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viernes, mayo 17, 2024

Narcotráfico: negocio de familia

CIUDAD DE MÉXICO.- En el narcotráfico en México, que tuvo sus orígenes en Sinaloa con el cultivo de la amapola en los cuarentas por la Segunda Guerra Mundial, ya que había que abastecer de heroína a las tropas de los Estados Unidos, se dio un fenómeno peculiar: el tráfico de drogas se transformó en “negocios de familia”, al conformarse los clanes de narcotraficantes con familiares, principalmente hermanos, para ejercer un control absoluto e imponer su ley en su territorio.
EL CÁRTEL MÁS ANTIGUO
La organización criminal más antigua, aunque aún no alcanzaba el estatus de cártel, fue creada en la década de los 30. Se trató del Cártel del Golfo, fundado por Juan Nepomuceno Guerra, cuyas acciones se centraron en el contrabando de licor hacia la Unión Americana por la imposición de la Ley Seca en esa nación.
De acuerdo con La Opinión de México, al morir Juan Nepumuceno Guerra, que nunca admitió traficar drogas, el liderazgo del Cártel del Golfo recayó en su sobrino Juan García Ábrego, quien cambió el contrabando por el trasiego de drogas y se convirtió en el primer cártel que durante muchos años detentó el poder junto con su hermano Humberto García Abrego.
El 14 de enero de 1996 fue detenido y en menos de 72 horas extraditado a la Unión Americana. Su hermano Humberto quedó al frente, pero carecía de la malicia de Juan y rápidamente fue desbancado por otros narcos hasta asumir el liderazgo Osiel Cárdenas Guillén que incorporó a sus hermanos Antonio Ezequiel, “Tony Tormenta”; Mario y Alberto. El primero fue ejecutado el 5 de noviembre de 2010 y los otros dos detenidos.
Ya para entonces se habían enquistado en la organización los hermanos Miguel Ángel y Omar González Treviño, que se convertirían el “Z-40” y Zeta 42”. Los dos fueron detenidos, pero entonces llegaría más familia, entre ellos Juan Gerardo Treviño, El Huevo; que lideró el Cártel del noreste, un apéndice del Cártel de Golfo.
EL CÁRTEL DE GUADALAJARA
El Cártel más antiguo, con toda la estructura como tal, sería el de Guadalajara, fundado por el llamado Jefe de Jefes, Miguel Ángel Félix Gallardo, cuyo cobijo dio abrigo a narcotraficantes que a la postre crearían su propia organización y se convertirían en capos.
Entre ellos: Héctor “El Güero” Palma Salazar, Joaquín “El Chapo” Guzmán Liera, Ernesto Fonseca Carrillo, Amado Carrillo Fuentes, Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal, Rafael Caro Quintero, los Arellano Félix y muchos otros más.
De ahí nacerían el Cártel de Sinaloa, el de Juárez, el de Tijuana y posteriormente las escisiones que dieron lugar a Los Beltrán Leyva, a la Familia Michoacana, Caballeros Templarios y otros, así como al mismo Cártel Jalisco Nueva Generación, actualmente uno de los dos más peligrosos, luego del de Sinaloa, al que llaman también el Cártel del Pacífico.
Durante la integración y empoderamiento de los grupos criminales surgieron muchos otros narcos, y comenzó a darse la participación de los familiares de los grandes capos.
Así tenemos a los Muñoz Talavera, los Caro Quintero, Lupercio Serratos, Tapia Anchondo, Arellano Félix, Carrillo Fuentes, Díaz Parada, Amezcua Contreras, Higuera Guerrero, Zambada García, Guzmán Loera, Palma Salazar, Herrera Nevares, Zaragoza Fuentes y otros, que tras corromper a autoridades y aterrorizar a la ciudadanía, se convirtieron en amos, dueños y señores de estados, rutas, vidas y propiedades.
Cabe destacar que buena parte de ellos pertenecieron a alguna corporación policíaca o bien a las Fuerzas Armadas y después, aprovechando los conocimientos que les impartió el estado, se pasaron al bando contrario.
