Serio Gómez Montero*
educada para ser
la magnífica militante de base de un partido
que por no leer la historia de mi país
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto
J, Bignozzi: “El sujeto de la izquierda”
¿Cómo saber qué pasa en realidad, cuando poco a poco se acumulan los acontecimientos fuera de serie y cuya repetición pareciera configurar presiones en contra de un gobierno que se distingue por defender los intereses de aquellas clases sociales a las que, hoy, los gobiernos neoliberales odian con odio jarocho? ¿Cómo explicar lo de los “diablitos” provocadores de incendios tan enormes como el de los mercados de San Cosme y La Merced o la amenaza de bomba a un vuelo de Volaris o el grito amenazante a AMLO de un tipo que exigía se reanudaran las obras del aeropuerto de Texcoco? ¿Por qué esa acumulación de ofensas, al mismo tiempo que el gobierno de Bolivia escupía ofensas en contra de nuestro país y de su gobierno?
Es decir, todo eso suena a una guerra declarada –una encubierta, la otra abierta—del neoliberalismo en contra de un régimen de gobierno que una y otra vez se ha declarado enemigo manifiesto en contra de quienes expresan de manera hipócrita o abiertamente su identificación con esa forma tan injusta de vivir. Luchar, pues, en contra del capitalismo pareciera ser hoy un ejercicio de política cotidiana común y corriente, toda vez que él revive sin cansancio y sin tregua, en su afán de no verse desplazado por aquellas fuerzas sociales que le disputan arduamente el control de las sociedades contemporáneas, que cada vez logran con mayor énfasis jalar hacia su terreno a sectores cada vez mayores de la sociedad y que no tenían visos de poder competir ventajosamente con los bien asentados sectores capitalistas de la sociedad. Lo anterior, pues, conlleva una necesidad ingente. Descubrir lo siguiente: ¿quién está impulsando, por abajo del agua, el conjunto de actividades encubiertas (quema de mercados, avisos de bomba en vuelos, acciones que violentan la vida diaria: plantar mota en el Ángel de la Independencia), que buscan desestabilizar el operar cotidiano de las acciones de gobierno, ello junto, pues, hoy, con las acciones de hostigamiento del gobierno boliviano en contra de la sede de nuestra Embajada en ese país y en contra de la representación diplomática española, a la que también falsamente se identifica como cómplice de las supuestas acciones de México en contra de los países (Brasil, Chile, Colombia) que hoy están defendiendo con todo al capitalismo en América Latina.
En diversos momentos de la historia de la región (desde la época de Simón Bolívar en sentido estricto) este tipo de guerras en contra de la independencia y soberanía de América Latina han existido, más que nada por el ansia depredadora y la ambición colonialista del gobierno de Estados Unidos en contra de los recursos naturales de nuestra región (la verdadera razón de ser de las acciones que hoy, por ejemplo, se ejecutan en contra de los gobiernos de México y España). Estar preparados hoy en contra de esas acciones, es una tarea para la cual nuestra Cancillería debe estar sin duda ya preparada. Si tiene dudas, que se lo pregunten a José Carlos Mariátegui.
Nuevos tiempos, nuevas guerras, pues.
*Profesor jubilado de ;a UPN
gomeboka@yahoo.com.mx
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