CIUDAD DE MÉXICO / SemMéxico.- Las mujeres en la Ciudad de México y el resto del país sufren diversos tipos de discriminación y las adultas mayores de 60 años no se escapan de vivir en ambientes cargados de violencia de género, desatendidas, violentadas, excluidas y silenciadas.
Cifras oficiales indican que en México habitan 17 millones 958 mil 707 mujeres de 60 años y más, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2022 (ENOE), lo que representa el 10 por ciento de la población total.
De este sector, la violencia psicológica y física son las que tienen mayor incidencia, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).
Entre las personas mayores de 80 años, el 62 por ciento son mujeres, y muchas de ellas dedican su tiempo a actividades no remuneradas, es decir, la vejez encuentra a la mujer en condiciones económicas precarias, generalmente, de dependencia de sus hijas/hijos o pareja.
De acuerdo con la ENDIREH, 14.6 % de las mujeres de 60 años y más edad experimentan violencia total; 13 por ciento violencia psicológica; 1.5 % violencia física y 4.7 % violencia económica y/o patrimonial.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) especifica que el 14.6 % de adultas mayores que sufre de violencia, la recibe por parte de una o un familiar o persona con quienes habitan; los principales agresores son las y los hijos o algún otro familiar.
Muchas mujeres llegan a la vejez sin haber tenido formación educativa que, en su momento, les haya colocado en el mercado laboral con un salario digno.
“Las mujeres a lo largo de su vida sufren diversas violencias: Cuando eres niña, los agresores son tus padres; en la adultez, los agresores pueden ser cualquier persona, maestros, pareja, amigos y en la adulta mayor, son los hijos y/o hijas”.
En el contexto del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el próximo 8 de marzo, diversas artistas, activistas y funcionarias presentaron la exposición: “Mujeres visibles y en resistencia, Mujeres mayores frente a la discriminación de la Mujer”, en el Museo Memoria y Tolerancia.
En la exposición sobre la vejez femenina, se puede observar como la violencia de género es un fenómeno que acompaña la vida de la mujer desde la infancia, atraviesa la adultez y sigue latente durante la vejez, y es precisamente en esta etapa que hay mayor invisibilización de las carencias de las adultas mayores.
El 8M abre puerta para conocer la situación que viven las mujeres a lo largo de su vida, desde la violencia estructural y las modas absurdas que enaltecen la juventud y rechazan el cuerpo femenino en su vejez.
Es urgente recapacitar y actuar en torno a la desatención de las mujeres de la tercera edad, ya que para el 2025 la esperanza de vida va a ser de 80 años y “si todo sigue como ahora, para esa fecha, habrá más de 7 millones de mujeres mayores en México”, resaltó Linda Atach Zaga, directora de exposiciones temporales del Museo Memoria y Tolerancia.
Atach subrayó que el destino de las mujeres mayores todavía puede cambiar en nuestro país, porque en la actualidad, la vejez se ha convertido en un sector vulnerado, despreciado, donde las mujeres son confinadas al aislamiento y discriminación.
Datos oficiales revelan que la mujer adulta es excluida y marginada por etnia o color de piel; exclusión por orientación sexual, rezago escolar o analfabetismo, bajo o nulo acceso a la seguridad social, pobreza, marginalidad por ubicación geográfica, discapacidad, dependencia económica y enfermedad.
Analfabetismo en la tercera edad
El 18.9 % de las mujeres mexicanas de entre 60 y 74 años es analfabeta y aumenta con la edad, ya que el 32 por ciento de mujeres de 75 años y más también son analfabetas, lo cual se acentúa en áreas rurales en 40 por ciento.
Estadísticas del CONAPRED 2018-2023 resaltan que el porcentaje de mujeres adultas mayores que se encuentran económicamente activas es únicamente del 23.5 %.
En tanto que los adultos mayores dedican 16.5 horas a la semana a labores de cuidado, las adultas mayores lo hacen 24.36 horas.
El organismo resalta que si se considera que en México el 90 por ciento de las ofertas de empleo excluyen a personas de 35 años y más, el panorama a futuro para las adultas mayores luce aún más desalentador.
El Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia Contra las Mujeres (2019-2022), especifica que el total de casos de violencia contra las mujeres, niños, niñas, adultos, y adolescentes registrados, por parte de las personas e instituciones integrantes del sistema nacional y los sistemas estatales de prevención atención, sanción y radicación de la violencia contra las mujeres es de un millón 64 mil 819.
