FRANCISCO RODRÍGUEZ
Con los fallidos programas sociales, el gobiernito de la Corta Transformación pretende sustituir la capacidad de pensar, planear y ejecutar, como corresponde a cualquier sistema político. En lugar de ponerse a trabajar, recargan sobre la emisión de tarjetas y la construcción que la milicia está a punto de iniciar de mil sucursales bancarias del Banco del Bienestar, una etapa más de despilfarro y molicie.
El dinero, como usted bien lo imagina, saldrá de los programas médicos y asistenciales del sector salud. Se trata de la friolera de mil sucursales bancarias patito de a veinte millones por unidad: más la merma consabida, igual a más de veintitantos mil millones que dejarán de aplicarse en el sector salud. Atacaremos una emergencia cuando a una rana le salgan pelos.
Así lo han hecho para engordar los caldos de su fórmula mágica para, dicen, ganar las elecciones a favor del Caudillo: los fantasmales programas sociales que sólo han servido para engrosar los bolsillos de algunas familias del círculo familiar e íntimo del paladín de Tepetitán. Cada vez que crece un programa de marras, sufre el rubro del presupuesto elegido para la transferencia de dinero, que finalmente sale de nuestro trabajo.
Reforma al artículo cuarto constitucional para buscar la reelección
Siempre, el gran manipulador es el gran manipulado, lo han dicho todos los grandes clásicos de la literatura política y del teatro. Las mentiras y las farsas se revierten como bumerangs en contra de quien las profiere sea quien sea y ostente el grado que prefiera. La enorme comparsa de los programas sociales es hoy el bumerang volador.
Raudos y veloces, los diputados morenistas afilan los dedos de la votación para empezar a reformar el artículo cuarto de la Constitución con el objeto de meter como obligatorios erga omnes el derecho a la salud del Insabi (?), las pensiones, becas y apoyos que, como todos sabemos, han tenido un final digno de cualquier nonato: murieron antes de ver la luz.
Diputados y senadores de la casa Morena se regodean esparciendo una bola de humo: millones y millones de mexicanos se integrarán de facto a una danza que no existe. Sólo en sus cabezas, que no saben leer, sumar y menos multiplicar o restar. Afortunadamente, como en otros casos, no saben ni cómo alcanzar la mayoría requerida.
¿25 millones de beneficiarios? ¿Cuántos son de carne y hueso?
Esa fantasía de los 25 millones de beneficiarios y por ende cautivos de Morena o del partidito que elijan, no deja de ser más que un chiste del peor gusto, de la más baja estofa. Los datos duros arrojan una realidad ridícula y contundente. La decena de programas están digiriendo miles de millones del presupuesto nacional a un grupo no mayor de quince millones, en el papel.
Vaya usted a saber cuántos son de carne y hueso. Vaya usted a imaginar las mermas que se producen en el camino para destinarlas a peculios personales de la Corta o a campañas políticas del presente y del futuro inmediato. Todo sale de nuestros bolsillos y pretenden burlar nuestra expresión electoral.
Progresa – Oportunidades: 26 millones. Y no pararon la caída del PRIAN
El Programa de Pensión para Adultos Mayores tiene un registro de 7 millones de personas. De las cuales existen quejas fundadas sobre la recepción de los apoyos. Las Becas para el Bienestar Benito Juárez para educación básica, media y superior, arroja 6 millones de beneficiarios.
El Programa Sembrando Vida, con 200 mil beneficiarios. Los arbolitos apenas están empezando a sembrarse, en el mejor de los casos estudiados. El Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, 800 mil, mientras el de Bécate de apoyo al empleo, sumó 39 mil estudiantes. El Programa de Seguro de Vida para Jefas de Familia, 100 mil. El de estancias infantiles, 8 mil beneficiarias.
