Por: Lilia Arellano.
“Todo poder excesivo dura poco”: Séneca
- Exitosa elección en el Senado
- Monreal mostró experiencia y “colmillo”
- Carrera de “corcholatas” sin expectadores
- A Taddei en Harvard ¿lo enseñan a robar?
Las últimas 48 horas han permitido conocer de qué está hecho quien se ha negado, por respeto a los ciudadanos y a sí mismo, ser llamado “corcholata”. Ricardo Monreal, sorteó el martes una tormenta organizada y actuó con serenidad, con madurez, con inteligencia política, sin dejar de mostrar su independencia de criterio. Pretendiendo colocarlo contra la pared los integrantes clave del gabinete de seguridad, decidieron no asistir a la sesión plenaria de senadores morenistas. No acudió al evento el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; tampoco los titulares de la Secretarías de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de la Secretaría de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez. No se presentó Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional, ni mucho menos Mario Delgado, líder de Morena.
Ante el desaire, el zacatecano exclamó: “no lo aceptó, he actuado con respeto y con lealtad. Resistir y enfrentar la tormenta es lo más digno. Estar del lado del poder es lo más cómodo”. Atribuyó el ambiente de crispación a la sucesión anticipada, la cual ha generado una larga serie de intentos de imposición. “Sólo deseo que haya respeto a nuestra autonomía. A mí la abyección no se me da”. Demandó asumir este momento histórico con responsabilidad, tener pudor constitucional y ser un verdadero órgano de control y un poder autónomo. “Nosotros no somos comparsa ni apéndice del Poder Ejecutivo. El presidente López Obrador nos convoca todos los días a no ser súbditos, a no ser vasallos, a actuar con autonomía y a que el poder legislativo se erija en un auténtico órgano de control parlamentario”.
Ayer, apenas 24 horas después de la instalación de la intrigante celada, el presidente de la Junta de Coordinación Política volvió a dar toda una cátedra sobre la conducción de elecciones. Originalmente eran dos los registrados para ocupar la presidencia de la Mesa del Senado en sustitución de doña Olga Sánchez Cordero. En un santiamén surgieron otros dos, uno cuya mano se levanta para generar olas y otro con afanes de conseguir ser premiado por claudicar de su viejo anhelo de ser candidato y gobernador del Estado de México. De entrada, hubo respeto entre los cuatro aspirantes, lo cual dio indicios de mantener unidad en ese grupo parlamentario.
La elección fue cerrada y según el zacatecano “eso habla de procesos democráticos”. El poblano Alejandro Armenta fue electo por voto directo y secreto de la bancada morenista y ratificado por el pleno horas más tarde. Obtuvo 36 votos contra los 28 conseguidos por Higinio Martínez. Monreal le propuso a Armenta buscar de inmediato al presidente y junto con la nueva Mesa Directiva llevar a cabo un respetuoso acercamiento. El cierre de esta etapa se dio con la consigna: “Cuando hay elecciones democráticas, con piso parejo, cuando no hay exclusión, se genera unidad”.
CORCHOLATAS EN ACCIÓN
Pero, si esa fue la experiencia en el Senado, los acontecimientos políticos de los últimos días confirman la intención del presidente López Obrador de establecer un maximato transexenal, de la mano de su aspirante y “corcholata” favorita a la Presidencia de la República, Claudia Sheimbaun Pardo. Múltiples son las señales y todo apunta a que Adán Augusto López ya lo entendió y prácticamente se bajo de la carrera presidencial. Al parecer quien no se ha dado cuenta de la intención de imposición es Marcelo Ebrard, quien suspira por la Presidencia de la República, y considera aún tiene posibilidades de ser el escogido por la mano que mece la cuna.
Nadie, fuera del tabasqueño, le ve a Claudia Sheimbaun la capacidad para, de ser electa, formar un gobierno independiente, y de sacudirse la influencia de su antecesor y benefactor. También teme, al igual que muchos de sus compañeros, como Bertha Luján, se desmorone, se desvanezca el movimiento morenista sin López Obrador y tenga una serie de confrontaciones con las fuerzas internas de su partido, cuyos dirigentes de las tribus buscarían por todos los medios conquistar y ampliar sus áreas de influencia.
En el caso de Marcelo Ebrard, no será el candidato por la simple y sencilla razón de contar con personalidad política propia; porque puede formar una administración eficiente e independiente del régimen de la 4T; porque tendría un proyecto político diferente y, en muchos rubros, contradictorio al actual; porque tiene presencia nacional e internacional; y porque podría cuestionar a la actual administración poniendo en riesgo hasta la propia libertad muchos funcionarios del actual gabinete por la opacidad y uso indiscriminado de los recursos públicos.
