CIUDAD DE MÉXICO.- No se sabe con certeza cuándo se recuperarán todos los empleos formales perdidos durante cinco meses por la crisis del Covid-19, pero algunas estimaciones señalan que será hasta 2024.
Ante el panorama adverso de la drástica caída del empleo y las consecuencias asociadas, los Gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben tomar acciones inmediatas y con horizonte a futuro para reparar los daños al mercado laboral. Una forma de comenzar es mediante el desarrollo del factor trabajo, señaló Karen Dávalos, economista y especialista en materia laboral de TallentiaMX
Por la caída sin precedentes del empleo, la OIT ha enfatizado que es indispensable evitar el deterioro de habilidades y competencias en las personas, por lo que se requieren programas de recalificación y capacitación para que quienes perdieron su empleo y los que se encuentran en inactividad laboral, puedan reincorporarse fácilmente en trabajos de calidad, acorde con la demanda de nuevas habilidades (digitales y socioemocionales).
La pandemia y la contracción económica asociada a ella, añadió, han revolucionado la forma como trabajamos y las actividades que desempeñamos, tanto empleadores como trabajadores. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha declarado que la combinación de habilidades cualitativas y cuantitativas permitirán ampliar la gama de trabajos en los próximo cinco años.
Claramente la adopción de la tecnología seguirá tomando relevancia y, sobre todo ahora, se expandirá a otras áreas. Computación en la nube, el big data, la inteligencia artificial y el comercio electrónico irán en aumento. De hecho, una encuesta realizada por el organismo indica que el 43% de las empresas están dispuestas a reducir su plantilla para introducir tecnología, el 41% pretende conseguir contratistas para trabajos especializados y el 34% planea ampliar su fuerza laboral para integrar tecnología, comentó la especialista.
Las principales destrezas que serán fundamentales son el pensamiento crítico y el análisis, la resolución de problemas y las competencias de autogestión (aprendizaje activo, resiliencia, tolerancia y flexibilidad). Además, seguirá multiplicándose la cantidad de personas que buscan formación en línea, por lo que serán primordiales los cursos de habilidades digitales como análisis de datos, informática y tecnologías de la información (TIC).
Es importante que los Gobiernos y la sociedad , comentó, reconozcan el valor de la inversión en capital humano, puesto que constituye una forma de sostener el crecimiento económico y reducir la pobreza a largo plazo, al contar con una fuerza laboral calificada para desempeñar los empleos del futuro.
El Banco Mundial construyó el índice de Capital Humano (ICH), cuyo rango de valores oscila de 0 a 1 y mide la contribución de la salud y la educación a la productividad de la próxima generación de trabajadores. También indica el monto de los ingresos que no percibirá un país debido a deficiencias en su capital humano.
Entre una lista de 174 países, México ocupa la sexagésima primera posición, con un índice de 0.61, lo que indica que un niño mexicano nacido hoy, en el futuro puede esperar alcanzar solo el 61% de su productividad potencial durante su edad laboral y debido a ello, su generación de ingresos será 39% menor.
El organismo internacional afirma que la pandemia del COVID-19 amenaza los logros de la última década en materia de capital humano. Los datos indican que de 2010 a 2020, 1 de cada 4 economías que aumentó su ICH, registró avances de 5% en la productividad de los futuros trabajadores.
Por ello, concluyó, desde hoy deben tomarse acciones encaminadas a fortalecer el capital humano, en vista de que el crecimiento y el desarrollo económicos dependen de éste como del capital físico (infraestructura, equipamiento, entre otros), factores que se refuerzan entre sí e inciden en la productividad.
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