Sí saca usted la suma de todos, es importante destacar que no alcanza ni de broma el número de recipiendarios que en su momento tuvo el Programa Oportunidades – Progresa, que llegó a beneficiar a cerca de 26 millones y, con eso y todo, jamás pudo detener la avalancha de votos contra los ejecutores del PRI y del PAN. No se ve por qué hoy tendría que ser distinto.
En Palacio Nacional, confiados en que convertirán los panes en peces
Lo de los 25 millones de fanáticos de la Corta Transformación es una engañifa monumental. Lo mismo ésa de que hay millones de conversos adultos mayores por el simple hecho de recibir una pensión que no alcanza a cubrir las necesidades básicas de cualquier familia. Podrá ser un apoyo menor, nunca una panacea.
Es una droga dulce para población fanatizada, que cada vez es mucho menor de lo que admiten en Palacio Nacional. Los miembros del círculo íntimo del tabasqueño están súper confiados en que los programas sociales por sí solos y por la palabra de fe ramplona del Caudillo, convertirán los panes en peces. Piensan que sólo con éstos, seguirán llevándose el santo y las limosnas.
La “caja chica” del Caudillo, con más dinero que el robado por los Salinas
Las mermas de los programas insignia, Jóvenes Construyendo el Futuro, Becas Benito Juárez –que sustituyó al exitoso Prospera– y Sembrando Vida han sido comprobadas por estudiosos del IMCO y de la pobreza. Sólo un reducido cuatro por ciento emblemático recibe los apoyos. El dinero que falta… falta. Y nadie se atreve a decir dónde está. Sólo se sabe que las beneficiarias del círculo cerrado tienen nombre de mujer.
Las enormes patrañas de los montos multimillonarios de los programas sociales sólo tienen una explicación: están operados por incapaces y continúan sirviendo a intereses muy especiales. Puede ser que sean más grandes que la partida secreta, la caja chica del Caudillo, que suma más de 90 mil millones de pesos. Dato del Instituto de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, donde se aprobó.
La partida secreta, conocida como caja chica, supera con muchísimos billetes a la que tanto se criticó a Carlos Salinas de Gortari, casus belli. en su tiempo, de pleitos familiares entre Carlos, Raúl y Adriana quienes tuvieron que poner la “cara de what?” ante los bancos suizos escogidos para guardarles los intereses.
Finalmente, todas son historias de mediocres, rapaces y ambiciosos. Gente que jamás debió haber estado al frente de este país. De esos que afirmaba el gran estudioso de esos subseres, José Ingenieros, que ” sólo tienen rutinas en el cerebro y perjuicios en el corazón”. Certero como un balazo.
Los hombres y pueblos en decadencia, afirmaba Ingenieros, “…viven acordándose de dónde vienen. Los pueblos fuertes sólo necesitan saber adónde van… El mediocre es dócil, maleable, ignorante, es un ser vegetativo, carente de sensibilidad, cómplice de los intereses creados, que acaban convirtiéndose en borregos”.
Mediocres, con los más altos cargos en el corrupto sistema político
La renuncia a pensar se va haciendo hábito. La ambición de poder es una mala hierba, que sólo crece en el solar abandonado de una mente vacía, dijo el gran argentino.
Las palabras de José Ingenieros parecen retratar a los investidos con los más altos cargos en el corrupto sistema político mexicano.
Los programas sociales sirven para la propaganda, para apoyar en algunos casos y hasta para robar en grandes cantidades.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Y no, ya no hay dinero que alcance- Hace un par de días lo hizo patente, tal vez involuntariamente, el coordinador de los diputados federales de Morena, Mario Delgado Carrillo, quien reconoció que es necesario aprobar una nueva reforma fiscal para contar con recursos para financiar los programas y derechos sociales que impulsa el gobierno del presidente López Obrador. “Se tiene que hacer una reforma fiscal para tener más recursos en el futuro, ya no va a ser para financiar burocracias doradas o para el despilfarro de la corrupción, sino para financiar los nuevos programas y derechos sociales que se aprobarán en la Constitución”.
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