Adrián García Aguirre / Calakmul, Camp.
*Experiencia para quienes buscan emociones para compartir.
*Se ubica en la zona arqueológica de ese nombre.
*Está escondido en la espesura selvática de Campeche.
Este sitio monumental y único obliga a detenerse y mirar hacia el pasado, hacia el interior de la historia antigua, y debe saberse que este notable vestigio milenaria ciudad aparece en el reverso de los billetes de mil pesos, porque de esas dimensiones es su importancia.
Si se es de los que buscan desconectarse del bien llamado mundanal ruido, perderse a propósito, descubrir caminos sin etiquetas y volver con historias que no necesitan filtros, esto es para personas de esa naturaleza y carácter.
Es la zona arqueológica de Calakmul, el imperio que aparece Enel bolsillo o en la cartera de cada uno de nosotros, cuya pirámide principal destaca entre la vegetación exuberante y eterna.
En la parte más remota del sur de Campeche, en los límites fronterizos con Guatemala, se encuentra una ciudad que fue poderosa, influyente y, durante siglos, rival directa de Tikal, situada en territorio centroamericano.
Es la región arqueológica de Calakmul, en corazón del antiguo reino de la Cabeza de Serpiente, nombre que no es un invento, sino parte de un sistema económico, social y político maya que controlaba vastas zonas de las entonces conocidas como Tierras Bajas.
Hoy, esta antigua urbe se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera Calakmul, un área natural protegida, tan vasta que es considerada uno de los tres lugares de biodiversidad más grandes del planeta.
Así que, cuando se camina entre estas ruinas, no sólo exploran piedras antiguas, sino que nos adentramos en uno de los ecosistemas más especiales y abundantes del continente americano.
¿Qué se puede ver en la zona arqueológica de Calakmul? Más de cinco mil estructuras registradas, aunque muchas aún permanecen ocultas bajo la vegetación; sin embargo, su pirámide central impone por sus casi cincuenta metros de altura, entre las mayores de todo el mundo maya.
Desde la cima, la vista es completa, solamente selva y bosque tropical, un tipo de lugar que nos hace sentir pequeños, pero vivos para poder admirar y contemplar tanta grandeza.
Además del impacto visual, el sitio alberga más de un centenar de estelas, muchas de ellas pertenecientes al periodo Preclásico Tardío, inscripciones que han permitido a los arqueólogos reconstruir la historia política de una urbe clave para comprender el poder de la civilización maya.
Las estructuras se conectan mediante plazas y sacbés (senderos) o calzadas que se funden con la vegetación, generando una atmósfera que cambia a cada paso; pero lo que se ve es solo la mitad del viaje y lo que se escucha y siente completa la experiencia.
Mientras caminamos, es posible oír a los monos saraguatos marcando su territorio desde las copas de los árboles, o las aves endémicas cruzando el cielo, asimismo, los jaguares de Calakmul, aunque invisibles y huidizos, dejan sus huellas que recuerdan que esta selva también les pertenece.
Y no solo dentro del sitio arqueológico, pues desde que se entra a la Reserva de la Biósfera Calakmul, el entorno cambia por completo: durante el trayecto en carretera, es común que fauna como tejones, serpientes, pavos o venados crucen el camino.
Por ello es crucial conducir con precaución: este no es un trayecto cualquiera, porque está atravesando uno de los corredores biológicos más importantes del país, hay que ir a baja velocidad, abrir bien los ojos y respetar el paso.
Explorar Calakmul equivale a asumir el rol de observador en una tierra que sigue latiendo al ritmo de la naturaleza y la historia, en donde cada estructura, cada sonido, cada cruce inesperado de animales, recuerda que este lugar está vivo y es irrepetible.
¿Cómo llegar a Calakmul? No es sencillo, y hay que salir de la ciudad capital del estado de Campeche por la carretera México 261 hasta Escárcega, y luego sigue por la México 186 en dirección a Chetumal.
En el kilómetro 95, justo en el ejido Conhúas, hay una desviación: sesenta kilómetros más de camino pavimentado dentro de la selva y llegar al esplendoroso destino para quienes buscan caminos menos transitados; pedro ese trayecto es una promesa cumplida.
También se puede llegar en el Tren Maya: la estación Calakmul está a cincuenta kilómetros del sitio arqueológico y se inspira en la máscara funeraria de jade encontrada aquí.
A solo 10 kilómetros del sitio, ya opera el Hotel Tren Maya Calakmul, parte del sistema turístico del Tren Maya. Ofrece 144 habitaciones rodeadas de selva, alberca, temazcal, spa, bar, internet, terraza privada y un diseño pensado para integrarse con el entorno natural.
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