*“Cuando a mediados del siglo XIX la civilización occidental empieza a sustituir la cultura por la propaganda comercial y política, comienza también a proveer algunas alienaciones literarias que, sobreviviendo etapas históricas, son tácitamente aceptadas hasta en el socialismo”. Sustituyeron las ideas por el anuncio publicitario, por la venta de un producto ficticio llamado Andrés Manuel
Gregorio Ortega Molina
La relación entre el poder y la inteligencia es ambigua. El poderoso y el intelectual se buscan afanosamente porque creen ser complementarios en su afán de trascenderse. Lo cierto es que cada uno de ellos, en su ámbito, se convierte en la coartada y justificación de esa pervertida cercanía que a nada conduce.
¿Qué ve, admira y aprecia el autor de Los corruptores en Andrés Manuel López Obrador? El por qué el político necesita del escritor como del aire está claro, sólo es necesario leer los textos periodísticos de Jorge Zepeda para entender que está subyugado por el embrujo del poder y el empuje verbal de su presidente, al que tanto admira y respeta. Pero, ¿dónde la transformación de México y los mexicanos? ¿Pueden verse, palparse, sentirse las diferencias entre el viejo modelo político y el actual, o nada más lo envuelven de manera distinta?
Mirko Lauer en su opúsculo Los poetas en la República del poder, dejó anotado lo siguiente: “… en algún lugar de la utopía o el activismo político, se ha realizado ya la separación entre Dirigente y Dirigido, entre Gobierno y Pueblo. Un joven ha gritado: <<Cuídate de los Líderes, los Héroes y los Organizadores. Ellos son los emisarios del Sistema>>. Ciertos jóvenes contemporáneos denuncian las manifestaciones del Poder donde éstas pudieran encontrarse, en cualquier bando, porque las actuales alternativas políticas se limitan a ser manifestaciones contrarias a su identidad, de la monolítica hegemonía del poder”.
Nuestra realidad nada desmiente de lo afirmado. El PRI fue hegemónico hasta que inició -a su manera- un muy lento proceso de democratización: diputados de partido y ciudadanización del INE. El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018 ocurrió gracias a los deseos de ser demócratas.
¿Se consolidan? El movimiento encabezado por el único líder y promovido por sus valedores, notoriamente Jorge Zepeda, nos regresa, a paso de vencedores, a esa hegemonía que pensé superada. Puede explicarse.
Una observación del señor Lauer nos pone en la pista: “Cuando a mediados del siglo XIX la civilización occidental empieza a sustituir la cultura por la propaganda comercial y política, comienza también a proveer algunas alienaciones literarias que, sobreviviendo etapas históricas, son tácitamente aceptadas hasta en el socialismo”. Sustituyeron las ideas por el anuncio publicitario, por la venta de un producto ficticio llamado Andrés Manuel.
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