*Para combatir la mentira se requiere la participación de la sociedad en las decisiones políticas y, de alguna manera, hacer sentir a los administradores públicos que su salario depende de la recaudación fiscal
Gregorio Ortega Molina
Los políticos que tienen poder, crean su propia percepción de la realidad, quizá de manera justificada, porque no todos los aspirantes lo logran, y al sentarse en la silla del águila creen que ellos sí saben qué y cómo hacerlo.
Muchos, en lugar de prevenir no se detienen sino hasta darse de frente con la evidencia científica, y ésta, en el caso de las enfermedades que adquieren la dimensión de pandemia, son los cadáveres. El mandato constitucional ordena de manera distinta.
La otra vertiente, es la mentira. Recurren a ella porque saben, en su fuero interno, que no tienen los pelos de la burra en la mano, y la realidad puede alcanzarlos para mostrarlos como auténticos y únicos usuarios del traje nuevo del emperador. Sienten que, de no mentir, el poder se convierte en agua entre sus manos. Así se dan valor para hacer lo que los estadistas deben realizar para conservar la paz.
Lo anterior viene a cuento por la carta pública de renuncia de José de Jesús Orozco. ¿Quién es y por qué resulta importante conocer el hecho? La nota de Excélsior es clara:
“Rosario Piedra Ibarra ha incurrido en mentiras, omisiones, ilegalidades, autoritarismo y hasta en la violación de derechos humanos en el interior de la CNDH que preside desde noviembre del 2019, explica detalladamente José de Jesús Orozco, en la carta entregada al Senado, donde renuncia a su cargo como integrante del Consejo Consultivo de esa Comisión.
“Integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM y expresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), José de Jesús Orozco es el séptimo integrante del Consejo Consultivo que renuncia, por lo que ese organismo tiene ahora sólo tres de los 10 miembro que debe tener por ley.
“En la carta, cuya copia posee Excélsior, revela que Piedra Ibarra hizo público un “extrañamiento” al defensor Michael Chamberlin, como miembro del Consejo Consultivo, sin tener facultades legales para ello y sin darle previo derecho de audiencia y defensa, en franca violación a sus derechos humanos.
“Revela que el Consejo Consultivo no aprobó ni la forma ni la elección de John Ackerman y Sara Lovera como integrantes del Comité Técnico de selección de los candidatos a consejeros del INE, con lo cual evidencia que Rosario Piedra mintió”.
Omitir detalles de lo que realmente sucede, o de plano tergiversar los hechos reales para proteger un proyecto político, encubrir a un amigo, o llenarse las manos de dinero mal habido, no es característico de los políticos locales, ocurre en todas las naciones, de una u otra manera, y también se encubren entre ellos.
Para combatir la mentira se requiere la participación de la sociedad en las decisiones políticas y, de alguna manera, hacer sentir a los administradores públicos que su salario depende de la recaudación fiscal, de los impuestos que entregan para ello los causantes cautivos.
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