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viernes, noviembre 22, 2024

Hallan canoa maya en perfectas condiciones bajo un cenote en San Andrés

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), registraron el hallazgo de una canoa maya prehispánica; localizada durante la prospección del Tramo IV de la obra, que va de Izamal, Yucatán, a Cancún, Quintana Roo.

En la región, se identificó un sitio llamado San Andrés; por el equipo arqueológico comisionado para esta obra de infraestructura. Mismo que dirige el arqueólogo Manuel Pérez Rivas y José Francisco Osorio León, en el Tramo IV; coordinados con el director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López Calzada.

En el lugar se hallaron tres cuerpos de agua: un cenote, un pozo y una rejoyada. Por lo que los expertos acudieron para su exploración y registro.

Helena Barba Meinecke, responsable de la Oficina Península de Yucatán de la SAS, expresó que mientras hicieron una pausa para descompresión en el cenote (necesaria cuando se bucea a más de 20 metros de profundidad y se rebasa cierto tiempo definido en las tablas de buceo); notó que cinco metros debajo del nivel actual del agua, estaba una impronta oscura en la pared de piedra. Esta tenía entre 60 y 90 centímetros, indicando el antiguo nivel del agua.

En esa marca localizaron una cueva en la que pudieron observar un tronco de madera dura. Al inspeccionar, se percataron de la presencia de cortes simétricos realizados para la creación de una cubierta sin bordas; lo cual hizo evidente que se trataba de una canoa tipo plataforma.

Con 1.60 metros de eslora (largo), 80 centímetros de manga (ancho) y 40 centímetros de puntal (alto), la embarcación pudo haberse empleado para la extracción de agua del cenote o para el depósito de ofrendas durante rituales.

“La relevancia radica en que es que es la primera canoa de este tipo que se encuentra completa y tan bien conservada en el área maya, habiendo también fragmentos de estas embarcaciones y remos en Quintana Roo, Guatemala y Belice”.

De acuerdo a la arqueóloga, la antigüedad de esta ha sido asociada al sitio de San Andrés, periférico a Chichén Itzá. Cuya temporalidad es vinculada al periodo Clásico Terminal (830-950 d.C.). No obstante, será el próximo mes cuando realicen estudios en la canoa, para precisar su antigüedad mediante dendrocronología; un análisis que será con el apoyo de la Universidad La Sorbona, de París. Con este también podrán saber de qué tipo de árbol es la madera con la que fue hecha.

Aunado a ello, van a realizar un pozo de sondeo en el sedimento que hay bajo la canoa, para definir la estratigrafía del entorno y posibles elementos adicionales. Junto a estudios de fotogrametría para obtener un modelo 3D de la canoa, que ayude en su estudio y divulgación virtual; para poder facilitar la creación de réplicas que puedan integrarse en museos de la región. 

De manera adicional, los otros dos cuerpos de agua que fueron hallados en San Andrés, se encontró una osamenta humana y cerámica; en el pozo-cenote. Además de pintura mural en su área de acceso y en las paredes de la rejoyada, a través de intrincados pasajes; los investigadores de la encontraron pintura mural con manos pintadas sobre el techo de roca, un incensario completo tipo Cumtun Compuesto; que corresponde al periodo Posclásico Tardío (1200-1500 d. C.). También hallaron una roca-estela; un cuchillo ritual y más de 40 vasijas ‘matadas’ (que fueron rotas a propósito al ser colocadas en el lugar), con carbón asociado.

“Es evidente que esta es una zona donde se realizaron ceremonias, no sólo por la cerámica fragmentada intencionalmente; sino también por los restos de carbón que indican su exposición al fuego y la manera en que colocaron piedras arriba de ellas para cubrirlas. Ya que no son producto de derrumbes”; explicó Helena Barba.

Añadió que estos rituales se extendieron durante varios siglos, como lo prueba la variedad y cronología de la cerámica. Los elementos óseos y cerámicos que hasta el momento han sido descubiertos fueron registrados y trasladados al campamento arqueológico de la Zona de Chichén Itzá; para ser resguardados.

San Andrés quedó protegido por el INAH, pues en la parte terrestre y también en la subacuática; hallaron evidencias de saqueos en el cenote.

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