CIUDAD DE MÉXICO.— El presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció públicamente tras darse a conocer su tercer contagio de Covid-19, al tiempo de reconocer complicaciones en su estado de salud tras una baja en su presión arterial y “una especie de váguido”.
A través de un video publicado en redes sociales, con una duración de 18 minutos, el mandatario federal indicó que su contagio de Covid-19 se complicó por los cambios de temperatura a los cuales se expuso durante el fin de semana pasado, donde estuvo de visita en el sureste mexicano.
“Estoy bien, tengo Covid, se me complicó porque me fui a una gira muy intensa (…) hubo cambio de clima. Y ahí (en Mérida) me hizo crisis porque se me bajó de repente la presión y estando en una reunión con ingenieros militares (…), pues como que me quedé dormido, un especie de váguido”, indicó López Obrador mientras caminaba por los pasillos de Palacio Nacional.
El mandatario sostuvo que no perdió el conocimiento, sólo fue un “desmayo transitorio” por la baja de presión y durante su traslado a la Ciudad de México iba consciente. “Me pusieron suero, me levantaron la presión y ya, afortunadamente no pasó a mayores, no hay afectación en el corazón, en el cerebro”, apuntó.
Una conversación sobre mi salud, para amigos y adversarios. pic.twitter.com/f6qaq7Jtps
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 26, 2023
Ante las especulaciones sobre su salud por parte de sus adversarios, López Obrador aseguró estar bien, trabajando y que durante sus días de reposo ya escribió dos discursos, uno por el 1 de mayo, Día del trabajo, y uno más para el 5 de mayo, con motivo de la Batalla de Puebla.
“Llama la atención de algunas personas, quienes quisieran que yo desapareciera, no deben actuar de esa manera. Me producen sentimientos de afecto, pues los considero muy desprovistos de buenos sentimientos, los veo muy solos, muy vacíos, con mucho odio, no deberían de pensar así, no hay que desearle mal a nadie. Hay que aplicar el principio del amor al prójimo”, afirmó.
Incluso, el mandatario se dio tiempo para mostrar “la intendencia de la traición”, que es donde apresaron al entonces presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, para luego, por órdenes de Victoriano Huerta, asesinarlos el 22 de febrero de 1913 en las inmediaciones del Palacio de Lecumberri.