudieron huir hacia Rumanía antes de la derrota final.

Los aviones principalmente utilizados fueron los cazas PZL P.11, los bombarderos pesados PZL P.37 y los aviones de bombardeo ligero PZL P.23b (Karás).
AM.MX/fm

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