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viernes, noviembre 22, 2024

ÍNDICE POLÍTICO: El Estado chairo mata… y deja matar

FRANCISCO RODRÍGUEZ

En el pasado remoto, hace apenas dos años, hubo un “neoliberalismo”‎ que acercaba los servicios médicos, profilácticos, sanitarios y jurídicos al domicilio de quienes vivían en condiciones de extrema pobreza en los suburbios y en situación de abandono y postración o en extremos terminales.

En más de la mitad de los estados se fusionaban todas las organizaciones sociales, públicas y privadas para participar, apoyar e integrar a la sociedad y a sus grupos marginados en las tareas del programa “Médico en tu casa”, donde tenían prioridad los habitantes de zonas vulnerables y deprimidas. Causó un gran impacto internacional.

El programa, cien por ciento humanitario, fue monitoreado y reconocido por instituciones y centros de investigación extranjeros, como la Universidad de Harvard, y adoptado por países de gran avance en materia sanitaria, Cuba en primer lugar, pues su cometido era prestar ayuda médico- asistencial a los más desprotegidos en sus propios hogares, sentando las bases de sistemas cercanos a la población.

Sólo en el último año de aplicación, los médicos gubernamentales realizaron cerca de dos millones de visitas domiciliarias a niños, jóvenes, mujeres embarazadas, discapacitados y adultos mayores en estado de abandono, postración y enfermedades terminales en las regiones más populosas y en los suburbios del país.

“Médico en tu Casa” daba prioridad a mujeres, niños y ancianos

El entusiasmo que generó su vocación de servicio entre los propios compañeros de profesión logró que se sumaran brigadas de especialistas, camilleros, enfermeras y técnicos del sector salud, miles de médicos, profesores y pasantes de universidades públicas e institutos tecnológicos de la Nación.

Se detectaron, durante las visitas asistenciales y profilácticas, miles de mujeres que, sin estar embarazadas, no habían sido revisadas clínicamente y menos habían recibido canastas nutricionales y material informativo para la adecuada orientación sanitaria.

En las brigadas participaron también odontólogos y expertos en enfermedades cardiovasculares y obesidad. La acción de paramédicos ‎en motocicletas con equipos de comunicación integrados se agregó a otros cuerpos de emergencias que les dieron un nuevo rostro a las ciudades indefensas.

Monitoreaba la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard

Se innovó con redes sociales de colaboración y de participación ciudadana en esta materia. Se percibió un cambio en la cultura de organizaciones que participaban. Acercó a los gobiernos estatales a la ciudadanía y a la población en condiciones de desventaja extrema.

Debido a sus logros y gran impacto entre la población sin acceso a las instituciones de seguridad social, sin recursos para acudir a algún hospital privado, se llegó a plantear la posibilidad de otorgar al programa la obligatoriedad en las constituciones, elevándolo a rango de ley general.

Los pacientes eran checados en el acto y sus padecimientos se conectaban a los grandes archivos digitales, existentes en los hospitales y centros de investigación extranjeros, los que replicaban en automático sus resultados, avances y tratamientos específicos, en función de sus antecedentes clínicos.

Existía un sistema de interconectividad digital con los laboratorios especializados, dependientes de la Escuela de Salud Pública dependiente de la Universidad de Harvard, desde los cuales se emitían opiniones sobre las acciones procedentes e inmediatas a tomar para cada caso. También, se ofrecían adminículos para los enfermos.‎ Lentes, muletas y aparatos para la sordera, entre muchos otros.

También había abogados apoyando a los pobres en sus trámites

Para fortalecer su eficacia humanitaria, se integraron a las brigadas médicas, abogados y pasantes de la licenciatura de Derecho de diversas instituciones que, junto con notarios asesoraban en los domicilios a sus habitantes sin recursos, sobre problemas legales de tenencia de la tierra o problemas de la vivienda común…

… testamentos, trámites ante las diversas dependencias públicas o privadas, inscripciones ante registros de la propiedad y del comercio, pensiones a adultos mayores, tratamientos a drogadictos, así como auxilio a familiares detenidos o recluidos por los órganos de procuración e impartición de justicia.

Como se deduce fácilmente de lo anterior, se trataba de actuar en el marco de la transparencia y credibilidad, abocándose de inmediato a la solución de problemas cotidianos que no admitían indecisión y componendas. fue la medicina y la justicia en acción, en el seno del hábitat ciudadano. Se redujo el índice de mortalidad y se previno el acecho de muchas dolencias.

Sheinbaum desapareció el programa y quedó bien con AMLO

“Médico en tu casa” implicó la renovación de estructuras hospitalarias, ampliando la capacidad de atención, consulta y suministro, la capacitación de médicos y enfermeras, evaluar todo lo relacionado con enfermedades de transmisión virológica, como la influenza y el papiloma humano.

