La escalinata del Nohoch Mul, uno de los cimientos prehispánicos más representativos de la Zona Arqueológica de Cobá ha vuelto a abrir sus puertas después de 6 años, permitiendo el ascenso y el descenso de los asistentes a la edificación de 42 metros de altura. Esta obra fue inaugurada por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, quien a su vez realizó la apertura de la nueva Unidad de Servicios, como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Con una inversión cercana a los cinco millones de pesos, entre la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INAH, la secretaria Curiel recordó que estas acciones forman parte del Programa de Mejoramiento que actualmente atiende once sitios de Quintana Roo, buscando fortalecer su conservación, infraestructura y acceso cultural.
Hoy se inaugura la nueva escalinata de ascenso a la pirámide de Nohoch Mul, en #Cobá, Quintana Roo. Esta pirámide es la más alta de la planicie yucateca con 42 metros de altura. A partir de ahora se puede visitar y ver la selva en su esplendor.
Esta obra que fue posible gracias… pic.twitter.com/1iwTsV8epc— Claudia Curiel de Icaza (@ccurieldeicaza) December 7, 2025
Suman esfuerzos por el patrimonio antropológico y cultural
La secretaria Curiel de Icaza realizó la reapertura de este espacio acompañada por la directora general del Instituto de la Cultura y las Artes del estado, Lilian Villanueva Chan, en representación de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa; el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Joel Omar Vázquez Herrera, y autoridades ejidales de Cobá, encabezadas por Atilano Huicab Nájera.
De igual manera, fue recibida por la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, y el titular de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad, Diego Prieto Hernández; el director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón; el coordinador del salvamento arqueológico en el Tren Maya, Manuel Pérez Rivas, y el primer regidor del Ayuntamiento de Tulum, David Tah Balam, quien acudió con la representación del alcalde Diego Castañón Trejo.

A propósito de la construcción, el titular del INAH, Joel Omar Vázquez Herrera, resaltó que, durante su auge entre 200 y 600 d.C., esta urbe tuvo una extensión de 70 kilómetros cuadrados y albergó alrededor de 50 mil habitantes. Asimismo, destacó que su esplendor se debió a las redes comerciales que mantuvo con ciudades mayas como Chichén Itzá, Ichkabal, Tikal y otras ubicadas en la costa del Caribe.
Por su parte, el representante de las autoridades ejidales de Cobá, Atilano Huicab Nájera, afirmó que con esta apertura, se abraza a la identidad maya, reconociendo que la historia no está enterrada, sino con nosotros: “que esta escalinata sea una invitación para mirar hacia arriba, hacia la grandeza de nuestros orígenes, que este portal sea puerta de un tiempo nuevo, donde la unidad ejidal sea la base de todas las decisiones”.
Una escalinata segura y funcional
Como se mencionó anteriormente, esta escalinata, elaborada en madera, permitirá el ascenso y descenso al monumento prehispánico, de 42 metros de altura. Cabe señalar que en 2019 el acceso al monumento se vio suspendido debido al desgaste natural que, acentuado por el intenso tránsito de turistas, se había causado a sus escalones originales.
De acuerdo con el INAH, se aplicaron “pisos de sacrificio” en las plataformas del templo superior de Nohoch Mul, con materiales compatibles para proteger la estructura original, con el fin de preservar el patrimonio y permitir su disfrute de manera segura. Por otro lado, la arqueóloga Julieta Ramos Pacheco, señaló que el diseño de la escalera contempló labores de sondeo en una longitud de dos metros, con dos entrecalles de un metro cada una para facilitar el flujo de visitantes.
El cuidado del patrimonio como responsabilidad compartida
Finalmente, la secretaria Curiel reconoció el esfuerzo de quienes han protegido a lo largo del tiempo este territorio, permitiendo que Cobá siga preservando su historia. Asimismo, reiteró que esta obra representaba al patrimonio como derecho de todos, el cuidado del territorio como un bien público, y la conservación como una tarea que solo puede hacerse en comunidad.
A su vez, destacó que los ejidatarios de la comunidad quintanarroense de Noh Bec fueron quienes realizaron la construcción, al tener amplia experiencia en la elaboración de estructuras con maderas regionales (como el tzalam, la caoba, la parota y los chicozapotes) mismas que cuentan con características aptas para la elaboración de muelles, escaleras, cabañas y otro tipo de objetos.
Curiel de Icaza, reiteró que la escalinata del Nohoch Mul también permitió la renovación de los espacios de diálogo y colaboración con la comunidad de Cobá, con el propósito de fortalecer la apropiación social del patrimonio y elevar las condiciones para su cuidado, protección y respeto.


