Estudiantes de la Universidad La Salle Chihuahua participan en experiencia de crecimiento personal y construcción comunitaria a través del caminar
Un grupo de jóvenes universitarios lasallistas llevó a cabo del 15 al 20 de junio una experiencia formativa que combinó peregrinación, reflexión y crecimiento humano. Los estudiantes, organizados por la Coordinación de Formación Humana y el grupo estudiantil Indivisa Manent, recorrieron más de 40 kilómetros de senderos en la Sierra Tarahumara como parte de un programa integral de desarrollo personal y comunitario. Los jóvenes transformaron la ruta Areponápuchi-Cerocahui en un laboratorio vivencial de formación humana y construcción de comunidad, demostrando su compromiso con valores que trascienden las aulas tradicionales.
Una experiencia que trasciende generaciones
Los jóvenes lasallistas eligieron una forma diferente de crecer y aprender, alejándose de las métricas digitales y las redes sociales para sumergirse en una experiencia auténtica de crecimiento personal. Su peregrinación se convirtió en una propuesta generacional que privilegia el contacto directo con la naturaleza y las comunidades locales de la Sierra Tarahumara.
La pedagogía del caminar en acción
Durante seis jornadas, los jóvenes desarrollaron lo que ellos mismos denominan “pedagogía del caminar”: un método de aprendizaje que integra el movimiento físico con la reflexión personal y grupal. Esta metodología permitió a los estudiantes lasallistas experimentar procesos de crecimiento personal desde una perspectiva integral. Los universitarios combinaron cada día momentos de oración, reflexión guiada y diálogos comunitarios, creando espacios de encuentro auténtico entre los participantes. Su convivencia con las comunidades locales añadió una dimensión social fundamental, permitiendo a estos jóvenes aprender de la sabiduría tradicional de la región.
“No fue solo un viaje hacia un lugar, sino hacia el interior, de discernimiento y crecimiento humano”, compartió Ricardo Aguirre, coordinador de formación. “Es peregrinar siguiendo al peregrino de Galilea”, añadió Carlos Octavio García, responsable de formación.
Una generación que multiplica esperanza
Los jóvenes no conciben esta experiencia como un evento aislado. Ellos mismos ya planifican repetir y expandir la iniciativa, extendiendo la invitación a más estudiantes que busquen espacios auténticos de crecimiento personal y construcción comunitaria. En una sociedad acelerada, estos jóvenes lasallistas proponen una alternativa que privilegia la reflexión pausada, el encuentro interpersonal y el desarrollo de la dimensión humana integral. Su testimonio demuestra que en un territorio que ha vivido momentos difíciles, es posible elegir caminos diferentes de formación y crecimiento, apostando por la construcción de comunidad y la esperanza.
El testimonio de una generación
La Sierra Tarahumara fue escenario de una experiencia que demuestra el compromiso de los jóvenes lasallistas con su formación integral. Los participantes desarrollaron competencias de liderazgo, trabajo colaborativo y construcción de comunidad, mientras fortalecían su dimensión espiritual y humana. Estos universitarios representan una generación que busca alternativas auténticas de crecimiento, combinando tradición lasallista con metodologías experienciales contemporáneas. Su experiencia les ofrece herramientas para su desarrollo personal y profesional más allá de las aulas tradicionales. Los jóvenes lasallistas evidencian cómo es posible trascender la formación académica convencional para vivir experiencias transformadoras que los preparen no solo profesionalmente, sino también en su dimensión humana y social. Su caminar se convierte en testimonio de que existen formas diferentes de crecer, aprender y transformar historia.
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Jovenes Lasallistas Caminan por la Paz