El Pecarí de labios blancos es endémico de la Península de Yucatán y también de varias partes de Centroamérica. Además se le conoce en México como Senso, Tamborcillo, Jabalí Cariblanco o Marín.
Es uno de los mamíferos neotropicales que muestran complejos comportamientos sociales y es de hábitos diurnos; llegando a formar grupos de hasta cientos de ejemplares que ocupan extensas áreas en algunos estados del sureste mexicano.
Tienen una longitud y peso (cuando son adultos) de entre 905 y 1390 milímetros, y entre 25 y 40 kilogramos, respectivamente. El color de su pelaje es negro grisáceo con tonos blancos en los labios y mejillas; con el pelaje dorsal muy largo. Presentan una glándula secretora de almizcle en la parte posterior del dorso, a unos 20 centímetros de su pequeña cola. Además tienen las patas cortas, delgadas y con cuatro dedos terminados en pezuñas.
El pecarí de labios blancos tiene una longevidad máxima -registrada en cautiverio- de 22 años. En un hábitat silvestre, los individuos difícilmente alcanzan los 10 años de edad a causa de la depredación natural, la cacería y otros factores como la presencia humana y el cambio de sus ecosistemas.
Los depredadores naturales del pecarí son el jaguar (Panthera onca), el puma(Puma concolor) y los cocodrilos (Crocodylus spp). La situación de las poblaciones de este mamífero en México y Centroamérica es precaria y se encuentran en las listas de la UICN como casi amenazada (Near Threatened; IUCN 2012); en la NOM-059-Semarnat-2010 (Semarnat 2010) y en el Apéndice II del CITES. En este se especifica que cada país en el que existen poblaciones de esta especie, deben tomar medidas necesarias para evitar que el comercio internacional de pieles u otros productos, se convierta en un factor de amenaza.
Estos animalitos se encuentran ubicados en lugares como El Triunfo, Montes Azules, Los Chimalapas, Calakmul y Sian Ka’an. No obstante, la población del Pecarí de labios blancos en la mayor parte de sus áreas de distribución, es poco conocida, pues ha sido escasamente estudiado en México.
La distribución histórica del mamífero en el país, incluyó las planicies costeras cubiertas por bosques tropicales húmedos y subhúmedos del Golfo de México, el Mar Caribe y el Pacífico sur; incluyendo los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca y Chiapas. En estos últimos dos estados, los bosques mesófilos de montaña por debajo de los dos mil metros de altitud también albergaron poblaciones de Pecarí hasta hace algunas décadas
A pesar de ello, estudios recientes estiman que ha desaparecido un 84% de su rango histórico de distribución en el país. Actualmente, este animalillo ha desaparecido, prácticamente en el estado de Tabasco, pero aún pueden encontrarse algunos ejemplares en Veracruz (Uxpanapa), Yucatán (Dzilam).
Sólo los estados de Campeche, Chiapas y Quintana Roo conservan poblaciones importantes en las Reservas de la Biosfera de Calakmul, Montes Azules y Sian Ka’an, respectivamente.
¿Cómo se comporta y reproduce el blanquecino mamífero?
En cautiverio, las hembras y los machos alcanzan la madurez sexual entre los 12 y los 24 meses de edad. Su reproducción puede ser durante todo el año, pero en tipos de hábitat muy estacionales la, mayor parte de los nacimientos pueden ocurrir durante un período bien definido. Tienen una gestación de 156 a 172 días.
Las camadas de pecaríes es de una a tres crías, con períodos entre camadas de 6 a 14 meses. Las hembras pueden presentar un celo post parto y es una especie predominantemente diurna.
Esta especie es muy social y forma grupos de entre 10 ejemplares pero hay grupos conformados de más de 300 individuos. Los grupos en general son cohesivos, aunque en pueden separarse temporalmente en subgrupos más pequeños.
En la Reserva de la Biosfera Calakmul han logrado observar una alta fidelidad de los individuos hacia sus grupos.
El pecarí requiere agua diariamente para beber y para su termoregulación durante las horas más calurosas. Tal y como lo hacen los elefantes o los cerdos, acostumbra tomar baños en el lodo circundante a lagunas y arroyos. Además logra aliviar las molestias causadas por los ectoparásitos.
En Calakmul, los investigadores han hallado que gran parte de los extensos movimientos de los pecaríes durante la estación seca del año (hasta 15 kilómetros en un día) se relacionan con la búsqueda de agua.
Un comportamiento interesante de esta especie es el uso de una variedad de sonidos y olores para comunicarse entre ellos. Los miembros de un grupo, suelen frotarse la espalda para transmitir sus propios olores de almizcle a los demás; situación que ocurre también entre animales de grupos distintos.
Estos ungulados poseen un amplio repertorio acústico: gruñidos y ronquidos cuando se (desplazan en el bosque), berridos (en caso de conflicto entre individuos), y fuertes y rápidos chasquidos con los dientes (ante la presencia de un depredador). En esta última instancia, las grandes manadas pueden resultar sumamente peligrosas para los cazadores o animales depredadores de los pecaríes.
El blanquecino mamífero come principalmente frutas, pero en condiciones de escasez puede llega a consumir cantidades considerables de pequeños animales. Su dieta consiste en numerosos frutos, hojas, bulbos, caracoles, lombrices, anguilas dulceacuícolas, huevos de aves y larvas de insectos.
El animal es una especie que resulta ser preciada por su carne, como una importante fuente de proteína para la subsistencia familiar en los medios rurales. También es una especie cotizada para la cacería deportiva y por tal situación, debe ser legislada una ley que proteja adecuadamente a los pecaríes.
Para saber más: Programa de conservación del pecarí.