Gregorio Ortega Molina
- La realidad pura, muy al margen de los “otros datos”, es que hicieron de la salud de los mexicanos, negocio de la privanza personal de algunos listillos que están en el ánimo y en el pecho presidencial, a pesar de no ser bodega, sino sólo un santuario que garantiza complicidades e impunidad a quienes se encargaron de destruir el modelo de bienestar
Orondos y sin despeinarse, juegan con la salud de los mexicanos. Asegura, el tartufo Pedro Zenteno Santaella, director del ISSSTE, que “abril será el último mes para vacunarse contra la Covid-19, por lo que llamó a las personas que aún no tienen el esquema de vacunación completo a que reciban el biológico”.
En mensaje publicado en su página de Facebook, “el mes de abril lo vamos a dedicar a cerrar el ciclo de la vacunación contra el Covid-19 en todo el país. A todas y todos los que no tienen el esquema de vacunación completo les recordamos que este es el último mes para hacerlo”, sostiene ¿Es cierto? ¿Es comprobable?
Son falsarios, nunca han dado las cifras correctas ni certificadas. A la fecha se desconoce, con exactitud, el número de fallecimientos debido a la pandemia, ya no digamos la cantidad de dosis inoculadas y a quienes les fueron aplicadas; ¿cuántas personas se negaron a vacunarse? ¡Vaya, ni siquiera tienen claro el destino de las dosis de vacunas perdidas! Es de suponerse que algunos, con la anuencia de otros, las traficaron o las donaron. A saber.
En cuanto a “su” verdad y sus datos de que la ronda concluye, es mentira flagrante. ¿Cuántos mexicanos menores de 12 años, pero mayores de cinco, no han sido vacunados, y ni siquiera han expuesto una razón científica válida para negarse a cumplir con el mandato constitucional del derecho a la salud? ¿Son miles, cientos de miles, o millones de niñas y niños mexicanos que no serán vacunados porque el tío Andrés Manuel se niega a hacer el gasto?
Regreso a mis lecturas de Alain, a esa su área de estudio sobre lo imaginario y lo real, y reencuentro lo siguiente: “El hombre es un mimo, violenta y trágicamente un mimo. Incluso sostengo que nunca siente lo que afirma que le aflige, sino únicamente lo que él hace. Si mi enemigo rechina sus dientes delante de mí, sólo es un malestar superficial… pero yo también rechino los dientes y me pongo furioso igual que él”.
La realidad pura, muy al margen de los “otros datos”, es que hicieron de la salud de los mexicanos, negocio de la privanza personal de algunos listillos que están en el ánimo y en el pecho presidencial, a pesar de no ser bodega, sino sólo un santuario que garantiza complicidades e impunidad a quienes se encargaron de destruir el modelo de bienestar, que si bien no era el de Dinamarca, rara vez dejaba de surtir recetas, distribuía los medicamentos, estaba atento a lo necesario de los niños con cáncer, pero sobre todo cumplía, puntualmente, con las campañas nacionales de vacunación.
@OrtegaGregorio