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viernes, noviembre 22, 2024

Comunidades Mayas exigen freno a desarrollo de granjas porcícolas en Yucatán

A causa de los proyectos de la industria porcícola, la contaminación de recursos naturales y los problemas a la salud de pobladores; comunidades mayas en Kinchil, Celestún y San Marcos, Maxcanú, van a realizar una consulta con el fin de frenar la construcción de mega granjas en sus comunidades.  

Según informaron los representantes y activistas en una rueda de prensa, el pasado martes 13 de julio; la consulta será en las comunidades indígenas con el objetivo de hacer valer su derecho a la autonomía frente a los proyectos extractivos y de desarrollo. La industria porcícola ha afectado al territorio indígena, sus recursos y también pone en peligro su existencia como pueblo indígena; indicaron.

Si no se detiene la industria, la contaminación de sus recursos y deforestación; los pueblos tendrían que verse obligados a desplazarse a otras comunidades para vivir. Por ello, desde el próximo jueves y viernes, comenzarán con la fase informativa y asambleas en los poblados mencionados.

 

De manera simultánea se hará la votación en las tres comunidades el domingo 25 de julio y anterior a esto serán las asambleas informativas. Convocaron a pobladores; organizaciones civiles; autoridades estatales, municipales y federales; comisarios y también a las mismas empresas para que participen en el ejercicio ciudadano de los pueblos mayas.

A pesar de la pandemia, han construido dos granjas que se suman a las 4 existentes en Kinchil, informaron los integrantes del Consejo Maya del Poniente  Chik’in Ja’ – Kinchil, del Consejo Maya del Poniente Chik’in Ja’ – Celestún, el Colectivo de Atención Comunitaria U yutzil kaj e Indignación.

 

Esta consulta indígena está reconocida en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre pueblos indígenas. La cual busca tener el consentimiento del pueblo.

Los líderes mayas comentan que ya hay afectaciones en sus pueblos y por ello se autoconvocan para preguntar a los pobladores sobre su opinión respecto al establecimiento de las granjas.

Carlos Llamá, de Kinchil, indicó que antes de la pandemia habían instalado cuatro granjas, a pesar de que se detuvieron los trabajos y la economía por la emergencia sanitaria, la industria no paró en su comunidad, pues ahora tienen seis:

“Cuando todo mundo estaba oculto, cuando estaba resguardándose, ellos continuaron”, añadió.

Por su parte, Cinthia Cocom, de San Fernando, hizo saber que como pueblo tienen derecho a decidir lo que quieren para su comunidad. No obstante, las empresas y  autoridades no preguntan si pueden poner o no una megagranja. Ante ello, indicó que sólo fue impuesta la otra con un supuesto beneficio al pueblo, para generar empleos.  

“Con eso nos están chantajeando, que si no los apoyamos para que siga la granja nos van a quitar el internet. No es justo que, como somos de pueblo, jueguen con el sentimiento de las personas”, expresó.

 

Aunado a esto, indicó que los residuos de los cerdos contaminan el ambiente generando mal olor y ensuciando el agua; se han creado fosas que acumulan moscos y otros insectos, y cuando llegan las lluvias todo sale y causa peor olor. 

“No es justo que por ser mayahablantes nos echen de menos, también tenemos derecho a decidir y decir no”, añadió.

De igual forma, Alberto Rodríguez Pisté, de Chik’in já, Celestún, expuso que están preocupados por la situación: la granja vierte sus aguas negras al suelo, lo cual se filtra en los mantos freáticos; las descargas de aguas residuales con excretas y demás partículas peligrosas caen directamente sobre el agua estancada por las lluvias. Con el paso del tiempo llega al río de Celestún, pasando por cenotes. 

Además está el problema de la deforestación de cientos de hectáreas en la construcción de otras cuatro granjas, para tener un total de 10, con más de 100 mil cerdos. Si la situación continúa, advierten los pueblos mayas, que las actividades turísticas y pesqueras de la comunidad serán gravemente afectadas por la contaminación del agua.

 

 

En caso de que persista esto, los habitantes tendrán que verse obligados a desplazarse a otras comunidades como Sisal. Lo cual modificará el estilo de vida y continuará con la privación de los derechos de las comunidades mayas.

Las asambleas informativas se van a realiza el jueves 15 de julio a las 18:00 horas en Celestún, el viernes a las 16 será a las 10:00 horas en San Fernando y también en Kinchil, pero a las 18:30 horas. Culminarán con la fase consultiva en las tres comunidades el día domingo 25 de julio.

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