CIUDAD DE MÉXICO.- Uno de los temas más actuales es el relativo a la presencia y aprovechamiento de la Inteligencia Artificial, sus amplias posibilidades, pero también los riesgos que implica y amenaza a la humanidad.
Independientemente de su contribución a procesos económicos en la industria, el comercio y los servicios de todo tipo, la AI desplaza la intervención humana, por lo que su repercusión en el empleo y ka realización humanas, es determinante.
De ahí que el análisis en los procesos de enseñanza y aprendizaje representen una oportunidad de observación, análisis y posibles conclusiones.
El entorno académico ha cambiado rápidamente gracias a la inteligencia artificial (IA), que ha mejorado la forma en que se llevan a cabo la enseñanza, el aprendizaje y la investigación. La implementación de la IA en la educación ha avanzado significativamente, trayendo tanto ventajas como dificultades.
La capacidad de la IA para ofrecer experiencias de aprendizaje personalizadas es una de sus contribuciones más notables a la academia. Para determinar las necesidades únicas de cada estudiante, los sistemas de aprendizaje automático pueden analizar datos sobre su desempeño, métodos de aprendizaje preferidos y comportamiento. Esto mejora la eficiencia del proceso de aprendizaje al permitir la provisión de comentarios y recursos adaptados a cada estudiante.
En el entorno académico, los asistentes virtuales basados en IA también son esenciales. Estos ayudantes pueden proporcionar respuestas a las preguntas de los estudiantes, agregar explicaciones, recomendar material de lectura y ayudar en la resolución de problemas. La IA acelera el acceso a la información y brinda a los estudiantes apoyo adicional, mejorando su comprensión y proceso de aprendizaje.
AI también ha acelerado la investigación académica. Los algoritmos de IA pueden analizar grandes conjuntos de datos, que también pueden identificar patrones y tendencias que de otro modo serían difíciles de detectar. Esto ha acelerado la investigación y producido nuevas ideas, lo que ha resultado en avances significativos en campos como la ingeniería, la ciencia y la medicina. La IA se utiliza para procesar y analizar datos complejos, lo que acelera la investigación.
Sin embargo, existen dificultades con la aplicación de IA en un salón de clases. Garantizar la justicia y la moralidad en la aplicación de la IA es una de ellas. Es crucial que AI se abstenga de atacar a los estudiantes injustamente y evite confirmar prejuicios preexistentes. También se deben abordar las preocupaciones sobre la privacidad de los datos y la seguridad de la información.
En conclusión, la IA ha tenido un impacto significativo en el mundo académico. Con experiencias adaptadas a las necesidades de cada estudiante, ha mejorado la personalización del aprendizaje. Los asistentes virtuales basados en IA han ofrecido más asistencia y acceso rápido a la información. Además, al hacer posible el análisis de enormes conjuntos de datos, la IA ha mejorado la investigación académica. A pesar de estos obstáculos, la inteligencia artificial (IA) tiene el poder de alterar aún más el panorama académico, mejorando la eficacia y el calibre tanto de la educación como de la investigación.
La AI ha impactado, sin duda alguna, todos los aspectos de la vida y de manera especial los procesos de enseñanza y aprendizaje humanos que ven en ella una amenaza, primero, y luego una oportunidad con la que se debe tener cuidado y rigor en la investigación, en tanto que los humanos nos enfrentamos a un auténtico robot de nuestra hechura pero que, como Frankestein, puede convertirse en nuestro verdugo y posible destructor.
El desafío en la comprensión y aprovechamiento de la AI radica en que mantenerla bajo vigilancia y control porque su velocidad y poder de aniquilación o destrucción es una amenaza real que no debemos soslayar, despreciar y menospreciar.
Bienvenidos los avances tecnológicos siempre y cuando beneficien y no esclavicen a los usuarios, los humanos.
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