El “carbono azul” contribuye a mitigar el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos y costeros. Secuestran y almacenan carbono apoyando de esta manera a la biodiversidad,y proporcionan valiosos servicios a las comunidades.
Por lo tanto, un proyecto de carbono azul utiliza el carbono para que los ecosistemas marinos y costeros sean conservados y restaurados; con el objetivo de aumentar la capacidad de adaptación que tienen las comunidades.
En México, este proyecto ha sido adoptado en las Reservas de la Biósfera (RB) Sian Ka’an, La Encrucijada y Marismas Nacionales Nayarit; que están ubicadas en las costas del Mar Caribe y el Océano Pacífico.
Las acciones impulsadas en estas tres Áreas Naturales Protegidas (ANP) han fomentado la participación de los actores en esas zonas y que se benefician directamente de los recursos naturales de estos ecosistemas. Ya sean prestadores de servicios turísticos, pescadores o pobladores que habitan zonas aledañas (aunque desempeñen actividades que no tengan que ver con estos ecosistemas).
En este proyecto, hay actividades de restauración y reforestación de los humedales, también se promueve la instalación de redes de señalización en sitios de riesgo para que alerten a la población sobre su destrucción o cómo es que contribuyen al bienestar general del lugar y las mismas personas. También se han creado planes de contingencia y atlas de riesgo, junto a diagnósticos del estado de conservación de ecosistemas costeros y de los flujos hidrosedimentarios en humedales. Además de, desde luego, cuantificar el carbono que almacenan las superficies restauradas para propósitos estadísticos que ayudan a comparar y verificar su eficacia.
La restauración de 90 kilómetros lineales de canales y de 60 hectáreas de manglar en las tres Áreas Naturales Protegidas ha beneficiado a las comunidades locales. La razón es que esto reduce su vulnerabilidad ante eventos meteorológicos extremos como huracanes, ciclones, etc. Este tipo de ecosistema es una barrera natural que amortigua sus impactos.
¿Sabías que los #manglares de México representan el 6% del total mundial y colocan a nuestro país en el cuarto lugar de los países que poseen este maravilloso ecosistema?
¡Conoce más de ellos!: https://t.co/yqdMvhzZPC pic.twitter.com/xZy5wfkh4X
— El Once (@CanalOnceTV) November 3, 2021
La iniciativa de carbono azul requiere de un gran número de personas, tanto de científicos investigadores, como habitantes de la zona, turistas, gobierno y también de organizaciones no gubernamentales. Lo cual, llevado de manera adecuada, beneficia a las comunidades locales porque se hallan fuentes de empleo y se abren oportunidades para la creación de las mismas.
Aunado a esto, contribuyen a la sensibilización de las personas sobre los riesgos del cambio climático y los beneficios que aportan las ANP al bienestar de las comunidades y de las economías locales y también de manera general.
Como es sabido, los ecosistemas costeros brindan importantes servicios como la protección contra eventos meteorológicos extremos, pero también purifican el agua; son el sustento de pesquerías; se conserva la biodiversidad; secuestran y almacenan carbono.
Respecto al caso del carbono, las marismas salobres, los manglares y los pastos marinos son los ecosistemas costeros que capturan este carbono azul y lo hacen a través del suelo a una magnitud mucho mayor que los ecosistemas terrestres. ¡Por eso son tan importantes!
Debido a que almacenan grandes cantidades de carbono y los beneficios económicos que representan; resulta imprescindible promover su conservación como una estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático.
FOTOS | Los manglares “son el ecosistema que más carbono secuestran por hectárea, alrededor de cinco veces más que una selva tropical”, según Aburto. En México, un grupo de personas busca conservar e incrementar estas áreas que ya no abundan en el país https://t.co/P6xoOL9hfl pic.twitter.com/fq2yldpt8h
— SinEmbargo (@SinEmbargoMX) November 6, 2021
Proyecto Chaac
Durante la gira de viaje y participación del gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, en la COP 26; se reunió con científicos encargados de diversas organizaciones. En esta reunión se habló sobre la iniciativa del denominado Proyecto Chaac, que pretende que pretende restaurar 50 mil hectáreas de manglares en la entidad.
El objetivo del Proyecto Chasc es que se protejan los humedales y los manglares de la costa yucateca. Todo ello en pro de mitigar el cambio climático y almacenar el dióxido de carbono (CO2).
Desde luego, esto también implica la reducción de las emisiones de CO2; con la ayuda de este tipo de ecosistemas.