El total de casos de mujeres mayores de 60 años es de 42 mil 636, cifra que representa el 4 por ciento del total de casos reportados en el mismo periodo en el banco.
Se cuenta con datos sobre el vínculo de la víctima con el agresor en el 70 por ciento de los casos. De estos el 42 corresponde a un vínculo de pareja (incluyendo concubino/a) y expareja 38 y 8 por ciento, respectivamente.
A partir de los 60 años cobran relevancia las y los hijos como agresores, en el 33 por ciento de los casos, destacan las láminas de la exposición.
Respecto a los tipos de violencia, predomina la violencia psicológica con un 85 por ciento, seguida de la física, 33; la económica, 21; la patrimonial, 15 por ciento; la sexual, 4, y otras, 2 por ciento.
En el 31.5 % de los casos registrados en el BANAVIM se refiere que la mujer sufrió más de un tipo de violencia de forma simultánea.
La Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), (INEGI-2018) menciona que el 9.7 % de las mujeres adultas mayores no se encuentra afiliada a ningún servicio de salud público o privado.
El porcentaje de mujeres mayores con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o cáncer es de 58.3.
El 55.2 % de las adultas mayores dice tener una salud regular y el 10.7 % tener una salud mala.
Mientras en la vida cotidiana las mujeres reportan dificultades para realizar tareas cotidianas: como vestirse, 14 por ciento; caminar, 12; ponerse de pie o acostarse, 10; usar el sanitario, 10 por ciento; bañarse, 8, y comer, el 4 por ciento.
Agresores y dependencia
Queta Ruelas, tiene 71 años, vive con sus hijas y nietos/as, ella realiza todo el quehacer de la casa, comida, lava, plancha y limpia, además, va por sus nietos/as a la escuela, está enferma y no recibe ninguna remuneración económica.
Dice sentirse productiva al estar a cargo de la casa de una de sus hijas, donde vive, pero tiene claro que la edad ya es un problema para ella y su familia. Sin embargo, no tiene otra opción para sobrevivir en su vejez.
En tanto, la Coordinadora de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), Evelyn Trasviña, resaltó la importancia de trabajar en el tema de cuidados y desmitificar el tema de la vejez.
Destacó que conforme avanza el tiempo, la tendencia es que la mujer se vaya enfrentando a más tipos de violencia y a un número mayor de violentadores. En la etapa de la vejez, se suman las y los hijos como personas que tienden a agredir a las mujeres de la tercera edad.
Hizo hincapié que la violencia económica de estas mujeres acontece porque toda su vida, la mujer se dedica al cuidado y al trabajo no remunerado del hogar, “entonces, al llegar a la vejez se enfrenta a un escenario donde no se le permite incursionar en el mercado laboral y se vuelve dependiente de sus hijos/hijas, quienes con frecuencia, toman un papel de agresores/as”.
Ana Gallardo narró que su interés por trabajar por la vejez inició cuando comenzó con la menopausia, se percató de cómo iba siendo invisibilizada porque «violentamente no tenía con quien conversar del tema, porque hay una exigencia por ser siempre joven».
Cuando eres niña, los agresores son tus padres; en la adultez, puede ser cualquier persona, maestros, pareja, amigos y en la adulta mayor, son los hijos / Foto: David Deolarte
“Comencé a trabajar desde hace 15 años en el tema de la vejez femenina, porque no había ningún espacio para hablar de la vejez, ¿en dónde estaban mis compañeras?”, compartió la artista argentina.
“La vejez femenina no es lo mismo que la de los hombres, la vejez se vive diferente cuando eres mujer trans, LGBT o perteneces a un sector vulnerable, ¿no?, la sociedad nos niega violentamente, por ello esta exposición es un trabajo muy amoroso.”, refirió la activista.
En la exposición «Mujeres visibles, mujeres en resistencia”, se exhiben fotografías de mujeres mayores, realizadas por la fotógrafa Marisol Cid y el fotógrafo Matthew Phipps, así como con un video e imágenes de la instalación “Escuela de Envejecer”, de Gallardo.
Es entrada libre, de martes a domingo, de 10:00 de la mañana a las 18:00 horas y estará hasta el 15 de abril, en el vestíbulo del Museo Memoria y Tolerancia, frente al Hemiciclo a Juárez, frente a la Alameda Central.
AM.MX/fm
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