Luis Albero García / Nahuatzen, Michoacán
* Sincretismo religioso, agradecimiento y gratitud.
* Celebraciones que mezclan elementos culturales.
* Hay infinidad de vestidos y danzas tradicionales.
* Los ciclos festivos no tienen fin, como ruedas de la fortuna.
* Relevancia de Corpus Christi, Días de Muertos y Navidad.
Como ha ocurrido con las culturas que han pretendido ser sojuzgadas por el colonialismo en todas sus formas y en todas las épocas, la religión, las costumbres y fiestas del pueblo purhépecha no fueron la excepción.
Se originó así un sincretismo entre el credo católico y las creencias prehispánicas así como sus respectivos festejos, numerosos en cada pueblo, región y territorio de Michoacán, que parten de pensamientos sobrenaturales en agradecimiento y expresión de gratitud a los dioses.
Sin embargo, los aborígenes y naturales del antiguo Mechuacan y comarcas vecinas tenían sus propias maneras de profesar y efectuar algunas de esas prácticas, y en el plano religioso honrando y venerando a dioses relacionados con el Sol, la Luna y las estrellas.
En el siglo XVI, los purhépechas adoptaron de buen grado la religión católica con la presencia de evangelizadores de las órdenes franciscana, agustina y de Santo Domingo de Guzmán, a través de Vasco de Quiroga y Juan de San Miguel; pero a pesar de ello muchas de las tradiciones antiguas perduraron, lo mismo que bconmemoraciones mezcladas con la fe católica.
El producto de esto son celebraciones que mezclan distintos elementos culturales, proporcionando a la cultura una singularidad especial, traducida en el uso de vestidos purépechas y en una infinidad de danzas tradicionales.
Las fiestas puréhpechas son fundamentales para entender su cultura, y como se ha dicho por parte de sociólogos y antropólogos reconocidos , a través de ellas se reafirman identidades y se establecen vínculos comunitarios.
Las ceremonias tienen una relación directa con los ciclos festivos anuales de su religión prehispánica, y nunca parecen tener fin, como una rueda que siempre gira, pues cuando acaba una festividad ya se empieza a preparar la siguiente.
Muchas de estas fiestas tienen relación con celebraciones agrícolas mezcladas con festividades religiosas, y las más importantes serían las siguientes:
La fiesta del Corpus Christi.- En esta se mezclan elementos propios de la región del lago de Pátzcuaro, y se inicia en la antigua capital del imperio, Tzintzuntzan, donde cada domingo posterior, la celebración se realiza en distintos pueblos alrededor del lago.
A la festividad religiosa se suman elementos culturales propios, como el guiso de carne de caza, la procesión de bueyes cuyas yuntas están engalanadas con cintas de colores o el lanzamiento de productos artesanales.
Días de Muertos.- Fiestas comunes a otros pueblos, como el Día de Todos los Santos , en recuerdo a los familiares fallecidos, cuando se honra a la muerte y se le recuerda como parte de la propia vida, en que destacan los altares de los difuntos..
Las celebraciones de Navidad. En esta época, además de la fiesta tradicional cristiana, se escenifican las pastorelas. Estas tienen la finalidad de representar la anunciación y el nacimiento de Cristo. Durante estos meses también se interpretan danzas típicas como la de los pastores, las pastorelas o la de los viejos.
La Candelaria.- Se celebra el 2 de febrero, y marca el final del ciclo agrícola y de las fiestas navideñas, fin de año para los purhépechas e inicio de un nuevo año para las comunidades.
Además de estas festividades existen otras como el Carnaval, la Cuaresma o el Año Nuevo purhépecha, conocido también como el encendido del Fuego Nuevo.
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