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viernes, noviembre 22, 2024

Rusia, históricamente invicta, nunca vencida

Luis Alberto García / Vladivostok, Rusia

* Ataque del nieto de Genghis Khan cimentó al imperio mongol.
* La investigadora Natalia Nósova consignó la victoria de Donskói.
* Los tártaros fueron derrotados por ese príncipe moscovita.
* Aliado a Polonia, el ejército de Lituania tomó Smolensko en 1402.
* Iván IV entró en guerra contra Livonia, Polonia, Suecia y Dinamarca.
* La Guerra del Norte: el triunfo de Pedro el Grande sobre Suecia.

Cuando hablamos de los enemigos que han tratado de invadir y conquistar Rusia, hay que referirse a un lapso de tiempo de aproximadamente un milenio y de varias Rusias diferentes, incluyendo la antigua Rus, el principado de Moscú, el imperio zarista ruso y la Unión Soviética.

Los enemigos también han sido distintos: un Estado militar del Norte, un lejano imperio oriental, déspotas con ambiciones de dominar el mundo; pero todos fracasaron en la conquista de Rusia, y es que solamente nos fijamos en los intentos más destacados, porque mencionar cada una de las guerras en las que los territorios rusos fueron atacados, sería imposible y de nunca acabar

Cientos de miles de guerreros mongoles, liderados por Batú Khan -nieto del invencible y celebérrimo Genghis Khan-, invadieron las tierras rusas alrededor entre los años 1220 y 1230, oscilaban entre 300.000 y 600.000 y acabaron con las defensas de las tierras feudales rusas.

Los príncipes rusos de esa época competían constantemente por el trono de Kiev, por lo que no fueron capaces de defenderse de manera efectiva y en 1238, Moscú y Vladímir, ciudades poderosas de la Rusia central, fueron asediadas y tomadas por los ejércitos mongoles.

Fue entonces cuando se escribió la primera gran historia: las tierras de Rusia fueron saqueadas y la población diezmada, el momento en que, en 1240, Batú Khan tomó Kiev; sin embargo, después de hacerlo volvieron atrás y los príncipes rusos fueron obligados a someterse a los khanes tártaro-mongoles, y a pagarles altos tributos.

Los guerreros rusos también tuvieron que participar en varias campañas militares dirigidas por los integrantes de la Horda de Oro, que eran parte del imperio mongol, y más tarde -a partir de la década de 1260-, se formó un Estado separado que siguió controlando Rusia.

Natalia Nósova documenta que, en 1380, el príncipe moscovita Dimitri Donskói derrotó al ejército tártaro en el campo de Kulikovo, y exactamente cien años después, en 1480, se levantó el yugo de los bárbaros de la Horda de Oro durante el reinado del primer Gran Príncipe de Moscú, Iván III.

A lo largo de la historia, las tierras de Lituania han bordeado por el Oeste a las tierras rusas, y preciso es decirlo, antes del siglo XII los lituanos pagaban tributos a los príncipes rusos que entonces lucían su prepotencia y arrogancia, sin más signo que la soberbia para avasallar a un vecino pacífico y trabajador.

Poco después, a principios del siglo XIII, para defenderse de alguna forma, Lituania se reforzó e inició incursiones regulares en los territorios rusos, tomando Smolensko, 400 kilómetros al Oeste de Moscú, y se mantuvo en ella durante algún tiempo.

Alrededor de 1240 se formó el Gran Ducado de Lituania y continuó librando guerras contra los ducados rusos: en 1368 y 1370 el ejército lituano sitió Moscú, y en 1402, con la ayuda del ejército polaco, los vecinos volvieron a tomar Smolensko, que fue suyo hasta 1522.

Durante el reinado de Iván IV el Terrible, de 1533 a 1584, el zar entró en guerras con Lituania, la Confederación de Livonia, Polonia, Suecia y Dinamarca en un agotador conflicto llamado “la guerra de Livonia”, que terminó de forma lamentable para Rusia, obligada a ceder todas sus ganancias territoriales a la Mancomunidad Polaco-Lituana, tras lo cual se formó un “superestado” en 1569.

También conocido como Rzeczpospolita -“República” en polaco-, comenzó su historia con guerras victoriosas contra Rusia: en 1609-1618, durante el Periodo Tumultuoso de Rusia -importante crisis política y dinástica-, la Mancomunidad invadió el país con el objetivo de conquistarla y someterla.

El ejército polaco, dirigido por Stanisław Żółkiewski, tomó Smolensko y después Moscú, atrincherándose en el Kremlin hasta que fue expulsado por el Segundo Ejército de Voluntarios de Minin y Pozharski, y para más, en 1617 y1618 Rusia resistió con éxito otro ataque del ejército de la Mancomunidad, esta vez liderado por su rey, Władysław IV Waza.

Las guerras continuaron durante el siglo XVII y Rusia logró retener las tierras de Kiev y Smolensk; pero las guerras entre Rusia y Polonia en el siglo XVIII llevaron a la partición del Estado polaco entre Rusia, Prusia y Austria.
Las fuerzas polacas entonces invadieron Rusia otra vez como parte del ejército napoleónico, cuando Polonia -convertida más tarde en gobernación del Imperio zarista- se amotinó frecuentemente contra Rusia, ya que la consideraban un Estado ocupante.

Entre 1918 y 1921 hubo otra guerra entre Polonia y la Unión Soviética, que terminó con la definición de la frontera polaca-soviética, aproximadamente la misma que se estableció en el siglo XVII.

Desde el siglo XI, o tal vez antes, los reyes suecos lanzaron guerras contra la república de Nóvgorod – una ciudad-estado rusa, pero no Rusia en su conjunto, y cuando Iván IV el Terrible conquistó Nóvgorod y la hizo parte de Rusia, Suecia se convirtió en uno de sus principales enemigos.

Los escandinavos intentaban conquistar las tierras de la región contemporánea de San Petersburgo, entonces llamadas tierras de Ingria, Rusiadurante los siglos XV y XVII estuvieron de paso de unas manos a otras, y el principal conflicto ocurrió durante el reinado de Pedro el Grande, en el siglo XVIII.

Entre 1700 y 1721, la Gran Guerra del Norte fue un conflicto en el que Suecia se opuso a varios Estados europeos liderados por Rusia; se libró por el Báltico y tierras que lo rodean; pero los suecos comenzaron invadiendo Rusia, aunque fueron aplastados en la batalla de Poltava en 1709.

En 1718, Carlos XII, el rey sueco, fue asesinado, lo que condujo a la eventual decadencia del poder sueco, y en 1721, de acuerdo con el Tratado de Nystad, Rusia obtuvo acceso a las tierras de Estonia, Livonia, Ingria y el sudeste de Finlandia.

Durante la guerra, se fundó San Petersburgo, y en 1721, Pedro el Grande se convirtió en el emperador ruso; sin embargo, Suecia se quedó con la mayor parte del territorio de Finlandia hasta 1809.

Suecia se alió entonces con la Francia de Napoleón Bonaparte y amenazó con bloquear a Rusia en el mar Báltico, así que el ejército de Alejandro I arrebató Finlandia a los suecos y la convirtió en posesión del imperio zarista; pero no salvó a Rusia de la guerra con los franceses, que iniciaron la invasión en el verano de 1812.

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