Dentro de los personajes que figuraron durante años en el obscuro mundo de las drogas, figuran Eduardo y Rafael Muñoz Talavera, quienes, junto con Rafael Aguilar Guajardo, ex comandante de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, fundaron lo que ahora se conoce como El Cártel de Juárez, aunque para la ahora Fiscalía General de la República se trataba del Cártel de Carrillo Fuentes.
Rafael y Miguel Ángel Caro Quintero, fueron en un tiempo los mayores productores de mariguana (Rancho “El Búfalo”), a tal grado que cuando detuvieron al primero, éste aseguró que se comprometía a pagar la deuda externa si lo dejaban seguir “trabajando”.
En 1985 Rafael pisó la cárcel tras el brutal asesinato del agente infiltrado de la DEA, Enrique Camarena, En 2013 fue liberado en México tras una escandalosa decisión judicial, cuando le faltaban todavía por cumplir 12 años de condena y el 15 de julio de 2022 fue recapturado. Se encuentra en el penal de El Altiplano y trata de evitar su extradición,
Su hermano Miguel Ángel Caro Quintero purgó su sentencia en Estados Unidos y fue deportado el 19 de julio de 2019 a México a través de la garita de “El Chaparral”, en Tijuana, Baja California, Al llegar a nuestro país ninguna autoridad mexicana procedió en su contra.
Los hermanos Pedro y Filiberto Lupercio Serratos, fincaron también su imperio de la droga en el estado de Jalisco, antes de que se aposentaran en dicha entidad otros narcotraficantes de igual o mayor peligrosidad.
El clan Tapia Anchondo, cuyo jefe era Carlos, apoyado por dos de sus hermanas, fueron en un tiempo los principales introductores de cocaína a los Estados Unidos, incluso a la fecha no se ha registrado en el vecino país ni tampoco en México un aseguramiento de droga tan cuantioso como el que confiscaron a los consanguíneos.
En una bodega de los suburbios de Nueva York, los agentes antidrogas norteamericanos descubrieron más de 20 toneladas del estupefaciente.
Que decir de los hermanos Francisco Rafael, Ramón, Benjamín, Francisco Javier, Eduardo, Alicia y Enedina Arellano Félix, cuyo poder dejaron sentir a través de más de 12 años en Tijuana, Baja California, donde a base de ejecuciones y la compra de conciencias de autoridades corruptas, fincaron todo un imperio del narcotráfico.
El clan Carrillo Fuentes merece un renglón aparte, ya que uno de los iniciadores en el mundo de las drogas fue sin duda Ernesto Fonseca Carrillo, al que apodaron “Don” por el inmenso poder que llegó a tener en dicho “negocio”.
Empero, su sobrino Amado Carrillo Fuentes superaría con mucho a su tío y maestro, a grado tal que llegaron a conocerlo como “El Señor de los Cielos” porque no transportaba cientos de cocaína en pequeños aviones, sino cerca de 10 toneladas en aviones Boeing 727 a los que quitaba el fuselaje para que tuvieran mayor capacidad.
A su desaparición, ya que para muchos no está muerto sino convenientemente desaparecido, sus hermanos Vicente y Rodolfo, así como su hijo Vicente Carrillo Leyva se hicieron cargo del Cártel de Juárez, pero siempre con el asesoramiento y dirección de quien estuvo considerado como el máximo jefe de las diferentes organizaciones dedicadas al narcotráfico: Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”, por la pigmentación de su piel.
De El Azul, que también incorporó en el narcotráfico a su hijo Juan José Esparragoza Monzón, que falleciera por Covid en enero de 2921, se dijo que había muerto tras un percance automovilístico el 7 de noviembre de 2014. El cadáver nunca se vio y tanto la Fiscalía General de la República como el gobierno de Estados Unidos, siguen ofreciendo millonarias recompensas en pesos y dólares por su captura.
