Sara Lovera
CIUDAD DE MÉXICO / SemMéxico.- Prevenir la violencia contra las mujeres no es una utopía, sino es una necesidad erradicar el flagelo humano que, de acuerdo con Naciones Unidas, afecta al 30 por ciento de las mujeres del mundo.
Las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico; pues sucede y crece en todos los países, independientemente de su orientación política o situación socioeconómica.
¿De dónde viene? Según la experticia, la violencia contra las mujeres sólo por ser mujeres es realmente existente. Esta violencia impide la autonomía y el desarrollo de millones de mujeres. Gobiernos, feministas, académicas y académicos reconocen que es una pandemia, así como una de las manifestaciones más claras de
desigualdad y subordinación que se da por relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, así como por la diferencia subjetiva entre los sexos.
La violencia contra las mujeres un fenómeno estudiado desde hace 40 años, documentado como un problema de salud pública que conspira contra el bienestar, libertad y el desarrollo de las mujeres. Hay diagnóstico y explicaciones vastas, pero ¿por qué persiste? Se agrava en contextos de crisis económica, violencia estructural, conflictos armados, migración, crimen y guerras.
Hasta septiembre, 300 mil mexicanas sufrieron alguna forma de violencia en el ámbito público y privado, como mal imposible e interiorizado pese a leyes, protocolos, fiscalías, programas, instituciones y refugios.
Wendy Figueroa Morales, directora de la Red Nacional de Refugios, explica que en 2024 unas 24 mil mujeres y sus hijos e hijas se han ido a vivir en un refugio huyendo de la violencia machista. El aumento fue de 75 por ciento comparado con 2023.
¿Qué debe hacer el Estado ante la violencia contra las mujeres?
El Estado, que incluye gobierno, instituciones y comunidad, debe poner en práctica una política integral, como manda la Ley de Acceso de las Mujeres a Una Vida sin Violencia, que aporta todos los instrumentos para frenarla.
Sin embargo, Marcela Lagarde y de los Ríos, autora de dicha ley, sostiene que el Estado está rebasado por todas las violencias, incluido el feminicidio, considerado el extremo de la violencia contra las mujeres. Pese a ello, se conoce como el marco jurídico y el andamiaje institucional.
Las expertas afirman que las conductas machistas están interiorizadas como lo que toca vivir a las mujeres, no hay conciencia ni se sabe que son delito y están en las leyes.
Edith Olivares Ferreto, directora de Amnistía Internacional en México, y la consultora feminista Andrea Medina Rosas enfatizan que el aparato de justicia es carente de una visión feminista y de derechos humanos. Ante ello, consideran que es urgente capacitarlo, pero hace un lustro que no hay recursos, por lo que es imposible la justicia.
Para prevenir la violencia contra las mujeres es fundamental y básico informar, con la finalidad de hacer conciencia y capacitar a la población sobre las consecuencias de esta. Desde hace 50 años el Estado Mexicano firmó, “por voluntad propia”, acuerdos internacionales, que no cumple, no hizo una reforma al Sistema Educativo Nacional y tampoco procura el compromiso de los medios de comunicación, ambos pilares del cambio de conciencia.
¿Cómo prevenir la violencia contra las mujeres?
La violencia en pareja es la más extendida y cotidiana. En ella, el agresor siempre tiene como objetivo producir daño y conseguir el control sobre las mujeres. La prevención es la única forma de detener la violencia antes de que ocurra: reeducando a la sociedad y a los hombres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) creo una guía de prevención con recomendaciones y acciones, entre las que destaca:
Accionar una política firme, de respeto y claridad
Conocer los indicios del maltrato y aprender cómo ayudar
Promover una sociedad que exija respuestas y servicios adecuados
Comprender qué es el consentimiento (en violación y abuso sexual)
Aplicar leyes que fomenten la igualdad entre hombres y mujeres
Invertir y escuchar a las organizaciones de mujeres
Impedir las múltiples formas de discriminación vividas por las mujeres
Desarrollar políticas, programas y campañas de apoyo a las víctimas
Generar ambientes y entornos seguros
Sin embargo, Amnistía Internacional detectó algunas fallas institucionales, como la ausencia o no aplicación de las leyes sobre violencia contra las mujeres, igualdad y no discriminación. Sumado a que deben trabajar en la comunidad y no sólo repartir dinero; además de promover normas sociales que eliminen la discriminación, educar para que no se perpetúen los privilegios masculinos y ni se limite la autonomía femenina. A estos se le suma el procurar cambios en la vida interpersonal, de pareja y familia con relaciones controladas por el hombre; y, acabar con la dependencia e informar sobre conductas socialmente consentidas.
Acciones que urgen
Algunas de las acciones que urgen para prevenir la violencia contra las mujeres son: exigir medidas concretas a los responsables de la toma de decisiones; hacer conciencia sobre la violencia feminicida, la discriminación y la desigualdad femeninas; hacer de la prevención una cruzada nacional con voluntad política erradicando la violencia machista. Y, educar, e informar sin descanso, este el antídoto.
AM.MX/fm
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