Por: Teresa Gil.
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El momento cuando nadie quiere caer en el error, se está iniciando. La gran verdad de César Garizurieta Erenzweig, aquel diplomático y legislador veracruzano a quien llamaban el Tlacuache, confirma su evidencia, cuando hasta el menos pintado se cree candidato presidencial. Y la fiebre por un dinero que no es suyo, exhibe todas las características de la avaricia en el ser humano. Las candidaturas de AMLO navegaron meses por un mar tranquilo prácticamente, mientras se sumaban los nombres de los que creen tener tamaños. Para los que arriban desde el PAN, el PRI y el MC, la lucha es desatada. El 2024 es la oportunidad para recuperar un presupuesto en cuyas entrañas evitarían ser juzgados como erróneos, por aquel el gran Tlacuache, que se suicidó ante la miseria que contempló en sus adláteres del Congreso. Fue en abril de 1961. El último destape actual, aunque ya se mencionaba, del gobernador de Querétaro José Eduardo Calzada Rovirosa de parte del titular del PAN Marko Cortés, casi le dio un soponcio a la señora Lily Téllez. Su traición la iba considerar bien pagada como candidata del partido de derecha, pero al parecer se le está yendo. Aparte de que no hay tamaños para la silla.
AQUEL SINGULAR PERSONAJE QUE DEFINIÓ AL PODER POR EL USO DEL DINERO
La voz popular a veces acomodaticia, le pone etiquetas a los personajes para encajonarlos en mentiras repetidas. Ha pasado en el caso de César Garizurieta Erenzweig el famoso Tlacuache (Tuxpan 1905-1961), llamado así en el séquito de Adolfo Ruiz Cortines a quien le gustaba, decían, tener su propio zoológico incluidos el pollo, el cuino, el sapo, la leona, etcétera, apodos con los que tildaba sin menor respeto, a destacados políticos que integraban parte de su gabinete. En ese tiempo los políticos tiraban la broma molesta pero después el humorismo oficial tuvo signos de pesos. Garizurieta es visto por esa vena popular como un ser cantinflesco, risible, botanero, pero si se profundiza en su vida, en la verdadera historia que se ha escrito de su trayectoria, fue un tipo que hizo críticas directas al poder en el que se movía, que promovió el cambio en el país no solo con su famosa frase: ”Vivir fuera del presupuesto, es vivir dentro del error”, al denunciar la utilización de los recursos públicos a través no solo de la institucionalidad, sino al exhibir cuestiones reprobables, algunas en su labor como diplomático.
A DIFERENCIA DE DIPUTADOS VIVIDORES. GARIZURIETA HIZO GRANDES APORTES
Pocos son los que circulan en el momento actual, que tienen méritos para la silla presidencial. Pocos tienen carrera firme, aportes y luchas que los distingan. La mayoría ni siquiera conoce al país a fondo. Se está viendo en el estado de México, con la pobreza de algunos de los propuestos. Se capta la intención de los partidos perdedores de saltar la barrera e iniciar con esa gubernatura una vía segura al Palacio Nacional o de nuevo a ¡Los Pínos! Sobre el caso de el Tlacuache se menciona que el sociólogo y jurista Lucio Mendieta y Núñez, director por muchos años del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UNAM, lo recuerda como un impulsor de la autonomía universitaria en 1929. Respecto a la cual sostiene, Garizurieta creó una revista especial que él dirigía para impulsar ese estatus, que a veces se cuestiona por la inseguridad que se vive en el campus. Abogado y narrador, escribió varios libros sobre todo de ensayo y cuentos, uno de ellos El apóstol del ocio (Libro del Cuervo, Barcelona 2005). Cuando se tiene a la vista la forma como el país fue saqueado a lo largo de décadas, utilizando incluso fórmulas legales para ocultar esos saqueos, se entiende la advertencia de aquel hombre, que algunos usaban como chacota, ante el peligro de sus críticas y quien hastiado de esas miserias, terminó por quitarse la vida en la misma cámara de diputados. Lo grave es que en este momento quien puede encabezar las próximas campañas electorales que definirán parte de nuestro futuro, adolece del mismo problema de corrupción. En estos días se están denunciando los enormes gastos ejercidos por el INE, sobre todo de su consejero presidente Lorenzo Córdova, de tal forma que no hay una guía moral y ética que defina el futuro próximo de un cambio como no sea la vigilancia de pueblo. Los tlacuaches, no solo en sobrenombre sino en la realidad de su especie, son catalogados como un genero único de marsupial de grandes características.
Quizá por ello Garizurieta se sentía orgulloso de que lo llamaran así, aunque para los ignorantes, que en esta época también hay muchos, fuera un sobrenombre despectivo.
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