Los hermanos Ismael, Jesús Reynaldo y Vicente Zambada García, alias “El Mayo”, “El Rey” y “El Chente”, respectivamente, también formaron parte de la referida organización criminal. Vicente fue el que menos tiempo figuró dentro de la organización al ser ejecutado en un ajuste de cuentas el 5 de junio de 1996.
“El Mayo”, que se convertiría en el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa, es considerado como uno de los capos más emblemáticos, ya que durante 59 años que se ha dedicado al narcotráfico jamás ha sido detenido ni ha pisado la cárcel.
“El Rey” Zambada, por el contrario, fue detenido varias veces y tras su extradición a los Estados Unidos. se acogió al Programa de Testigos Cooperantes y, traicionando a su hermano Ismael y a su compadre “El Chapo” Guzmán, dio toda clase de información de sus socios. Su testimonio fue determinante para condenar a Joaquín Guzmán Loera.
Actualmente es testigo clave en el juicio que se le sigue al ex secretario de Seguridad Federal, Genaro García Luna, quien durante más de una década protegió al Chapo.
La vida familiar de “El Mayo” Zambada había sido muy reservada, hasta que durante una entrevista que concedió al director de la revista Proceso, el periodista Julio Scherer (QEPD), hablara sobre la relación sentimental que sostenía con sus seis mujeres.
Dijo que todas ellas viven en el mismo rancho, donde han convivido como una gran familia con sus hijos, nietos y bisnietos, “las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra”.
Las autoridades han documentado que “El Mayo” tiene al menos diez hijos; los cuales procreó con cuatro de sus esposas conocidas, y la mayoría han formado parte de la organización.
El más conocido es Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo quien fue liberado y borrado de las personas sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), tras formar parte de los testigos que declararon contra Joaquín Guzmán.
El Vicentillo, al igual que su tío, El Rey Zambada, fueron tachados por la mafia como traidores y el primero como el traidor de traidores pues no dudó en declarar en contra de su padrino, El Chapo Guzmán y de su padre, El Mayo Zambada. Actualmente se desconoce su paradero.
Otro de los hijos del Mayo es Serafín Zambada Ortiz. Estuvo cinco años encarcelado luego de que se declarara culpable de conspirar para el tráfico de 100 kilos de cocaína y más de una tonelada de marihuana a Estados Unidos.
Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, fue extraditado a Estados Unidos en 2019 para enfrentar cargos de conspiración por tráfico de drogas; el año pasado se declaró culpable y fue condenado a una pena de diez años; en México pasó cinco años tras las rejas.
Otros Ismael, pero de apellidos Zambada Sicarios, “El Mayito Flaco”, está en la lista de fugitivos de la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) y se dice que él sería el heredero del imperio criminal de los Zambada.
Asimismo, hay cuatro hijas del narco que procreó con Rosario Niebla Cardoza, “su amor eterno”. Todas ellas: Mariana Teresa, de 52 años; Miriam Patricia, de 51; Mónica del Rosario, de 42 y Modesta, de 39 años están fichadas por la DEA y consideradas como parte de la red financiera del Cártel de Sinaloa, mediante empresas para lavar dinero de la organización.
Por otra parte, Eduardo González Quirarte y su hermano Enrique, fueron importantes miembros de la organización de los Carrillo Fuentes, sólo que el segundo fue asesinado de manera brutal y su cabeza, a manera de macabro mensaje, le fue enviada a Eduardo, apodado “El Lalo” o “El Flaco”, quien finalmente desapareciera y nunca más se volvió a saber de él.
LOS CABALLEROS TEMPLARIOS
Dos de los personajes más sanguinarios de Los Caballeros Templarios, fueron Dionicio Loya Plancarte, El Tío Nicho y su sobrino Enrique El Kike Plancarte Solís.
