*Entiendo que globalización y neoliberalismo, debido al tiempo real, son irremplazables, pero también sé que son corregibles, pueden y deben tomar un cauce humanista, en el que los valores morales y éticos recuperen su lugar
Gregorio Ortega Molina
Si aceptamos la hipótesis de que globalización y neoliberalismo son consecuencia y no génesis, que modificar o desaparecer el sistema de comunicación digital y el Internet, para regresar a la época analógica es inviable, sabemos ya que ese modelo económico no dormirá el sueño de los justos, pero ¿qué hacer para mitigar su carácter depredador y recuperar las funciones esenciales del Estado de bienestar?
Lo primero que ha de hacerse es rescatar al Estado, darle preeminencia por encima de los gobiernos, modificar la relación entre los poderes económico y político. Restablecer el equilibrio perdido requiere de la desaparición del concepto de poderes fácticos, incluida la delincuencia organizada. Recuperar la soberanía de ese Estado; dar a la gestión empresarial el lugar que le corresponde, con seguridad jurídica, sí, pero con sujeción a la ley. Adiós a los convenios fiscales, las condonaciones de impuestos, los rescates por encima del bienestar social. En el paraíso del capital, el peor de los pecados es la evasión fiscal; sin embargo, se las ingenian para pecar. Pregunten a Donald Trump.
Ha de procurarse que los barones del dinero, los capitanes de industria y comerciantes, recuperen ese sentido de responsabilidad que los convierte en parte del entramado social. Es importante, porque como lo demuestra una de las consecuencias esenciales del Covid-19, se profundizará la transformación del empleo y deberán crearse nuevas maneras de reorientar la capacidad de la mano de obra y el aprovechamiento de la imaginación. La automatización no es mala por ella misma, lo que hace daño es no dotar de nuevas y diferentes aptitudes a quienes se quedan sin trabajo, así como no reorientar el uso de las oficinas vacías una vez que se ha probado que el home office funciona.
¿Cómo reconstruir el modelo educativo? ¿De qué manera regresar a las artesanías su valor económico y cultural? ¿Dónde encontrar los conceptos que restituyan a los trabajos manuales su verdadero valor económico y humano? ¿Qué hacer para repoblar el campo, y cómo modificar el estatus de campesino en agricultor? La gestión alimentaria debe recuperar su verdadero nivel de importancia, por encima de la especulación financiera.
El concepto de tiempo real es irremplazable, pero es importante darle su justo valor, ni infra ni sobre lo que es, y al lograrlo se restituirá el humanismo a la vida diaria, a la decisión correcta, pero también a la equivocada.
Cioran, en Ejercicios de admiración y otros textos, lo aclara: “La existencia sólo posee legitimidad o valor si se es capaz de discernir, en el nivel mismo de lo ínfimo, la presencia de lo irremplazable. Quien no lo logra en absoluto reducirá el espectáculo del devenir a una serie de equivalencias y simulacros, a un juego de apariencias sobre un fondo de identidad. Se creerá clarividente y lo será sin duda, pero la clarividencia que alcanzará, a fuerza de hacerlo oscilar entre lo fútil y lo fúnebre, acabará hundiéndolo en obsesiones infructuosas, en el abismo del sarcasmo y la complacencia en la retractación”.
Entiendo que globalización y neoliberalismo, debido al tiempo real, son irremplazables, pero también sé que son corregibles, pueden y deben tomar un cauce humanista, en el que los valores morales y éticos recuperen su lugar.
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