La primera cosecha o “Jo’oche’ kool” es una ceremonia que los antiguos indígenas mayas realizaban. Esta continúa viva como agradecimiento por la primera cosecha de maíz.
Es una ceremonia en agradecimiento al dios de la lluvia, al dios del monte y todos los Yundzilob (cuidadores de la milpa); que gracias a se reciben las cosechas.
El evento consiste en que los campesinos van a la milpa, seleccionan un elote tierno y este va al pib o lo sancochan. Escogen los más maduros para desgranar, luego se llevan a moler para que se haga el “ishua” (tortilla de maíz nuevo).
Aunque bien el Jo’ol che’ kool tiene otras maneras de llamarse, se le conoce mejor bajo el mencionado. Como se explicó anteriormente, se trata de la elaboración de “atole nuevo”, con maíz tierno de primera cosecha y se le acompaña con el Pibil Naal; que es un elote cocido en un horno enterrado o Chakbil Nal (sancochado). Además de tortillas hechas con maíz nuevo o tierno llamadas iis wáaj o Iswaaj.
En esta tradición ancestral, los hombres se dedican hacer el pib, cargan los elotes desde la milpa. Por su parte, las mujeres se encargan del “ishua”. Para los mayas, si este ritual no se realiza, se pueden atraer malas cosechas o incluso ‘castigos’.
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¿Cómo se realiza?
Todos los campesinos varones se reúnen alrededor de la milpa para cortar los tiernos elotes y preparar el pibil nasl; las mujeres se encargan de desgranar y preparar el atole con una selección de maíz duro. Los tiernos se usan para el pibil naal.
“El Pibil Naal, es enterrado entre las cinco y seis de la tarde, y toda la noche estará en el horno, mientras que las mujeres preparan el atole, y no se puede preparar para nada, es un pecado para ellos, y es muy peligroso tirar o dejar caer un grano de maíz, porque es tan sagrado y por eso no participan los niños porque la primera cosecha es tan sagrada, que debe ser consumido total; la esencia del atole y el elote y del iis wáaj”, explicó José Manuel Poot, príncipe maya.
Al día siguiente, se regresa para desenterrar el maíz alrededor de las 4 o 5 de la madrugada. Regresan con atole de maíz nuevo. Ahí hacen un pequeño altar y colocan 4 jícaras en las esquinas (como indicador de los 4 puntos cardinales) de las milpas; a los 4 guardianes o cargadores del mundo y también a todos los cuidadores del monte. Ellos son los primeros en probar el maíz.
“La cultura maya es tan grande, tan fuerte, que saben que hay energía rondando y energías cuidando y Dioses encargados, en la cosmovisión maya todo tiene su visión y sabemos que hay orden y funciones dentro de la misma, como el Dios Chac que se encarga de regarla, y para eso hay otra ceremonia”, explicó José Manuel.
De manera adicional, la festividad empata con las fiestas más grandes: Janal Pixán, que también se le llama comida de las ánimas. En esta fiesta también se puede degustar el atole nuevo y elotes sancochados.
#AlMomento #Hopelchén: El sacerdote maya Antonio Poot Chan ofrece primicia por primera cosecha. pic.twitter.com/fGlKXAt190
— Tribuna Campeche (@tribunacampeche) October 4, 2015