El primero, que se caracterizaba por ser uno de los más sanguinarios asesinos, que llegó a retar a muerte a Hipólito Mora, líder de los autodefensas en Michoacán, ejecutado el 29 de junio de este 2023, y que hacía gala de su valentía para enfrentarse con quien fuera, se escondió en el closet, sin disparar un solo tiro, para tratar de evitar su captura el 27 de enero de 2014.
Ya ante las autoridades culpó a sus cómplices e incluso a si sobrino Enrique Plancarte de ser el verdadero jefe de Los Templarios.
Este último, que decía torturar y matar a sus víctimas por “mandato divino”, señalado como “chamán” en rituales demoníacos, fue abatido por infantes de la Marina a los que se enfrentó, tres meses después de que fuera detenido el “Tío Nicho”.
LA FAMILIA MICHOACANA
En el estado de Guerrero el cártel predominante es La Familia Michoacana, donde los hermanos Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Pez” y José Hurtado Olascoaga, “El Fresa”, se han convertido en la pesadilla de los guerrerenses.
Este cártel opera también en cerca de 35 municipios mexicanos y se dedica a la venta de otras drogas, como la marihuana, metanfetamina, heroína, cocaína y, especialmente al tráfico del fentanilo.
Para conservar el control de sus territorios, ejecuta brutales masacres con el objetivo no sólo de acabar con sus enemigos, sino de mantener aterrorizada a la población, como la ocurrida en la comunidad de El Durazno, municipio de Coyuca de Catalán, de la región Tierra Caliente de Guerrero, donde ocho personas, entre ellos un menor de edad, fueron sacados violentamente de sus domicilios, llevados a la cancha de una escuela de la citada comunidad y fusilados.
CÁRTEL DE SINALOA
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, su hermano Aureliano, “El Guano”; Miguel Ángel, “El Mudo” y Arturo, “El Pollo, asumieron el mando del Cártel de Sinaloa, pero al ser capturados unos y abatidos otros, son ahora “Los Chapitos”: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio y Joaquín Guzmán López, los que están al frente de la organización y le disputan la supremacía al Mayo Zambada.
No obstante que las agencias extranjeras y la misma FGR hablan de varias organizaciones del narcotráfico y les conceden exagerada importancia, únicamente existen tres cárteles que, por su misma estructura y poderío, se les puede conceder dicho término: el de Sinaloa, el de Jalisco y el del Golfo.
El de Juárez, el de Los Beltrán Leyva y el de Tijuana, si bien siguen operando, han sido severamente disminuidos, mientras que los demás son ramificaciones con cierta importancia, pero siempre dependiendo de alguna manera de los anteriormente citados.
Así, tenemos que en el estado de Oaxaca se movieron con amplias libertades los hermanos Pedro, Eugenio Jesús y Domingo Aniceto Díaz Parada, a quienes se les conoció como los jefes del Cártel del Istmo. El primero se llegó a fugar en tres ocasiones. Las dos primeras del penal de Ixcotel en Oaxaca y la última del Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
Su última escapatoria ocurrió en enero de 1992 y hasta enero del 2007, después de 15 años de prófugo, fue nuevamente arrestado por el Ejército. Fue sentenciado a 15 años de prisión por delitos contra la salud, posesión de cartuchos y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
No obstante, el jueves 19 de septiembre de 2019, tras 12 años de prisión, Pedro Díaz Parada recibió el beneficio de prisión domiciliaria debido a su deteriorado estado de salud.
A la detención de El cacique de Oaxaca quedaron como cabezas de la organización sus hermanos Eugenio Jesús Díaz Parada Don Chuy y Domingo Aniceto Don Cheto, con el apoyo de sus lugartenientes Ignacio Luna Toledo y Apolinar Albarrán Salazar. La conducción del cártel sigue estando en manos de la familia Díaz Parada actualmente.
Luis Ignacio, José de Jesús y Adán Amezcua Contreras, fueron llamados Los Reyes de las Anfetaminas, ya que producían y traficaban drogas sintéticas. Su centro de operaciones y donde mantuvieron el control fue el estado de Colima. Fueron detenidos y extraditados a Estados Unidos,
Ismael y Ezequiel Higuera Guerrero, así como Gilberto Higuera Bernal, hijo del primero, a quienes se les conoce como “El Mayel”, “El Chéquele” y “El Gilillo”, respectivamente; fueron los puntales más fuertes del Cártel de Tijuana.