Tratándose de “corcholatas”, no debiéramos olvidar: estamos mal, pero podemos estar peor”, o como dijo AMLO: “lo mejor es lo peor que se va a poner”.
PARA INCREDULOS
Es innegable, como contradictorio, siga López Obrador manteniendo una popularidad importante, 6 de cada 10 mexicanos afirmaron votarían otra vez por él, según las últimas encuestas de diarios nacionales como El Financiero, El Universal y Reforma. Sin embargo, los mismos sondeos muestran al inquilino de Palacio Nacional reprobado en materia económica, con una economía estancada y con el empobrecimiento de los mexicanos; con una ola de violencia incontenible, con el agregado de la garantía de impunidad a las actividades de las organizaciones delincuenciales; con la persistente destrucción de las instituciones democráticas del país, y una acentuada concentración del poder en manos del presidente, intentando doblegar a los poderes Legislativo y Judicial.
Las calificaciones de López Obrador en materia de combate a la corrupción y honestidad dejan mucho que desear; el fraude en Segalmex es sólo la punta del iceberg de su administración, la dimensión de los desfalcos de la 4T deberán esperar hasta el próximo sexenio; la legalidad en esta gestión brilla por su ausencia, el propio mandatario ha exclamado: “no me vengan con que la ley es la ley”; se la pasa esforzándose por cambiar la Constitución y cuando no lo puede hacer recurre al “decretazo” para saltársela; en transparencia esta reprobado y la opacidad impera en su administración. Basta con ver los sobrecostos de las obras emblemáticas de su administración para confirmar la falsedad de su afirmación: “no somos corruptos, no somos rateros”.
López Obrador es el único presidente de México a quien le han contabilizado más de 80 mil falsedades y verdades a medias, lo cual supera la demagogia y la verborrea de sus antecesores. A pesar del anuncio repetido una y otra vez, afirmando sera al término de su mandato cuando se retire totalmente de la política y se vaya a leer y escribir a su rancho “La Chingada”, nadie le cree, ni siquiera sus seguidores. Aún se recuerda cuando negó en 1999 su aspiración al gobierno de la Ciudad de México, con la petición de darlo por muerto en la carrera presidencial en 2006. En 2012 cuando aseguró se iría a su hacienda y era otra vez derrotado, pero todas fueron mentiras.
El tabasqueño es el partido Morena y su único y mayor capital político. Su retiro provocaría el descontrol, la confrontación abierta entre sus múltiples tribus y una fractura dolorosa en el Movimiento Renovación Nacional. La propaganda política señalando “Morena es AMLO” es una gran verdad y sin el capital político del tabasqueño el partido desaparecerá. Pero en las filas de Morena se empeñan en mostrar no existe preocupación, intentan autoconvencerse de la eterna existencia de López Obrador.
Se recomienda, en plena pobreza franciscana, soñar, no cuesta nada.
DE LOS PASILLOS
Para el anecdotario senatorial están estas posturas: del ala dura del morenismo César Cravioto expresó en relación a la ausencia del gabinete de seguridad: “No es un asunto de desaire, pero si un mensaje político muy claro lo de hoy. En las últimas semanas los mensajes han sido necesariamente de respaldo al proyecto que encabeza el presidente López Obrador”… También el guerrerense Félix Salgado habló y gesticuló refiriendo: “hay cosas que siguen lastimando al Presidente y que no caen bien en Palacio Nacional”. Y luego trajo a colación la presentación del libro “El Imperio de los otros datos”, en la propia sede parlamentaria, con la presencia de Monreal, y donde se exhibe que el inquilino de Palacio Nacional miente todos los días desde sus conferencias mañaneras, acumulando a la fecha más de 80 mil falsedades. “Ustedes saben quién presentó ese libro y que estuviera ahí nuestro coordinador no se vio bien”…
Pablo Daniel Taddei Arriola será el director de LITIOMX, la nueva empresa pública encargada de la exploración y explotación de litio en México. El mandatario dio datos curriculares del “ joven Taddei, quien está terminando su doctorado en Harvard sobre medio ambiente y energías renovables”. O sea ¿es de los rateros formados en el extranjero o solamente un aspiracionista, hijo del neoliberalismo, de los integrantes de la tan criticada y rechazada clase media? Ante este nombramiento, usuarios de redes sociales recordaron cuando el 5 de agosto de 2021, López Obrador declaró “los que han estudiado en Harvard o en el extranjero “aprenden a robar”. Eso es lo malo de escupir al cielo porque a la cara cae,
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