Las brigadas de profesionales y personal comprometido que ofrecían de manera gratuita y entusiasta sus servicios profilácticos, psicológicos y nutricionales renovaron el ánimo de los desprotegidos de zonas pobres y olvidadas.
Todavía no cobraba la segunda quincena en su cargo de Jefa de Gobierno, cuando la comandanta Claudia Sheinbaum, precandidata del “caudillo” a la Presidencia de la República y cabeza de turco de la Quinta Transformación decidió por sus pistolas de soberbia y resentimiento, tachar el presupuesto del programa, sólo porque había costado al erario la ridícula cantidad de ¡170 millones de pesos anuales!

Dijo Sheinbaum que porque tenía hasta setenta choferes y anunció que se sustituiría por el programa de visitas médicas domiciliarias a adultos mayores que no podían salir de sus viviendas por discapacidad, postración o estar en etapa terminal de una enfermedad, con movilidad limitada. Quedó bien con su valedor, pero en ridículo con la población necesitada.

Hoy, el panorama médico para los pobres es una catástrofe

Desapareció el programa ‎sanitario. Prohibido enfermarse fue la consigna, y pero para ti si no tienes dinero. Un año después llegó el coronavirus y nos encontró desvalidos, desvalijados y en la cuarta pregunta. Todos opinan que la masacre en las zonas desprotegidas no tiene nombre posible.

De no haber sido desdeñados sus logros y retomado por lo menos su padrón de adultos mayores que ya estaba elaborado, hoy se tendría la certeza de quienes estaban “mapeados” y cuáles eran los padecimientos de este sector de la población considerado de alto riesgo.

Pero hoy nos damos cuenta de que no es así, ya que desde enero de 2019 la titular de la Secretaría de Salud de la CDMX informó que “Médico en tu casa” desaparecería de los programas de gobierno por considerarlo un parche y daría paso a “Salud en tu vida”, cuyo objetivo general sería el mismo, es decir, la atención de los adultos mayores y población vulnerable que no puede trasladarse a las unidades médicas, pero en forma integral.

Pese a la prioridad de acercar los servicios médicos a los hogares, hasta junio del mismo año el programa “Salud en tu vida” seguía siendo un proyecto para la jefa de gobierno, argumentando que el anterior se encontraba suspendido y aun se realizaba una reestructuración y análisis de sus convenios, tras detectar problemas de opacidad. Igualmente tenía previsto integrar un censo que permitiera identificar a los adultos mayores.

Y el coronavirus llegó para arrasar con los más pobres e indefensos

Durante los primeros meses de 2020, cuando el programa “Médico en tu casa” no se había ido totalmente y el nuevo “Salud en tu vida” no había llegado completamente, cuando aún se discutía si los 120 médicos del viejo programa eran suficientes o se deberían agregar enfermeras, promotores de la salud y educadoras de atención social y gerontológica.

Llegó el coronavirus y literalmente se metió hasta la cocina de los hogares y de las instituciones de salud, sin que hubiera tiempo para reaccionar o de incorporarlo a la estrategia contra la Covid-19, con el saldo de contagiados y fallecidos que todos conocemos.

Sin duda que no todos los estragos de la pandemia pueden atribuirse a la ausencia del programa “Médico en tu casa”, pero de haber continuado vigente, el seguimiento de cada uno de los pacientes y la intervención en campo de los servicios médicos hubiera sido más ágil y precisa.

‎Hoy, el panorama médico para los pobres es una catástrofe humanitaria. “Primero los sobres” ha triunfado. Equivale a un delito de lesa humanidad. Es el engaño, el robo y la traición, encabezado por el resentimiento, la envidia y la soberbia.

El Estado chairo mata… y deja matar.
¿Esto es lo que nos espera en la Quinta Transformación?
¿Usted qué cree?

Índice Flamígero: En la edición de ayer lunes del diario oficial La Jornada el médico Hugo López-Gatell acudió a la filosofía que anima a los mediocres: en lugar de aceptar su responsabilidad, culpó a toooodos los demás de su fracaso como subsecretario de Salud y zar anticoronavirus. Dijo el prócer que “la estrategia para hacer frente a la pandemia de Covid-19 es técnicamente la correcta, pero ha estado sujeta a un sabotaje constante por parte de grupos políticos, económicos y sociales…” Por supuesto, omitió apuntar que esa “su” estrategia correcta nunca contempló la aplicación de pruebas para detectar a tiempo a los pacientes de SARS-CoV-2. Aprovechó también para defender el bisne de Carlos Slim con la vacuna de Astra Zeneca y descalificar a las otras que se ensayan en todo el planeta. ¿Será socio del magnate del atraso tecnológico del país?

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