MÉRIDA.— En la zona arqueológica de Kulubá, en Tizimín, al oriente de Yucatán, se halló una escalinata de un palacio milenario, que se suma a otros hallazgos arqueológicos en el lugar. El sitio ya está siendo estudiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El descubrimiento, a cargo del arqueólogo Alfredo Barrera, se trata de unas escalinatas que habrían sido utilizadas por la élite del lugar para subir al palacio, ubicado al oriente de la plaza principal de Kulubá. Esta construcción tiene 55 metros por 15 y 6 metros de altura.
⇒ Las primeras investigaciones de Kubulá fueron en 1980. Sin embargo, fue hasta el 2018 cuando los arqueólogos regresaron al sitio, con nuevas excavaciones.
#INAHTV 🎥 | Hallazgos en Kulubá
Una estructura de 55 metros de largo, junto con cuatro edificaciones del Grupo C de la ciudad prehispánica, es investigada por expertos del #INAH.#Video 👉 https://t.co/myDJzC9Vre pic.twitter.com/o44U2C6UQ8
— INAHmx (@INAHmx) December 27, 2019
⇒ Kulubá se encuentra al oriente de Yucatán, aproximadamente a unos 33 kilómetros de la cabecera municipal de Tizimín, y está a la espera de ser restaurada.
Los materiales de la construcción, así como otros hallazgos como tinajas y fragmentos de cerámicas de distintos colores, indican que se dieron dos fases de ocupación de Kulubá: una en el periodo Clásico Tardío (600-900 d. C.) y otra en el Clásico Terminal (850-1050 d. C.).
“En el caso de Kulubá hay dos momentos importantes que es el Clásico Tardío, del 600 al 900 después de nuestra era, y el Clásico Terminal de 850 a 1050 después de nuestra era, estos dos momentos marcan los periodos más importantes de esta ciudad maya. En el primero, pues es una cultura regional, es una arquitectura regional, y en el segundo se caracteriza por la llegada de los Itzáez de Chichén Itzá”, afirmó Alfredo Barrera.
El lugar ha pasado ya por varios proyectos de restauración en los últimos años. Abarca alrededor de 9 kilómetros y estuvo influenciado por la región Puc y Chichén Itzá. El sitio está compuesto por alrededor de 400 estructuras, con rejolladas que abastecían de agua a la ciudadela donde se cultivaba el cacao. Se espera que se abra al público en algunos meses.
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EM/dsc