KIEV, UCRANIA.- El 25 de diciembre de 2024, Rusia intensificó su campaña militar en Ucrania al lanzar una serie de misiles contra la infraestructura energética del país. El ataque, que tuvo como objetivo las redes eléctricas y plantas de energía en varias regiones, ha dejado a miles de personas sin suministro eléctrico, especialmente en áreas cercanas al frente de batalla. Las autoridades ucranianas han condenado los ataques, calificándolos como un intento deliberado de desestabilizar la nación y afectar su capacidad para resistir la invasión rusa.
Los misiles fueron lanzados desde diversas plataformas, incluidos aviones de combate y sistemas de lanzamiento terrestre. Las primeras evaluaciones apuntan a que los daños a las redes eléctricas son graves, y las autoridades locales han desplegado equipos de emergencia para intentar restaurar el servicio en las zonas más afectadas. La escasez de electricidad también ha provocado la interrupción de servicios básicos, incluidos hospitales y centros de atención a los afectados por la guerra.
El gobierno de Ucrania ha asegurado que la red energética está siendo rápidamente reparada con ayuda de personal de emergencia y recursos adicionales. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, ya que los ataques se han centrado en infraestructuras clave, lo que dificulta las labores de restauración. Las autoridades ucranianas han señalado que los ataques rusos buscan forzar a la población a vivir en condiciones extremas durante el invierno, aprovechando la vulnerabilidad de la infraestructura energética.
En respuesta, las fuerzas ucranianas han intensificado sus operaciones de defensa en las zonas afectadas. Además, se han incrementado los esfuerzos diplomáticos para obtener más ayuda internacional, tanto en términos de asistencia humanitaria como de suministros energéticos. La comunidad internacional ha expresado su condena a los ataques, subrayando que los bombardeos contra infraestructuras civiles son una violación del derecho internacional.
Este ataque contra la red energética ucraniana forma parte de una estrategia más amplia por parte de Rusia para desestabilizar al gobierno ucraniano y forzar una negociación. A pesar de los esfuerzos de Kiev por reforzar su defensa y adaptarse a las circunstancias, los ataques a la infraestructura crítica continúan siendo una amenaza significativa.
El impacto humanitario es considerable, con miles de personas afectadas por la falta de electricidad en pleno invierno. Además, los ataques han afectado tanto a civiles como a combatientes, ya que muchas de las instalaciones atacadas también tienen fines militares. La situación sigue siendo tensa, y las autoridades ucranianas temen que Rusia continúe con los bombardeos si no se logran frenar las ofensivas.
AM.MX/fm
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