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viernes, noviembre 14, 2025

Proyecto de conservación integral de Chichén Itzá es reconocido con el Premio INAH

CIUDAD DE MÉXICO.— Entre 2022 y 2024, la ejecución del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) dio un impulso sin precedentes al Proyecto de Conservación Integral de Chichén Itzá (PCICI), permitiendo reintervenir diversos espacios del circuito de visita. Su metodología y resultados le han valido el Premio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Paul Coremans/Laura Mora, en la categoría de Conservación de Bienes Muebles.

Las restauradoras del Centro INAH Yucatán y coordinadoras del titánico trabajo, Claudia García Solís y Claudia Ocampo Flores, enfatizan que Chichén Itzá representa una de las intervenciones más longevas en sitios arqueológicos del país, al recordar la exploración y restauración de monumentos que emprendieron, hace un siglo, el Instituto Carnegie de Washington y el gobierno mexicano.

Desacertadamente, comenta Claudia García, se pensó que una vez “puestas en pie” las grandes estructuras como El Castillo, El Observatorio o el Juego de pelota, la tarea estaba concluida. Con una mirada distinta, el Proyecto de Conservación Integral de Chichén Itzá busca preservar la iconografía en la arquitectura expuesta, consciente de que es necesario conservar su materialidad, sujeta a un clima cambiante, además de facilitar su lectura para los visitantes.

Con recursos del Promeza, en dicho par de años, se intervinieron 22 contextos. Se atendieron relieves, pintura mural y fachadas en mosaico de piedra, al igual que las causas de deterioro de las edificaciones a los que tales elementos están integrados o adosados, con labores de impermeabilización, sustitución de pisos y rejunteo, para subsanar con morteros la unión entre las piedras, por dar algunos ejemplos.

La restauradora-perito indicó que esta atención puntual parte de la identificación de los principales atributos de este sitio Patrimonio Mundial y del diagnóstico pormenorizado de los estados de conservación de cada estructura, valoraciones que comenzaron hace dos décadas, cuando se instauró el Proyecto de Conservación Integral.

⇒ El proyecto engloba diversas aristas, desde la gestión de información y aspectos logísticos y administrativos, hasta un registro avanzado, mediante dibujos, fotografías y ortofotos, además de video sobre los procesos, como parte de la memoria del proyecto.

La conservación y restauración en 2022-2024, contó con una inversión aproximada de 24 millones de pesos, involucrando a cerca de 150 participantes y colaboradores, entre especialistas, técnicos y personas de comunidades aledañas, como San Felipe, X-Calakoop y Pisté, previamente capacitadas.

Asimismo, las tareas se sustentan en análisis y estudios, incluidos monitoreos de temperatura y humedad, resistividad eléctrica, prospección termográfica, colorimetría, medición de dureza de las superficies, análisis de los materiales constitutivos y otros, que contaron con la colaboración de instancias externas.

⇒ La iniciativa se complementa con un plan de riesgos, que establece acciones y procedimientos para preservar esta ciudad antigua, en beneficio de las generaciones futuras.

Entre los casos complejos, Ocampo Flores refirió la intervención del Templo Superior de Jaguares, con tratamientos a la pintura mural, y la Subestructura del Templo de Guerreros, con nanomateriales, así como las fachadas del edificio anexo al Conjunto de las Monjas y el Gran Juego de Pelota, que implican grandes volúmenes de trabajo.

“La mayoría de los edificios de la Gran Nivelación tienen relieves de piedra que, aparentemente, se observan por segmentos; en su origen formaban escenas iconográficas policromadas. Las juntas entre piedras se cubrían para aparentar una imagen completa. En el caso de la cancha del Juego de Pelota planteamos recuperar estas formas, a fin de que los visitantes perciban las figuras de los jugadores participando del ritual.

“Mejoramos la visual de los elementos y la estética cambió totalmente. Este tipo de puesta en valor la hemos tratado de replicar en otras áreas”, finalizó la experta del Centro INAH Yucatán.

A estas actividades, el proyecto sumó el Gran Museo de Chichén Itzá, para el cual se hizo un análisis de su infraestructura, a fin de garantizar la conservación de las colecciones, aparte de colaborar con el guion expositivo, describir y diagnosticar el estado de conservación de los acervos arqueológicos para, de manera sistemática, efectuar procesos de intervención.

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EM/dsc

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