Héctor y Luis Palma Salazar, se hicieron a la sombra de Miguel Ángel Félix Gallardo, lo mismo que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y su hermano Arturo, apodado “El Pollo”, pero la traición del primero hacia quien lo enseñó a trabajar en el negocio de las drogas, terminó con una separación definitiva y una serie de venganzas que arrojó cerca de medio centenar de muertos entre los dos bandos, tanto de familiares, como de abogados y miembros de las organizaciones.
Los Herrera Nevares y Herrera Herrera, padres e hijos, fueron considerados los amos del opio y la heroína en el estado de Durango. Los Zaragoza Fuentes, supuestos empresarios del estado de Chihuahua, dueños de gaseras, hoteles y diversos negocios, fueron capos del narcotráfico al servicio del Cártel de Juárez.
El Cártel de Los Aguacates, después del Milenio y luego de Los Valencia, uno de los principales productores de mariguana en el estado de Michoacán, fue fundado por la familia Valencia.
Emilio Valencia Barragán, Emilio Valencia Mendoza, Luis Valencia Valencia, Luis Valencia Mendoza, Armando Cornelio Valencia, Óscar Orlando Nava Valencia y Eric Valencia, entre otros, fueron y son algunas de las cabezas visibles de dicha organización.
El Cártel Jalisco Nueva Generación es encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, cuyo mérito fue haber servido como jefe de sicarios y escolta personal de Nacho Coronel cuando éste era uno de los altos jefes del Cártel de Sinaloa y aún estaba aliado al Chapo Guzmán.
El Mencho incorporó al cártel a su esposa Rosalinda González Valencia, a sus hijos Rubén, Jéssica Johanna y a Laisha Michelle Oseguera González, así como a su hermano Antonio Oseguera Cervantes, Tony Montana, es decir, a toda la familia.
Pero también llamó a sus cuñados, los famosos Cuinis, Los 17 hermanos de su cónyuge: Arnulfo, Ulises, Jovani, Elvis, Édgar, Edén, Mauricio, Gerardo, José, Luis, Ángel, Noemí, Berenice, Marisa Ivette, María Elena, Érika y Abigaíl González Valencia.
Los Cuinis son un remanente del Cártel de los Valencia, pero además de participar en el trasiego de drogas, forman parte importante del sistema financiero para el blanqueo de dinero. Algunos ya fueron detenidos pero la mayoría sigue operando
Pero no nada más a nivel de capos se ha visto la conformación de hermanos, sino también en la línea de ejecutores, como los siniestros hermanos Fabián, Arturo y Lino Martínez González, gatilleros a sueldo de los hermanos Arellano Félix.
Al primero, que murió ejecutado, se le conocía como “El Tiburón” y se dice que, junto con Ramón Arellano, mataban simplemente por puro gusto y cuando ejecutaban a alguien, decían que “se les abría el apetito y comían rico”.
El segundo, apodado “La Mojarra”, era otro de los sicarios de los llamados “Aretes” y se estima que cometió no menos de medio centenar de crímenes, tanto de narcos opositores como de médicos cirujanos plásticos que transformaron el rostro de los Arellano, así como de abogados, periodistas y familiares de narcotraficantes.
Respecto al tercero, éste era conocido como “Lino Quintana” e incluso le compusieron el corrido de igual nombre. Participó en las matanzas colectivas de “El Sauzal” y en “El Limoncito”, la primera en Mexicalil, Baja California y la segunda en Sinaloa.
Así, curiosamente, cuando alguien ingresa al camino de las drogas y obtiene buenos resultados, de inmediato incorpora a los parientes, principalmente los más cercanos y es entonces cuando el narcotráfico se convierte en “negocios de familia”.

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