Por Armando Rojas Arévalo
MAYRA: Faltan muchas semanas para que superemos la pandemia, pero desde ahora se pueden pronosticar escenarios sombríos. La pandemia y la grave recesión económica provocarán crisis social y crisis política, por la desbordante pobreza. Un informe basado en un análisis del King’s College de Londres, advierte que las personas en situación de pobreza podrían incrementarse de 341 millones a 611 millones a nivel mundial; más o menos el 6 y 8 por ciento de la población total del planeta.
Sólo en Estados Unidos han quedado ya sin empleo 16.8 millones de personas, por el cierre de empresas. En tanto, en México la crisis por el COVID-19 podría sumir en la pobreza a otros 21 millones de connacionales.
Si el salario se contrajera 20 por ciento, al final de la crisis sanitaria por el COVID-19, América Latina y el Caribe tendrán 38.5 millones de personas en la pobreza más cruda. A nivel global, pero en especial a países pobres como el nuestro, habrá más pobres por el desempleo.
En una de mis recientes entregas te comentaba optimista y hasta esperanzado, que la pandemia nos haría más humanos, juiciosos y solidarios. Empero, las cifras anotadas nos conducen a ver catastrófico el panorama. El desempleo acarreará depresión emocional y podría generar estallidos sociales. La criminalidad y la violencia aumentarán. La gente tiene que comer y se aventurará a lo que sea, para llevar el pan a su familia.
A más pobres más demandas sociales…y más violencia.
NO VAMOS A CAMBIAR, seremos los mismos, y hasta peores. En entrevista para el diario Sinembargo, JOSÉ NABOR CRUZ MARCELO, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), predice que el desempleo incrementará en el mejor de los casos el empleo informal, pero también provocará alza de precios.
Empresas en todo el país empiezan a cerrar sus puertas y a despedir empleados. LUISA MARÍA ALCALDE, la joven secretaria del Trabajo y Previsión Social, informó el miércoles pasado que desde el 13 de marzo y hasta el 6 de abril se han perdido un total de 346 mil 878 empleos. Con esto, en menos de un mes, se borraron los trabajos generados en el país durante 2019.
POR OTRA PARTE, la perturbación de la actividad económica que ha producido la pandemia de COVID-19 causará una caída del comercio mundial este año de entre el 13 y el 32 por ciento, según un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC) divulgado el miércoles. El estudio contempla dos posibles escenarios, que en el caso más optimista supondría un descenso del 13 por ciento seguido de una recuperación del comercio del 21.3 por ciento en 2021, mientras que en un contexto más pesimista a una caída del 32 por ciento le seguiría una recuperación del 24 por ciento (pero que partiría de cifras más bajas que en la otra hipótesis).
En México, como en todo el mundo, los pobres serán pasto de la manipulación de los ricos y poderosos. No es por dar la razón a LÓPEZ OBRADOR, pero sabe lo que podría pasar. Al decir que “primero los pobres”, es porque sabe muy bien que ellos serán pasto fácil de estallidos sociales. Obvio.
Nuestro país empieza a vivir crisis política. Los empresarios no están de acuerdo con los programas de LÓPEZ OBRADOR ni con los resultados de su gobierno. El capital y el gobierno de LÓPEZ OBRADOR están rompiendo lanzas. CARLOS SALAZAR LOMELÍN, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, dijo en días pasados en una conferencia en internet dirigida al gremio, si queremos que AMLO deje la Presidencia de la República, debemos organizarnos para alcanzar la revocación de su mandato. Con esto, los empresarios pasaron de los reclamos propios de su actividad económica a la abierta arenga política y electoral, en un giro que muestra la creciente inconformidad expresa de algunos de los grandes capitales.
La polarización se origina por las diferencias entre unos y el otro. Aquellos quieren que el gobierno les condone impuestos, para no cerrar, y el presidente quiere cobrarles. Tanto que les pidió, como diciéndoles “acá los espero”, le ayuden a cobrar a empresarios que deben hasta 50 mil millones de pesos al SAT, que podrían servir muy bien a librar la crisis económica por Covid-19.
La rebelión del capital y la política está planteada. Los empresarios arguyen que el presidente no quiere apoyarlos fiscalmente para enfrentar la crisis económica que dejará el coronavirus. Y en esto han dejado ver las grandes diferencias que hay entre los propios empresarios, sobre todo con sus dirigentes, a quienes califican de “agachones”, porque no le exigen al presidente un plan de protección a las empresas para no cerrar y provocar más desempleo.
Por eso, el presidente les ha respondido que antes de pedir canonjías fiscales, le ayuden a cobrar los 50 mil millones de pesos que por ahí brincaron en las auditorías del SAT.
P.D.- Yo no sé qué enferma más, si el COVID 19 mismo o el torpedeo inmisericorde minuto a minuto, día y noche, de noticias y comentarios sobre la pandemia. Todos hablan y todos tienen una solución.
En suma, no hay chile que les embone, como diría PEÑA NIETO.
Lo que no tiene perdón es la avalancha de turistas nacionales a las playas y la invasión que sufrieron este fin de semana ciudades como Cuernavaca. Irresponsables. Inconscientes. Importamadristas.
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