Por: Francisco Rodríguez.
- 4T: Políticos que no respetan su palabra
- Mienten, roban, traicionan
- ¿Le cree a Sheinbaum? Yo tampoco
¿Cuál es el valor que los políticos de la 4T dan a su palabra?
La respuesta es: cero.
Ya no son sólo como el personaje tragicómico La Chimoltrufia –varias veces citada aquí– que lo mismo dicen una cosa que dicen la otra.
Hoy les basta con un “me equivoqué”, como el proferido por Andrés Manuel López Obrador en una de sus recientes matinés… o como su secretario de Gobernación Adán (Augusto) López quién miente ante los medios con toda desfachatez.
— ¿A qué vino a la Corte de Justicia? –le preguntaron alguna vez mis colegas reporteros, tras perseguirlo en el Metro y tras un taxi.
— A saludar a los ministros –respondió, cuando era evidente que había acudido a cabildear, si no es que hasta a presionar a los togados.
— ¿Qué le dijo a Alito? –volvieron a interrogarlo, tras un prolongado abrazo con el dirigente del CEN del PRI, que no pasó inadvertido para nadie.
— Nada, sólo lo saludé –volvió a evadir la respuesta.
Las palabras de los políticos pesan lo mismo que una pluma o una navaja de afeitar.
“Confío en él, es una persona de palabra”, es una frase que ya casi no escuchamos en referencia a los políticos.
Nos hemos sumergido en la era de las excusas, las mentiras piadosas y las verdades a medias.
Con más frecuencia de la deseable, AMLO y sus adláteres cometen el error de sólo decir lo que esperamos de ellos sin pararse siquiera a pensar si, a largo plazo, podrán cumplir lo prometido.
— Voy a regresar a los soldados a sus cuarteles…
— No aumentará el precio de los combustibles…
— Primero los pobres…
— Tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca…
— Honestidad valiente…
— El pueblo está feliz, feliz, feliz…
— No mentir…
— No robar…
— No traicionar…
… y su palabra fue la inmediatamente traicionada.
¿Qué no se ha podido? ¿Qué las circunstancias? ¿La pandemia? ¿La inflación mundial?
Excusas. Sólo eso.
Y tales justificaciones han terminado por socavar la imagen de AMLO y de los pocos miembros de su equipo que dan la cara en los medios d comunicación –no los deja; quiere todos los reflectores sólo para él–, haciéndolos parecer individuos irresponsables, insensibles y poco íntegros.
Sus palabras ya no pesan.
Están desgastadas, devaluadas…
… carentes de significado.
¿No cree usted?
INDICIOS
¿Creemos en la palabra de la señora Claudia Sheinbaum cuando niega que esté pagando un millón de euros mensuales –más de 20 millones de pesos cada dos quincenas– a su asesor de imagen traído desde la península ibérica? No. No es creíble. Su palabra carece de valor, luego de que ha negado estar en campaña, mientras que su imagen y la simplona frase “EsClaudia” (¿qué es?) cuelga de espectaculares situados en toda la geografía nacional y en cuanta barda se alquile para ello. Todo ello a un costo de muchos, muchos millones de pesos. * * * Tampoco son de fiar las falsas acusaciones de la señora Elizabeth García Vilchis, quien se presta a encabezar la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana” del show político, poético, musical del ocupante de Palacio Nacional, cuando acusa que hay “una red (que actúa) en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, financiada por una organización extranjera”. Un aserto falaz. Mentiroso. Digno de figurar en los anales de “Quien es quién en los embustes de la 4T”.
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Plausibles, en cambio, las palabras de la comisionada presidente del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena, quien en el marco del Día Internacional del Periodista urgió a implementar “esquemas de respeto a libertad de expresión y mecanismos de protección para informadores”. Dijo también que “el periodismo es voz, es denuncia, es exigencia, pero no debe de ser muerte, censura o silencio” y refirió que, de acuerdo con Artículo 19, durante el primer semestre de 2022 se han registrado más de 331 agresiones en contra de periodistas
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No sólo palabras. También actos tramposos caracterizan a esta fallida Administración federal. Ahí tiene, como ejemplo reciente, que el IMSS a cargo de Zoé Robledo, con la complicidad de la SEP de Lety Ramírez se apresta a otorgar cédulas profesionales a los centenares de “médicos” traídos de Cuba para que puedan ejercer una profesión para la que nadie sabe si están o no calificados. Ya sólo falta que también les dan la ciudadanía mexicana para que, con su credencial del INE, puedan votar en las próximas elecciones.
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Por cierto que a la nueva titular de Educación Pública deben haberle caído como una cubetada de agua helada las palabras de los dirigentes de la CNTE donde ella militaba o, quizá, aún milita. Y es que apenas si le conceden el beneficio de la duda pues durante 23 años se ha dedicado exclusivamente al servicio de AMLO, desconociendo todos los temas que aquejan a la educación pública. Y que aunque su jefe AMLO la defina afín a la CNTE, “la Coordinadora rechaza categóricamente cualquier vínculo con la funcionaria, como tampoco tiene representación en ninguno de los poderes del gobierno.” ¡Zaz!
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La Suprema Corta de Justicia acordó la elaboración de un nuevo proyecto sobre la prisión preventiva oficiosa, en el cual se buscará acotar o limitar la aplicación de esta figura, sin llegar al extremo de derogar virtualmente un párrafo de la Constitución. El ministro Luis María Aguilar anunció que retira su propuesta de inaplicar el Artículo 19 de la Carta Magna, que fue derrotada el martes pasado por 7 votos contra 4, para presentar un nuevo proyecto que recogerá la opinión mayoritaria de que la prisión preventiva oficiosa viola derechos humanos. No hay plazo para la presentación del nuevo proyecto, pero ojalá cumplan su palabra
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Y por hoy es todo. Le agradezco su compañía al leer estas líneas y aprovecho para desearle, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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