Luis Alberto García / Comachuén,Michoacán
* El irecha Tariácuri obedeció a la deidad del fuego.
* “Ese fue el principio de esta historia”: Jesús Avilés.
* La fundación de Tzintzuntzan coincide con la de Tenochtitlán.
* Expansión y conquista de la Tierra Caliente y el litoral.
* La gran potencia surgida más allá de Michoacán
En una segunda sesión con don Jesús Avilés García, personaje conocido en Comachuén y en otros pueblos de la Meseta Purhépecha por su cultura tan vasta -además de saberse que, en su juventud fue caballerango y domador de potros propiedad de su primo Miguel García, lugareño de Sevina-, contó que poco a poco, esos michoaques se fusionaron.
Tal unificación finalmente llevó a constituir el reino purhépecha, y con su sabiduría, Avilés García argumenta y reitera que puede decirse que ése fue el principio de esta historia, además de que, quien sería su gran señor, el irecha Tariácuari, nació en 1330.
“Fue un personaje de gran importancia y relevancia para este pueblo, ya que, según investigadores que he estudiado con mi tío don Gabriel García Romero, seguidor de su trayectoria guerrera, fue el fundador del imperio, en cuyo reinado se inició la verdadera expansión territorial de los purhépechas”.
Inicialmente, los purhépechas avanzaron sobre los alrededores del lago de Pátzcuaro, conquistando posteriormente otras regiones de Michoacán, desde las llanuras del noroeste hasta la sierra Madre del Sur, la Tierra Caliente y el litoral del Océano Pacífico.
Durante el siglo XV y principios del XVI, el Estado purhépecha fue considerado una gran potencia mesoamericana, sobre un territorio que iba más allá de Michoacán, que también ocupaba parte de los actuales estados de Guanajuato, Guerrero hasta los límites con Tenochtitlán, cuyos tlatoanis fueron rivales acérrimos que no pudieron conquistarlos.
¿Por qué razón fue Tzintzuntzan la ciudad más importante de los purhépechas?
“Porque así fueran las órdenes del dios Curicaveri, población trazada y poblada por la obediencia de Tariácuri a la deidad del fuego. La fecha de su fundación coincide con el arribo de los nahuas al valle de Anáhuac al encontrar el águila, la serpiente y el nopal en un islote del lago de Texcoco”.
Tzintzuntzan estaba situada en las cercanías del lago de Pátzcuaro y, junto con este poblado llamado entonces Tiripichúndiro -el segundo en importancia del señorío purhépecha- llegó a tener aproximadamente cuarenta mil habitantes.
Tras la conquista española ambas ciudades mantuvieron su importancia; pero diferentes factores hicieron que se fuera perdiendo lentamente, aunque debe reconocerse que durante esos años, los gobernantes purhépechas construyeron un sistema social bien organizado que sería la base de un Estado militar teocrático. ¿Qué opina don Jesús Avilés a ese respecto?
“Con un régimen formado por clanes señoriales que integraban una compleja estructura política no conocida hasta entonces, y como una más de las formas de desarrollo alcanzadas por el imperio purhépecha, habría que destacar el trabajo con el oro y el cobre, lo que contribuyó a su éxito militar y a adquirir una importancia excepcional en Mesoamérica”.
Luego de conocer y escuchar la reseña sobre el pasado de esta etnia de Michoacán, es obligado cuestionar sobre cómo viven los purépechas en la actualidad, dado que hasta la fecha se conservan y se observan tradiciones del pueblo purhépecha.
Don Jesús dice: “Desde tiempos prehispánicos nuestros pueblos han tenido una organización comunitaria entre la que destaca la surgida, primero en Zacapu y luego en Tzintzutzan, y no hay duda de que estas defendieron su identidad”.
La penúltima respuesta se refiere a la organización comunitaria de los purhépechas, y concluye don Jesús Avilés: “Se manifiesta, efectivamente, en sus costumbres y tradiciones en las temporadas de cosecha y en las festividades de cada municipio, reuniéndose, celebrando las fiestas con trajes tradicionales, hablando el idioma de nuestros antepasados”.
¿Ello refuerza y cohesiona a las comunidades? ¿Con cuál factor o factores se cuenta para ello?
“Con la familia, pilar fundamental en una sociedad que no ha dejado de ser patriarcal, en la cual el peso económico ha recaído tradicionalmente en los hombres; pero aún así, la mujer ha tenido un papel importante en la organización familiar desde que aparecimos en Mechuacan hace siglos y siglos”.
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