Los estudiantes que trabajan exigen educación que impacte inmediatamente en sus decisiones, resultados y calidad de vida
María dejó la escuela de negocios después del segundo módulo. No era que careciera de disciplina o ambición: tenía dos hijos pequeños, una reunión de junta directiva cada martes y una cascada de proyectos que requerían atención constante. Sin embargo, la universidad le ofreció un plan de estudios que contemplaba temas de marketing de los años 80´s, teorías que no aplicaría jamás y análisis estadísticos que no aportaban valor a su trabajo diario. María necesitaba otra cosa: entender cómo comunicarse mejor con culturas diversas en sus nuevas oficinas en Singapur, cómo liderar con mayor conciencia a un equipo remoto agotado y, sobre todo, cómo innovar en un mercado que cambiaba cada trimestre. Lo que la mayoría de programas ofrecía no respondía a su pregunta más urgente: ¿cuándo se usará está información?
Este caso refleja una transformación profunda en las expectativas de millones de estudiantes que enfrentan vidas complejas, con responsabilidades múltiples y una aceleración constante del cambio. Aproximadamente el 42% de los adultos trabajadores considera que la educación superior tradicional no los prepara adecuadamente para el mundo actual, según estudios recientes.
Este cambio de paradigma ha generado una demanda clara por modelos educativos que se centren en el desarrollo de competencias técnicas y humanas. La gestión intercultural, el liderazgo consciente, el pensamiento crítico aplicado a decisiones reales y la innovación y creatividad en contextos de negocio son ejemplos de competencias que un profesional maduro valora enormemente porque ve el impacto directo en su trabajo y en su vida cotidiana.
Lo que diferencia a los modelos educativos emergentes es precisamente esta orientación hacia el retorno inmediato de esfuerzo. No se trata solo de flexibilidad de horarios o formato virtual, aunque estos elementos importan. Se trata de un rediseño completo: educación modular que permita combinaciones según contextos específicos, docentes que ejercen profesionalmente en sus campos, metodologías basadas en casos reales y proyectos que generan valor aplicable el mismo día de clase. Instituciones educativas innovadoras reconocen que los profesionales ocupados requieren modelos que combinan rigor académico con aplicabilidad inmediata, y que prioricen el desarrollo de competencias sistémicas para impactar múltiples dimensiones de su desempeño laboral y personal.
Tecmilenio, por ejemplo, ha desarrollado MAPS, flexible y personalizable, precisamente para atender esta necesidad. Este modelo se estructura alrededor de certificados co-creados con empresas líderes y especialistas, en lugar de clases tradicionales, lo cual permite que profesionales con poco tiempo desarrollen competencias de alta demanda en el mundo laboral.
Como señala el Dr. Luis Gutiérrez, vicerrector académico en Tecmilenio: “La educación para profesionistas en activo debe adaptarse a las circunstancias, necesidades y metas de cada persona. MAPS es un modelo innovador, de alta calidad académica, que permite desarrollar un perfil profesional único, alineado con el propósito de vida de cada estudiante “.
Este modelo permite desarrollar competencias relevantes para el presente y el futuro del trabajo, en áreas que verdaderamente importan.
Los profesionales del presente requieren educación que reconozca su realidad compleja: vidas llenas de responsabilidades, mentes ágiles y necesidades específicas.


