CHICHÉN ITZÁ.— Los perros que deambulan en la zona arqueológica de Chichén Itzá y que pueden representar un riesgo para los visitantes, están a punto de ser capturados para recibir atención veterinaria y ser desparasitados, y posteriormente se puestos en adopción.
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El Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán (Cultur), instancia que administra la zona turística, señaló que como parte de la fase I de la “Operación Rescate de Perritos de Kukulkán” han conseguido que los animales coman croquetas durante cierto tiempo dentro de varias jaulas-trampa.
“Esta jaulas se instalaron en sitios estratégicos de esa zona arqueológica, a fin de que los perros tengan confianza para cuando llegue el momento en que aquéllas sean activadas y sean atrapados para su revisión médica”, explicó el director de la dependencia, Mauricio Díaz Montalvo, en un comunicado.
Actualmente, hay alrededor de 27 perros viviendo en ese sitio. Aunque algunas perritas han dado a luz y muchos de los cachorros han sido adoptados por pobladores de comunidades cercanas, todavía quedan bastantes canes en el sitio.
La siguiente fase de “Operación Rescate de Perritos de Kukulkán” , que durará unas cuatro semanas aproximadamente, consistirá en la identificación de cada uno de los perros, a quienes se les colocará collares de colores con su información y condición general de salud.
“Justo en el momento en que se les coloque el collar, también se les darán las medicinas correspondientes para su desparasitación”, comentaron los representantes de asociaciones protectoras de animales que participan en este operativo.
Cuando los perros sean atrapados, se determinará qué tan sanos o que tan enfermos están para que, según cada caso, se les proporcionen los tratamientos y medicinas adecuados. Después, se decidirá cuántos podrían quedarse, para mantener el equilibrio en Chichén Itzá y eviten que lleguen más perros, y cuántos serían dados en adopción.
No es un problema grave, pero con esto se busca hacer una tarea preventiva, señaló Díaz Montalvo, quien explicó que actualmente están concentrados en una campaña de información para que los visitantes a la zona arqueológica no les den comer, de modo que los perros se acostumbren a alimentarse de las croquetas que se ponen en las trampas.