La laguna de Bacalar, que es reconocida por su bello color turquesa y se ha vuelto un lugar turístico; de los más icónicos en Quintana Roo, ha experimentado un cambio en la coloración del agua en las últimas semanas.
El cambio de color primero fue verde y luego se tornó a un color oscuro que se extendió como si fuese la tinta de un calamar, explican algunos residentes de la zona. Esto sucedió cuando comenzó la temporada de lluvias, pues con la tormenta tropical Cristóbal todo empeoró.
A partir del 2 de julio, los primeros tramos de la laguna se oscurecieron y se volvieron fangosos, de acuerdo al reporte de la revista New Yorker. En principio, la coloración de la laguna era turquesa, pero después pasó al verde y finalmente en un color marrón oscuro; que se difundió en toda la laguna en 48 horas. A la semana siguiente, no quedaba más el color turquesa del agua.
El exceso de visitantes y la falta de un plan protección ambiental ponen en riesgo el ecosistema y los famosos siete colores de la laguna de #Bacalar.
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Al principio, este cambio le fue atribuido a la tormenta, pues ya había sucedido anteriormente; después de un huracán y posterior a un proyecto arquitectónico en la zona. Según el informe de la revista, el fenómeno sucede de manera constante porque es un ecosistema sensible. Sin embargo, en esta ocasión, no ha resultado igual porque aparentemente, uno de los signos que informan sobre la restauración de la laguna es encontrarse con caracoles chivitas. Estos alimentan a las aves migratorias y también mantienen el bienestar de la laguna.
Lo que sucedió ahora, fue que decenas de los moluscos se pudrieron en propiedades frente al mar, lo cual alertó a la población. Bacalar es un sitio con una población de 13,000 habitantes y se dedican en su mayoría al turismo. Los especialistas aseguran:
“Es difícil construir una economía turística en auge sobre una atracción ecológica sin destruirla”.
¿Qué le pasa a la laguna de Bacalar?
Bacalar posee una colonia de microbios en su laguna y tiene más de 9,000 años de existencia. Por ello, la ecologista microbiana, Luisa Falcón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); comenzó a investigar los microorganismos dentro de la laguna en el año 2004 y se percató de los microbialitos. Estos se generaban en las orillas y eran utilizados como “escaleras, lugares de descanso y muelles improvisados”.
#LunesDeMedioAmbiente: Microbialitos.
Conversaremos con Luisa I. Falcón, Maestra en Ciencias por el @IcmlUnam, doctora en Ciencias e investigadora en el @IEcologiaUNAM
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— Primer Movimiento (@PMovimiento) August 12, 2019
Cuando se dio cuenta de ello, la especialista buscó formas para proteger a la laguna y consultó al gobierno de México para que fuese convertida en una zona natural protegida. Las acciones que favorecen al ecosistema de Bacalar se intensificaron cuando una organización sin fines de lucro publicó los niveles de E. Coli; que causan algunas enfermedades y bacterias en el agua.
Con esto, algunos negocios implementaron algunas acciones amigables con el ambiente como evitar el bloqueador solar al entrar en la laguna o las embarcaciones sin motor. Sin embargo, Bacalar no se encuentra bajo la jurisdicción del estado, sino que es territorio federal y lamentablemente, no es posible cumplir con las reglas que se impusieron en un principio.
Otro factor que repercute de manera importante es que la tierra que circunda al lago cuenta con dos carreteras: la 307 de Cancún a Chetumal y la 293, que va del norte al centro de Quintana Roo. De acuerdo al New Yorker, anteriormente, el agua de lluvia era filtrada en la laguna a través de canales en el norte y acuíferos subterráneos en el sur. Lo cual generaba una extensa vegetación que filtraba el agua entrante en su escorrentía. Entonces, como ahora se encuentran las carreteras, lo que sucedió fue que, al llegar las torrenciales lluvias, se precipitaron a la laguna llena de sedimentos.
La especialista de la UNAM creyó que esto iba a generar un momento de reflexión en los empresarios locales, quienes dependen del color azul de la laguna en su totalidad. Esto no es así porque muchos logran obtener algún beneficio económico de esta situación. Lo que se pretende en un futuro no muy lejano es que por fin sea área natural protegida. Por lo tanto, se continuará con investigaciones para que se logre y el gobierno mexicano lo avale.
📌La ruina de una joya ecológica: los colores de la Laguna Bacalar se desvanecen sin protección ambiental
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