Las langostas son crustáceos decápodos (tienen 10 patas) que pueden alcanzar hasta medio metro de longitud. Morfológicamente estos animales con pinzas, cuatro antenas y una cola larga —de donde se extrae la mayor cantidad de carne que se utiliza para consumo humano—; son de hábitos nocturnos, pues duermen durante el día y habitan en zonas rocosas.
Debido a sus hábitos, la manera en cómo se consiguen, es mediante trampas de langostas: cajitas que se colocan antes del anochecer y que cuentan con un cebo.
En México, se pesca en “casas langosteras”, que se construyen con troncos de árbol amarrados formando especies de balsas de 3 metros cuadrados que se separan con troncos atravesados; dejando entre cada balsa un hueco donde las langostas se esconden. La “casa langostera” se coloca en el fondo y se cobra usando un malacate, se sacan las langostas adultas y se suelta a las hembras cargadas y a los ejemplares jóvenes, para conservar la especie.
Asimismo, algunos bucean en su búsqueda pero no es una práctica muy recomendada, por los peligros que representa, además resulta más costoso.
Hasta el momento no ha sido posible cultivar todas las especies langostas porque que en los laboratorios, los ejemplares que han criado son más pequeños y las condiciones ambientales que necesitan para seguir su crecimiento son muy difíciles de reproducir en laboratorio o en una granja. Cuando se ha tratado de “engordar” juveniles, han presentado problemas: en el momento de su “muda”, se devoran unas a otras. Por ello se requeriría cultivarlas en espacios sumamente grandes y esto no podría ser costeable. Sin embargo, se puede encontrar la “Langosta de agua azul”, que cultivan en Baja California Sur y en Veracruz.
En las costas de México se pescan cinco principales variedades. Este crustáceo se pesca desde las costas del Pacífico hasta Baja California, pero también se encuentra en el Golfo de México y la Península Yucateca.
Por el lado de los crustáceos, las langostas se encuentran en los primeros lugares; siendo superada solamente por el camarón en las costas del Pacífico y por el camarón y la jaiba en el Golfo de México. De la producción nacional de langosta, el Pacífico contribuye con un 82.6% del volumen total y el Atlántico con el 17.4% restante.
México tiene cinco especies predominantes de langostas: cuatro se presentan en el Océano Pacífico (Panulirus interruptus, P. gracilis, P. inflatus y P. Penicillatus), y una en aguas del Golfo de México y el Caribe (P. argus); para esta misma región se reportan algunos especímenes de P. laevicauda y P. quttatus, pero su presencia no es muy común en esta área.
La langosta es un producto muy bien cotizado en el mercado nacional e internacional. Su pesquería constituye una actividad importante, sobre todo en la parte Noroeste de nuestro país, en donde el recurso (P. interruptus) es más abundante y por tanto existe un mayor número de pescadores dedicados a la explotación de este crustáceo. Es una langosta de color rojo ladrillo, que se pesca en Puerto Nuevo y Rosarito. El sabor es tan valorado, que personas de otras latitudes concurren estos puertos; con la finalidad de deleitarse con uno de sus platillos más famosos: “Langosta Puerto Nuevo”.
Como habitantes del territorio nacional, podemos experimentar el sabor de las variedades que los mares de nuestro país ofrecen. Se prepara al igual que otros crustáceos: a la mantequilla, al ajillo, asada o frita dependiendo de la región.