Teresa Gil
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El que el Departamento de Justicia de Estados Unidos haya desechado solicitar la pena de muerte para Ismael Zambada, el Mayo, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, no es ninguna concesión. Simplemente puede estar tomada en cuenta la edad. El Mayo tiene 77 años y Caro Quintero 72, con la reiterada penalidad que les apliquen quizá prisión perpetua, tienen para estar un poco de tiempo sin la faramalla que significa la mentada pena fatal. Esta no se aplica de inmediato. Además para la fecha que se fijara los reos ya estarían fuera de este mundo. Vicente Carrillo tiene 62 años, podría alcanzarla a tiempo, pero los gringos tienen un plan y lo están aplicando. No nos imaginamos que se deba a que son creyentes porque los dioses prohíben quitar la vida sino por otras circunstancias más complejas, dos de ellas, sacar más información o impedir las venganzas de los cárteles afectados.
LS PENA DE MUERTE EN LA NOVELA POLICIAL PASA A SEGUNDO TÉRMINO
Para quienes manejan las penas en todas sus dimensiones en la literatura, la de muerte se menciona, pero no tanto. Es dos que tengo a la vista de Agatha Christie, Cinco cerditos e Inocencia trágica, los sentenciados murieron antes de la fecha y después se descubrió que eran inocentes. En otra, Un triste ciprés, la acusada demostró su inocencia y fue liberada. Hay autores que mencionan suicidio del criminal al ser descubierto o muerte accidental que fungió como una especie de castigo del destino. Pero como que el destino final en la novela policial deja de ser importante porque la solución ya está dada. Es el caso del sueco Henning Mankell por ejemplo, que era dramaturgo sobre todo de obras infantiles, además del portento que llegó a ser como autor de novela policial con su detective Kurt Wallander que han representado entre otros, el inglés Kenneth Branagh y el sueco Krister Henriksson. Fue considerado en su país uno de los autores más populares. Autor de Los Perro de Riga, El hombre sonriente, la Leona blanca, La pirámide (Tusquets 1999), Pisando los talones entre muchas, algunas han sido llevadas a la pantalla por el mencionado Branagh.
MANKELL APLICA SU INTELIGENCIA, FRENTE A LA DEL CRIMINAL
El escritor sueco aplicaba su inteligencia para crear sus personajes, para poder enfrentarse iguales en ese talento. Su detective no lo parecía, a veces un poco quejumbroso, pero al final radiante como su creador. En Pisando los talones ( Tusquets 1996) un multiasesino se enfrenta a Wallander. Se trataba de un personaje enigmático, brillante que hace pasar páginas al lector mientras la policía de Ystad lo busca. Wallander tiene que poner al servicio toda su inteligencia en un afán que casi le cuesta la vida, pero en el que vence. En ese intenso trajinar en las letras, parte de las cuales las escribió en Maputo capital de Monzabique, Henning murió a los 67 años en Gutemburgo Suecia, en 2015.