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jueves, noviembre 21, 2024

Rescatan a orca pigmea varada en playas de Yucatán

MÉRIDA.— Un espécimen de orca pigmea recaló en playas de la comunidad costera de Dzilam de Bravo, en Yucatán, la noche del domingo, por lo que un grupo de ambientalistas se organizó para rescatarla y mantenerla estable hasta que llegaron biólogos para hacerse cargo de ella.

Activistas y expertos colocaron la orca pigmea en un contenedor para luego trasladarla a la reserva estatal ecológica de Dzilam de Bravo, a 85 kilómetros al oriente de Mérida, a cargo de Javier Nadal, en donde fue colocada en una pileta poco profunda y ahí se pudiera recuperar.

⇒ Los voluntarios, que bautizaron al ejemplar marino como Escuishe, trabajaron buena parte de la noche para mantenerle estable; a su llegado, especialistas de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) le prestaron la atención adecuada.

La orca pigmea es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Delphinidae, pequeña y poco estudiada. Su nombre deriva de algunas características físicas que la hacen, a simple vista, parecida a la orca de mayor tamaño.

⇒ Luego de hacerle los estudios correspondientes, podría ser liberada en el mar. Estaba varada en el puerto de abrigo de Dzilam de Bravo, en una zona peligrosa porque abundan muchas piedras.

“En ese momento no sabíamos si regresarlo al mar o trasladarlo a un lugar más cómodo. La orca estaba muy nerviosa, se movía mucho y respiraba muy agitado”, relató Victoria Avilés Pastrana, quien junto con sus amigos conforman la agrupación de voluntarios Jóvenes Aliados al Medio Ambiente (JAMA) de ese puerto.

Por su parte, el académico y responsable del Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de Yucatán, Raúl Díaz Gamboa, indicó que se trata de un ejemplar macho de edad avanzada, quien aparentemente sufre una afección en su sistema respiratorio.  

Las orcas pigmeas son animales de aguas profundas, de la familia de delfines, que no están acostumbrados a esta zona. Recaló porque está muy enfermo”, señaló.

Junto con sus estudiantes de la licenciatura de Biología Marina, el doctor Díaz Gamboa está monitoreando el estado de salud y la respiración del animal. Le pusieron una sabana amarrada en unas maderas para inmovilizarlo y de esta manera evitar que se golpee con las paredes de la pileta.

Ahora, sólo queda esperar que lo revise un médico veterinario especialista en mamíferos marinos, quien le va a tomar muestras médicas y de esta manera conocer con exactitud de qué está enfermo. De esta manera podrán aplicarle un tratamiento médico y evaluar si se puede liberar en el mar. 

La idea es que tenga más oportunidades de sobrevivir en su hábitat, porque no es viable  dejarlo durante semanas en la pileta ni llevarlo a un delfinario en donde pudiera poner en riesgo a otros animales”, apuntó el experto.

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EM/dsc

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