FRANCISCO RODRÍGUEZ
Hace treinta años, la Fraternidad Indoamericana de Medicina Tradicional y Alternativa –una organización de investigadores mesoamericanos con sede en México– descubrió que a través de la aplicación de la luz isomerizada se podrían hacer grandes avances en la detección de los virus de inmunodeficiencia adquirida, el terrible VIH.
Desde entonces, muchos secretos de laboratorios trasnacionales de farmacopea occidental salieron al conocimiento público. La posición que adquirían los virus al contacto con la medicina aplicada cambiaba constantemente, como si se tratara de cuerpos con vida artificial, provocada desde su invención.
Se llegó al convencimiento de la diferencia sustancial entre los virus y las bacterias. Mientras los primeros eran auténticos robots, con vida propia, las segundas tenían una vida natural: comían, se reproducían, y morían por efectos naturales. Los primeros no. Estaban programados para defenderse de todo ataque externo.
Los robots virus del Sida estaban hechos para resistir la medicina humana. Si la luz isomerizada los detectaba con forma de tornillo, en una fracción de segundo eran tuercas. Imposible atacarlos. Tenían una vida independiente, estaban hechos para sólo aceptar lo que, desde los laboratorios que los habían creado, dijeran cómo y hasta cuándo podían ser aniquilados.
Las pandemias sirven para fortalecer el ajuste de las hegemonías
El descubrimiento de la Fraternidad de investigadores fue objeto de una persecución despiadada. Los médicos pioneros sufrieron todo tipo de persecuciones y crímenes, hasta que desaparecieron los protocolos, y se prohibió en todas las instituciones y centros de salud el uso de la luz isomerizada.
La batalla fue perdida a base de montañazos de millones de dólares y de amenazas cumplidas. Hoy, con la aparición del coronavirus la historia se repite, como cada vez que las pandemias sirven para fortalecer el ajuste de las hegemonías, imponer las tendencias de dominación y recomponer las fallas de los sistemas imperiales.
En todos los centros de investigación del mundo se ha llegado al convencimiento de que los virus resultan siempre perjudiciales para la salud, mientras que las bacterias pueden ser beneficiosas. Las bacterias son organismos vivos que tienen una célula….
… mientras que los virus precisan para mantenerse vivos de células huésped. Las enfermedades vinculadas a las bacterias y consideradas infecciosas necesitan de un tratamiento con antibióticos, mientras que en el caso de los virus se requieren vacunas y antivirales.
Las bacterias son microorganismos unicelulares que tienen la propiedad de crecer y reproducirse por sí mismos. En algunos casos llegan a ocasionar enfermedades. En cierta medida puede decirse que el organismo necesita de las bacterias para funcionar correctamente.
En órganos geniales o en el intestino hay bacterias que se ocupan de mantener el adecuado equilibrio. El verdadero problema reside cuando el cuerpo se encuentra con un exceso de bacterias o cuando éstas son realmente nocivas. Si no, pueden formar parte hasta de los alimentos probióticos.
Todo preparado desde EU por la reelección de Donald Trump
Pero aquí seguimos pensando en el coronavirus como un bichito que no podrá llegar más allá de nuestras narices. No estamos frente a bacterias, sino frente a robots, a una especie de invasores que han sido diseñados para someter y para arrodillar. El Covid-19 forma parte de la misma estrategia guerrera de los precios del petróleo utilizados por Estados Unidos y las dinastías árabes, sometidas desde hace tiempo a sus designios.
Y aquí seguimos echándole la culpa a los caprichos rusos, cuando todo está preparado desde los cenáculos gringos y las ambiciones reeleccionistas de Donald Trump. Estamos colonizados hasta la médula por un contra pensamiento que domina nuestras acciones y nuestra comprensión.
Sería acusación de los chinos. Gringos sembraron el virus
Fue necesario que apareciera la acusación del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lijian Zhao, exigiendo a los Estados Unidos explicará cómo había llevado su ejército el coronavirus a China. Treinta y cuatro millones de casos de aparente influenza y 20 mil muertes reportadas por Washington están relacionados con el Covid-19.
En los Estados Unidos personas que murieron aparentemente a causa de la influenza, en realidad habían sido conejillos de indias para probar la letalidad del coronavirus que después hicieron aparecer en territorio de Wuhan. Una acusación demasiado seria que ha querido ser apagada por conductos diplomáticos.
Pero el asunto ahí está. Se ha sabido de la participación de laboratorios ingleses en ese trastupije. Y todo por querer atribuir la crisis petrolera al capricho ruso. En territorio chino y en territorio ruso, hasta hoy, el coronavirus ha sido dominado. Sólo resta saber qué va a pasar con nosotros.
Aquí, minimizan la pandemia por ausencia de idea de gobierno
A juzgar por las últimas declaraciones del Caudillo, éste sigue en la necia. Tratando de minimizar una pandemia quizá por la ausencia de imaginación para hacerle frente, o por la falta de un aparato sanitario que ha sido destruido por sandeces, o por la ausencia de idea de gobierno.
Las medidas para hacer frente a la crisis aparejada son para la antología del ridículo: hacer referencia a que tenemos multimillones de dólares en previsión de que se puede echar mano, cuando todos sabemos que esa alcancía está enganchada al soporte del dólar en la Reserva Federal de Washington…
… o presumir que los dólares que salieron a la venta para hacer el soporte cambiarlo son los que se requieren, cuando todos sabemos que sólo fueron utilizados dos mil millones, la cantidad necesaria para un domingo cualquiera, o la serie de imprecisiones y ocurrencias donde todos se contradicen en materia de cancelación de actos masivos, o de la fecha precisa a partir de la cual, ahora sí hay que cuidarse…
Las bacterias y virus identificadas por la 4T ¡son ellos mismos!
Puros bastonazos de ciego. La realidad, más terca que las pobres luces del Caudillo, indica que estamos en el filo de una daga. Y que esta gentuza no sabe ni donde está el filo, ni dónde está la daga, ni si hasta la daga puede resultar neoliberal.
Desde las “mañaneras” se sigue interpretando al Mil Usos, a Cantinflas, al Chiquilicuatre, a Capulina, a La Fufurufa mentadora de madres… y a veces se parodia a todos juntos.
Por lo pronto, las únicas bacterias y virus identificadas por la Cuatroté ¡son ellos mismos, frente a su propio espejo! Todos los demás estamos más solos que la una.
¿Ahora sí, cuándo les llegará la Voladora?
Índice Flamígero: El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que será el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien le diga cuándo dejará de realizar giras, de saludar, de abrazar y dar besos. “Cuando él me diga, él me va a decir, él me va a decir en la etapa de atención que está considerada, porque hay todo un plan, él me va a decir no es conveniente que se reúna con mucha gente, o ya no debe de ir a estos actos, ni saludos, ni abrazos, ni besos, nada, él me va a decir cuándo”, afirmó en su conferencia mañanera. Cuestionado sobre cuándo dejará de recorrer el País, indicó que será el funcionario y no un “politiquero” o un columnista, el que ordene que ya no se mueva. “Que Hugo informe cuándo me va a ordenar que ya no me mueva, cuando me va a recomendar que no tenga contacto con la gente; él es el que me va a decir, no un politiquero, columnista de la prensa vendida, como decíamos antes”, afirmó. Pues ojalá le avise antes de que la caiga La Voladora, ¿no cree usted?
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